Ilustración: Tomás Serrano

Ilustración: Tomás Serrano

Con la muerte del autor de la masacre de las Ramblas, las Fuerzas de Seguridad dan por eliminada la célula yihadista que ha actuado en Cataluña. Pero el alivio que proporciona el final de este grupo terrorista no borra el fantasma de que puedan reproducirse ataques similares en el futuro.

Cuando hay fanáticos del perfil de Younes Abouyaaqoub, dispuestos a emplear cualquier método para matar, aun cuando sepan que van acabar muriendo en su empeño, es muy difícil parar sus golpes. Por eso es tan importante, junto a la eficacia policial y la colaboración ciudadana, la unidad política.

Polémica decisión

Es muy discutible la decisión de Podemos y de los partidos nacionalistas de no sumarse al Pacto Antiyihadista que firmaron hace dos años y medio PP y PSOE, y al que se incorporaron Ciudadanos y otros partidos. Ese acuerdo incluye entre sus medidas la de aplicar a los terroristas la máxima pena privativa de libertad prevista en el Código Penal, mejorar los recursos y la coordinación para la persecución del yihadismo, implantar programas contra la radicalización islamista o promover el reconocimiento de las víctimas.

Pero es que además, desde que se firmó el Pacto hemos asistido a atentados terribles como los de Niza, Berlín, Londres... y ahora Barcelona que han sensibilizado, lógicamente a la ciudadanía. 

Oportunismo político

La decisión que han tomado ahora formaciones como ERC, PdeCAT, y PNV de acudir por primera vez a este foro revela hipocresía y oportunismo político. Saben que la gente no entendería que tras unos atentados como los que acabamos de sufrir, hubiera políticos incapaces de sentarse en la misma mesa para mostrar unidad.

Ha sido pues la presión social y no el convencimiento lo que les ha empujado a sumarse. Lo han hecho además sin comprometerse a nada y echando balones fuera. Los nacionalistas catalanes han aprovechado incluso para reclamar más competencias para los Mossos d'Esquadra. 

La lucha contra el terrorismo merece consensos y cohesión de verdad. La escenificada este lunes, lamentablemente, es de pacotilla.