1. Lo dice la propia exposición de motivos de la Ley de Amnistía, "toda amnistía es una excepción a la aplicación de normas vigentes en un contexto concreto". Que es lo mismo que decir un espacio de impunidad arbitrario

2. Espacio de impunidad, además, político. Porque su perímetro lo decide el poder político en función de intereses políticos por delitos que se califican arbitrariamente de "políticos" y que han sido cometidos, en su mayor parte, por políticos o por funcionarios a las órdenes de esos políticos

3. La potestad de eximir a determinados ciudadanos de las consecuencias de las normas legales es una arbitrariedad jurídica que borra los límites entre la democracia y otro tipo de regímenes en los que la aplicación de la ley depende del capricho o de los humores del gobernante de turno

4. Y por eso la amnistía está severamente limitada en las democracias liberales a circunstancias excepcionales, como los cambios de régimen, cuando no es abiertamente inconstitucional, como al parecer lo era en España hasta que a Pedro Sánchez le interesó hacer uso de ella y pasó a ser netamente constitucional.

5. La amnistía utilizada como herramienta de política cotidiana, como concesión veleidosa a cambio de una investidura, crea una casta de ciudadanos de primera a los que se excusa de asumir las consecuencias de sus delitos, y una casta de ciudadanos de segunda, a la que le será aplicable la ley con todas sus consecuencias.

6. Quien controla el pasado controla el futuro, y por eso una sociedad sana no puede permitir que el relato de los hechos históricos caiga en mano de políticos cuyos intereses son estrictamente coyunturales. La Ley de Amnistía manipula la historia

7. La Ley de Amnistía, en su exposición de motivos, tergiversa groseramente los hechos y retuerce la historia convirtiendo a los delincuentes en víctimas y a las víctimas de esos delincuentes en responsables de sus delitos. Una vez más, delincuentes de primera y víctimas de segunda. 

8. La Ley de Amnistía califica de "tensión institucional" lo que en realidad fue un golpe contra la democracia ejecutado por una administración regional española.

9. Habla de "desafección de una parte sustancial de la sociedad catalana" como eufemismo de los disturbios violentos y el robo masivo de fondos públicos que tuvo lugar en Cataluña durante los años del procés.

10. Afirma también que esa desafección es "reavivada cuando se manifiestan las múltiples consecuencias legales que siguen teniendo esos hechos", como si fuera un grave problema de todos los españoles el berrinche de los catalanes nacionalistas cuando los tribunales de justicia les exigen responsabilidades por sus delitos.

11. Manipular el relato histórico para convertir a las víctimas del procés en responsables de la frustración de los delincuentes supone aligerar la mochila moral de estos últimos a cambio de cargar a los primeros con una responsabilidad que no les corresponde

12. Ningún ciudadano tiene por qué arrostrar las consecuencias económicas, morales y penales de los delitos de otros. Porque esa es, precisamente, una de las características que distingue a los ciudadanos libres e iguales de los súbditos de un régimen. 

13. ¿Qué ciudadano tiene el privilegio de participar en el diseño de las leyes que le afectan? ¿Qué ciudadano tiene el privilegio de decidir que leyes le serán aplicadas y cuáles no? Sólo un ciudadano de primera. Como un nacionalista catalán.

14. Paradójicamente, la Ley de Amnistía desperdicia una buena parte de su exposición de motivos acotando su ámbito de aplicación, como si eso fuera una virtud democrática, cuando es prueba de su arbitrariedad. Porque ¿por qué motivo se amnistía a los violentos que se enfrentaron a la Policía Nacional en la batalla de Urquinaona y se exime de la amnistía a los que estos días hacen lo mismo frente a Ferraz?

15. ¿Qué diferencia a los unos de los otros? Un simple azar electoral. El hecho banal de que Pedro Sánchez necesite los votos del partido que dice representar a los primeros y no necesite el voto del partido que dice representar a los segundos

16. La Ley de Amnistía gasta también buena parte de su articulado en definir ámbitos de aplicación absurdamente específicos, diseñados obviamente para beneficiar a personas concretas. Es una ley a la carta, con nombres y apellidos, y por tanto la antítesis de lo que dice ser: una ley destinada a mejorar la convivencia en España.

17. El simple hecho de que la Ley de Amnistía modifique el Código Penal para incluir la amnistía como motivo de extinción de la responsabilidad penal demuestra que esta figura jurídica es manifiestamente ilegal. Es la segunda vez que el Gobierno modifica el Código Penal en beneficio de sus socios nacionalistas. ¿Cuántas veces más lo hará en el futuro, si sigue necesitando sus votos?

18. Un Gobierno que desampara al Estado, que otorga impunidades arbitrarias, que retuerce la ley en beneficio de los intereses particulares del partido en el poder, es un Gobierno que no trabaja en beneficio de todos los ciudadanos, sino sólo en beneficio de una parte de ellos

19. Cuando el Gobierno dice que "los instrumentos con los que cuenta el Estado de derecho no son inamovibles" se está concediendo permiso a sí mismo para saltarse la ley cuando lo considere necesario. Y el límite a esa concesión es únicamente la voluntad de aquel que detenta el poder en un momento en concreto. Una barrera muy frágil. 

20. El Gobierno afirma la constitucionalidad de la ley en la propia ley. Es una ley por tanto verdaderamente divina, autocreada, autovalidada y autoconstitucional en cuanto ella misma se define como constitucional. Que se quite de en medio la Constitución y el ordenamiento jurídico entero: el Gobierno ha dicho que es legal lo que le conviene que sea legal, y que eso es impecablemente democrático

21. Yolanda Díaz ha dicho que esta es una ley "para la gente común". Es decir, para corruptos, sediciosos, malversadores, terroristas y violentos de todo tipo y condición. Lo que se dice un español común medio, efectivamente. ¿Eres tú ese tipo de "gente común"?