El próximo domingo hay convocada una manifestación en la capital del reino "por la Sanidad pública madrileña". Parece estar en franco peligro de extinción o algo así, según los promotores de la marcha. Se trata de una coordinadora que dice luchar en defensa del sistema público de pensiones, otro asunto del que tenemos preocupantes noticias a tenor de dicha organización.

Sea o no cierto que el malvado Partido Popular lleve años cargándose lo público (poco eficaz, visto el mastodóntico Estado que nos protege y ahoga), la mani, en realidad, va contra la maléfica Isabel Díaz Ayuso, "IDA" según la activista tuitera y cronista del cotilleo Rosa Villacastín.

Isabel Díaz Ayuso inaugura el nuevo Centro Quirúrgico del Hospital Gregorio Marañón.

Isabel Díaz Ayuso inaugura el nuevo Centro Quirúrgico del Hospital Gregorio Marañón. EFE

Y claro, cualquier cosa que sea malmeter contra la presidenta anima a cantidad de gente. Enseguida se han apuntado al cotarro un ramillete de personalidades preocupadísimas por los hospitales, las urgencias y los sanitarios.

Así, el actor Luis Tosar alentaba a acudir a la protesta, aunque algún desalmado sacaba en redes una fotografía suya saliendo de la elitista clínica Ruber.

La polémica ya estaba servida e incluso un periodista deportivo (Juan Carlos Rivero, rostro balompédico) aparecía salomónico en su defensa: "Tosar puede pagarse la Sanidad privada, lo que no es incompatible con que con sus impuestos quiera una potente Sanidad pública para todos. No todas las personas con recursos son insolidarias".

También Alberto San Juan (Airbag) reclamaba su cuota de indignado por la Sanidad, al igual que el director de cine Miguel Albadalejo (Manolito Gafotas). 

Resulta enternecedor observar al mundo de la farándula en su versión batalladora, aunque comienza ya a cansar un poco que el objeto de sus iras sea siempre el mismo, la demoníaca derecha.

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¿Qué harían ellos sin el enemigo, encarnado estos días por la lozana Isabel?

Tampoco parece que se percaten del favor que le hacen con sus gesticulaciones, cuando cada una, sospecho, supone un puñado de votos más para la presidenta. Misma película con idéntico guion: a las barricadas, pero a ver qué hay de mi subvención y en cuanto pueda me voy a vivir a Los Ángeles, como Bardem. Otro rojo de opereta, voz millonaria de la conciencia social. No como Amancio Ortega, diana de odios izquierdistas, cuyos millones donados al sistema de salud serían, para esos, "dinero sucio".

Hablando de zurdos, el camionero vigués, "rojo y punki" Basilio Aragón, azote de las carreteras, colgaba asimismo un pequeño vídeo de apoyo a la manifestación. Al menos este señor se pega la vida currando, una coherencia que los demás no pueden lucir precisamente.

En cualquier caso, la protesta política en España engancha de lo lindo y en cuanto un personaje exaltado sale un minuto en la tele se le abre un mundo de celebridad. El "minuto de gloria" warholiano deviene días enteros, o meses incluso, en nuestra dislocada patria.

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Fíjense que el citado conductor daba hace un tiempo lecciones de constitucionalismo en La Sexta: "Se llama Constitución Española. Hay que repartir las riquezas, lo pone muy claro", decía. El podemismo nos ha llevado hasta las más altas cotas de demagogia barata.

En la selva que es su martirologio, el orondo Willy Veleta se mostraba el lunes angustiado por el sistema sanitario madrileño (como por los fusilados de la Guerra Civil, siempre que sean del bando bueno). Desde su cocina, microondas al fondo, comunicaba, cual parte bélico, que él iba a salir de la "columna de Atocha", para rematar la arenga con un "¡salud y república!".

Todo por la Sanidad, en pie, famélica legión.