Que la orden de filtrar la grabación del vicepresidente Juan Marín que ha puesto entre la espada y la pared a Juan Manuel Moreno Bonilla ha salido de Génova es una obviedad contra la que ni un solo cargo orgánico popular apostaría un solo euro. El porqué no tiene mucho secreto: a Génova le interesa que el presidente andaluz convoque elecciones anticipadas, pero el presidente andaluz tiene otros planes porque sus tiempos no son los de Pablo Casado.

La filtración, que le ha dado a Vox y al PSOE la excusa para ejecutar una pinza contra Juanma Moreno con el pretexto de los Presupuestos autonómicos, huele a operación de fontanería popular por los cuatro costados. El presidente andaluz ya tiene sus cremas, como las tendrá pronto Isabel Díaz Ayuso si ese al que muchos en el partido llaman 'Carroñero' consigue ejecutar con éxito la misión que le ha sido encomendada. 

Lo explicaba ayer Rafa Latorre en una columna titulada O cae Hervías o cae Teodoro. "Fran Hervías es un hombre al servicio particular de Teodoro García Egea y la posibilidad de que, en un enloquecido exceso de voluntarismo, haya decidido actuar por libre [filtrar por su cuenta la grabación de Juan Marín] se antoja un disparate". 

Dice Latorre en su artículo: "Ahora que había restablecido la confianza con Casado después de las trifulcas provinciales, Moreno espera que haya alguna explicación para esta locura. Sigue buscándola. No la encuentra".

La realidad es que Casado ha hablado con Juanma Moreno y le ha dado los motivos de esa filtración que con la sutileza de una bomba de racimo ha destrozado toda su agenda política para el futuro. La explicación ha sido tautológica. Hay una explicación para el comportamiento de Génova y esa explicación es que todo tiene explicación.

Obviamente, la explicación que explica la explicación no ha satisfecho a Moreno, que este fin de semana se verá con Pablo Casado en Granada con la esperanza de no ser tratado de nuevo como un consumible por su partido.

El sabotaje (¿de qué otra manera llamarlo?) resulta tanto más inexplicable cuanto que Juanma Moreno iba a ser utilizado por Génova como pacificador para rebajar la tensión con Isabel Díaz Ayuso, dada su buena relación con todas las partes en disputa.

Y de ahí la sorpresa del presidente andaluz cuando ha visto caer sobre su Gobierno (40 años le ha llevado al PP sacar al PSOE de la Junta) una filtración que da alas a sus dos principales rivales, Vox y PSOE, y que le da la puntilla a su principal aliado, Ciudadanos.

La operación, efectivamente, parece diseñada al alimón desde las calles Ferraz y Bambú de Madrid. Pero no ha sido diseñada por ellos: es fuego amigo

"Es de primero de liderazgo" dicen desde el partido. "Si tienes que tocarle los cojones a tus barones, hazlo de uno en uno. Como se los toques a todos a la vez, estás muerto. En circunstancias normales, esta filtración comportaría la dimisión inmediata del secretario general". Una segunda fuente advierte: "Gestionar un partido a fuerza de filtraciones, sabotajes y amenazas es de locos. ¿Adónde pretenden llegar?". 

El caos interno generado por Génova es precisamente el comodín que necesita Pedro Sánchez para ocultar el caos en su propio Gobierno por la reforma laboral, el enfado de la CEOE, el alza de las materias primas, la inflación, el encarecimiento de la factura de la luz, la anemia de los sectores productivos nacionales y, ahora, esa Ley de Memoria Democrática según la cual la democracia, poco más o menos, la inventó la izquierda. 

El Gobierno andaluz niega que vaya a convocar elecciones a pesar de la difícil situación en que le ha dejado su propia Secretaría General. Pero la posibilidad está hoy más cerca que hace 48 horas por razones obvias, entre las que destaca la presión que PSOE y Vox van a aplicar a partir de ahora contra Juanma Moreno para socavar sus buenas perspectivas electorales actuales.

Sólo hay una persona más interesada que Génova en saber si Juan Manuel Moreno Bonilla convocará o no elecciones anticipadas: Ximo Puig. El decreto de convocatoria en Valencia está ya redactado y será publicado en cuanto lo haga Andalucía. Porque el PSOE no puede arriesgarse a que una victoria apabullante del PP, tras el monumental perrugazo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, transmita la sensación de un cambio de ciclo político en España

Algunos sondeos dejan asomar ya la posibilidad de que Ximo Puig pierda la presidencia. Pero las posibilidades de que eso ocurra se incrementarán sensiblemente cuanto más tiempo transcurra entre la victoria de Moreno y la convocatoria de las autonómicas valencianas.

¿Le interesa a Sánchez una convocatoria en Andalucía? Depende. De momento, el efecto Ayuso le ha servido al presidente para justificar la tendencia socialista descendente en todos los sondeos. Una victoria clara del PP en Andalucía sería pésima para él, porque inhabilitaría su excusa y le obligaría a depender de Ximo Puig para empatar el partido. Una victoria menos clara que obligara al PP a sustituir a Ciudadanos por Vox como socio sería miel para Sánchez.

El presidente, en fin, se sostiene sobre percepciones. Pero estas son volubles y jugarán en su contra si Andalucía logra arrastrar a Valencia. 

A Génova, una victoria aplastante de Moreno le serviría para abonar su teoría de que el éxito de Ayuso en Madrid fue mérito de Pablo Casado y Teodoro García Egea, y no de la presidenta. "Es el partido, y no los nombres, el que gana elecciones" dirían. Una victoria pírrica dificultaría su relato, aunque siempre les quedaría la carta de Castilla y León para desempatar el Andalucía-Valencia

Es irónico que un presidente del PP que lo ha apostado todo a la táctica Rajoy (dejemos que todo se pudra para que la Moncloa caiga con el tiempo en nuestras manos, aunque sea en forma de pulpa) haya puesto el partido en manos de un secretario general cuyas prisas por apisonar a todo aquel cargo que no haya demostrado sumisión incondicional están minando los cimientos de esas baronías territoriales en las que Casado deberá apoyarse para alcanzar la presidencia

José Luis Martínez-Almeida, Isabel Díaz Ayuso, Juan Manuel Moreno Bonilla, Cayetana Álvarez de Toledo, Isabel Bonig, Alejandro Fernández, Alfonso Fernández Mañueco, María José Sáenz de Buruaga, Biel Company…

De uno en uno, por favor. De uno en uno. 

[Tras la publicación de este artículo, Génova ha negado ser la fuente de la filtración y pedido que sea el acusador, en este caso Juan Marín, el que demuestre su acusación y no el acusado el que deba demostrar su inocencia. También ha negado que Pablo Casado y Juanma Moreno hayan hablado de este asunto. Esta columna se basa en las conversaciones con varias fuentes, algunas de ellas del PP, que han confirmado dichos puntos y que se han reafirmado en ellos, pero conste en acta el punto de vista de Génova].