1. En este tuit de Pilar Rodríguez Losantos empiezan y acaban todos los análisis de la noche electoral andaluza. España ha virado sociológicamente. Mejor dicho, se ha quedado donde estaba. Es decir, en el centro. Pero ha visto cómo el PSOE se aleja cada vez más y más de ella hasta no ser más que una minúscula mota en ese horizonte donde moran populistas, extremistas y activistas con las ínfulas de un Lenin de extrarradio. 

2. No quiero decir "yo ya lo dije", pero yo ya lo dije. Lo que hará que el voto de Vox vuelva al PP no es que el PP sea más o menos de derechas, sino que los populares ocupen el centro y recuperen su aura de partido ganador. Es decir, el efecto bandwagon

3. Vox nació demoscópicamente en Andalucía y ha muerto demoscópicamente en Andalucía. Veremos lo que tarda Alfonso Fernández Mañueco en convocar anticipadas en Castilla y León para quitarse a Vox de encima lo antes posible. 

4. La campaña de la paracaidista Macarena Olona ha sido esperpéntica en fondo y forma. El partido está convencido de que el frikismo de Twitter es una muestra demoscópica fiel de la realidad y el resultado de ese autoengaño, al que ella se ha prestado con una actitud entre circense, narcisista y apocalíptica, está a la vista. Que Macarena, quizá la principal estrella mediática del partido, apenas haya conseguido la mitad de los escaños que Vox preveía es un fracaso superior incluso al del PSOE.

5. Juanma Moreno ha ocupado un espacio electoral gigantesco al que el PSOE ha renunciado a cambio de sus alianzas con Podemos, ERC y EH Bildu. Y ese espacio va desde la socialdemocracia al conservadurismo pasando por el centro liberal. Es decir, desde el PSOE al PP pasando por Ciudadanos. Y España es eso. Sólo el espejismo de la matemática parlamentaria coyuntural de estos últimos cuatro años ha convencido a algunos de que existe una suma alternativa viable, estable y recomendable a ese escenario. 

Juanma Moreno, ganador de las elecciones en Andalucía.

Juanma Moreno, ganador de las elecciones en Andalucía. EFE

6. De nuevo, se ha demostrado que Mariano Rajoy se equivocaba. En cuanto el partido ha ocupado el centro, pero para acoger en él las mejores ideas de los liberales, el PP ha arrasado en el feudo por excelencia del PSOE. 

7. De nuevo se demuestra que el centro no es un punto geográfico equidistante entre la derecha y la izquierda, sino la idea mayoritaria en una sociedad en un momento determinado. Y la idea mayoritaria hoy en España es que el sanchismo ha sido un error histórico al que los españoles deberían poner punto final cuanto antes. 

8. Que Juan Espadas no es un buen candidato era evidente para todo el mundo excepto, por lo visto, para su principal valedor, Pedro Sánchez. Que nadie dude de que, ayer, Susana Díaz disfrutó tanto como Juanma Moreno de la victoria del PP.  

9. Dicho lo cual, el resultado del PSOE ha sido menos demoledor del que vaticinaban la mayoría de las encuestas. Magro consuelo cuando el partido ha caído hasta su mínimo histórico. Es el problema de fiarlo todo a la resistencia contra una fantasmal amenaza fascista que sólo existe en las más calenturientas mentes de la izquierda: que cuando esa "amenaza fascista" se demuestra irrelevante, tu relato se deshace como una chocolatina al sol. Si hubieran dicho "amenaza populista", todavía. Pero claro: no podían mentar al populismo porque el PSOE lo tiene metido hasta el corvejón en el Gobierno.  

10. "Cuando el PSOE no tira, las izquierdas se estrellan" decía ayer una contertulia de La Sexta. El análisis correcto es exactamente el contrario. Es este PSOE, el sanchista, el que no tiene posibilidad alguna de gobernar si no es junto a los extremistas de EH Bildu, Podemos y ERC. Cuando estos no forman parte de la ecuación, como en Andalucía, Galicia, Madrid o Castilla y León, el PSOE se transforma en un partido menor. 

