“Lo mejor que se ha hecho es la mujer, pero hay que proteger también a los hombres”. Este fue el titular que eligió la emisora para encabezar la entrevista a David Bustamante. Supongo que el cantante, que acudió a la radio para promocionar el musical Ghost en el que debuta como actor, se sorprendió al ver el entrecomillado que habían elegido para arrojarlo a los leones de Twitter. 

Yo también me indigné… con Twitter, y sobre todo con quien tomó la decisión exhibir el ángulo más débil de un entrevistado para favorecer su linchamiento. Criticar a David Bustamante por carecer de una opinión sofisticada sobre el feminismo de cuarta ola es como criticar a Sara Seager por su forma de vestir. Seager es astrónoma, no influencer, y Bustamante es cantante, no catedrático en estudios de género. 

De todos modos, con la intención de aportar contexto a la extraña frase de Bustamante, busqué la entrevista. Aquí la frase completa: “Soy hijo de mi madre, novio de mi novia y padre de una niña. Imagínate tú si yo quiero igualdad o no, si lo mejor que se ha hecho en esta vida es la mujer. Y también hay que proteger a los hombres y tiene que haber igualdad y no guerras”. Convendremos en que no es para Nobel, pero tampoco es para tanto. Claro que cortando en el lugar preciso la frase gana inflamabilidad, y no hay mayor pirómano que un community manager.  

La estrategia de ridiculizar a un entrevistado remarcando su deficitaria sensibilidad woke no es nueva y, sobre todo, es una práctica clasista. Son muchos los medios que maniobran para que unas declaraciones torpes cristalicen en un titular engañoso e incendiario. Una maniobra sibilina, pero efectiva, para marcar terreno ideológico y presumir de estirpe moral. Quien acceda a ser entrevistado, o no le quede más remedio por estar de promoción, ha de saber que sus palabras sobre ciertos temas deben ajustarse a un canon, pues quien manifieste una opinión apócrifa (ni siquiera herética) será arrojado a la hoguera

No se trata solo de humillar al débil, sino de censurar disidencias futuras. Que actores, artistas, autores y demás entrevistados sepan que a determinadas preguntas hay que responder lo que hay que responder. Y que si se sale del guion habrá reprimendas; para empezar, no trascenderá lo que vino a promocionar. La difusión tiene un coste, amigos. No pretendan irse sin abonar el peaje ideológico.