El ataque con cócteles molotov a la capilla de la Universidad Autónoma de Madrid no es una anécdota. Es el tercero que se registra en un año contra lugares de culto, y en dos de ellos aparece la misma pintada invitando a la violencia: "La iglesia que ilumina es la que arde".

Tan cierto es que no cabe establecer una relación de causalidad entre estos hechos y los mensajes anticlericales de determinados líderes políticos, como sería de necios no advertir los riesgos de algunos discursos a la hora de crear el caldo de cultivo que propicia este tipo de agresiones.

La absolución de Rita Maestre

De la misma forma, tampoco ayudan a evitar ataques así sentencias como la que el año pasado absolvió a Rita Maestre. La portavoz del Ayuntamiento de Madrid había sido acusada de un delito de ofensa a los sentimientos religiosos por el asalto flagrante a la capilla de la Universidad Complutense en el campus de Somosaguas. El polémico fallo de la Audiencia Provincial crea una sensación de impunidad que envalentona a grupos fanáticos o muy ideologizadas.

El tribunal consideró que el hecho de desnudarse en una capilla no implica la "profanación", y que la ocupación de un espacio como el altar, con feligreses en su interior orando, "supone un mínimo ejercicio de violencia, aunque de escasa intensidad". Con esa vara de medir, algún juez podría ver en las pintadas que animan a quemar iglesias la expresión de un simple pensamiento filosófico

Un derecho constitucional

Un sacerdote que ha vivido este último año el ataque a su parroquia declara hoy en EL ESPAÑOL que los autores "son jóvenes con el discurso de la Guerra Civil". Lo descorazonador es que 80 años después, en pleno siglo XXI, haya personas dispuestas a reproducir algunos de los capítulos más odiosos de nuestra historia, como fue la quema de iglesias.

El derecho a la libertad religiosa y de culto está recogido en la Constitución y debería de ser sagrado en una sociedad democrática. Por eso es tan importante atajar los comportamientos violentos que tratan de romper la convivencia y devolvernos a etapas superadas hace mucho.