11. Mención aparte para el tercer estrellado de la noche tras Juan Espadas y Macarena Olona. Que no es Inma Nieto, sino Yolanda Díaz. Ni tiene tirón electoral, ni su proyecto va más allá de media docena de eslóganes vacuos más propios de la autoayuda que de la política adulta (¡el antifranquismo en 2022!), ni supone una alternativa racionalista a los delirios de las políticas de la identidad. 

12. Yolanda Díaz se ha volcado en Andalucía como antes se volcó en Galicia y en ambas ocasiones ha fracasado con rotundidad. Si Yolanda Díaz es el futuro de la izquierda es que España será gobernada por el centroderecha durante mucho tiempo.

13. Es muy probable que este resultado, inmerecido a tenor del buen trabajo que Ciudadanos ha hecho en Andalucía, suponga el fin del partido naranja. Juan Marín es ya una más de las víctimas colaterales que el sanchismo ha dejado en España. ¿La parte positiva? El PP ha comprobado que el liberalismo funciona, que da excelentes resultados económicos y que es la política correcta incluso en regiones a las que se les suponía una inmutable genética socialdemócrata. 

14. Teresa Rodríguez ha obtenido un resultado mediocre, pero ha sido la más auténtica y llana de todos los candidatos de la izquierda. Su propuesta era macarrónica (un nacionalismo andalucista-populista de izquierda chavista), pero ha jugado más en su contra el cambio sociológico hacia el centroderecha que la radicalidad de sus propuestas. Será irrelevante en el futuro. Confirmado: en el espacio de la extrema izquierda sólo cabe un partido, si cabe. 

15. Globalmente, el centroderecha y la derecha han conseguido 72 escaños. Un dato que habría parecido ciencia ficción no ya en la Andalucía de hace 20 años, sino en la de hace seis meses. Juanma Moreno ha conseguido guarismos propios de las épocas del bipartidismo, y eso con seis partidos en liza ¡y con 14 escaños a su derecha! Su resultado es espectacular.

16. Vaticinio. Alberto Núñez Feijóo tiene ya un pie en la Moncloa. No dos, pero sí uno. El círculo virtuoso de Pablo Casado, que empezó con Isabel Díaz Ayuso en Madrid, lo cerrará él. 

17. El enfermo socialista tiene mal pronóstico. La perspectiva de un PSOE reducido a Asturias, Navarra y alguna que otra comunidad menor no es ya ciencia ficción. 

18. La explicación de los resultados de Adriana Lastra fue sicalíptica. Nadie esperaba de ella, por supuesto, un análisis demoscópico y/o político brillante. Pero atribuir la victoria de Juanma Moreno al dinero que el Gobierno ha transferido a Andalucía para la gestión de la Covid demuestra que en el PSOE ni siquiera han sido capaces de dar con un argumento razonable o mínimamente verosímil para los suyos. La desgana, la pereza y, sobre todo, la ceguera política, elevadas a la máxima potencia. 

19. ¿Vuelven las mayorías absolutas a manos de partidos adultos? Ojalá. Y ojalá estos años hayan sido el canto del cisne de los populismos y de esa "nueva" política que nos ha traído los peores años de la democracia española desde 1978. 

20. Alivio en Vox por los 58 escaños del PP. Porque si llega a sacar 53-54 y Vox le tiene que dar su apoyo a cambio de nada, su relato se habría desmoronado. Hoy todavía pueden salvar la cara atribuyendo la debacle al tsunami juanmamorenista. 

21. España entra en periodo de bicefalia. El presidente oficial es Pedro Sánchez. Pero el presidente in pectore es Alberto Núñez Feijóo. Razón de más para que Sánchez consensúe con el gallego todas las decisiones de Estado hasta que se celebren las próximas elecciones generales. 

22. Repito lo que dije ayer en Twitter. Mis felicitaciones al genio de la estrategia que decidió que lo mejor a 48 horas de unas elecciones clave es negarte a cesar a una imputada por encubrir los abusos sexuales de su marido a una menor bajo su custodia. El efecto Yolanda Díaz no existe, pero el efecto Mónica Oltra sí. Vaya sí existe.  

23. Acabo, de nuevo, con Pilar Rodríguez Losantos.