El presidente del PP Pablo Casado, junto al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.

El presidente del PP Pablo Casado, junto al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. Efe

EL PASEÍLLO

Los desórdenes del PP

20 enero, 2019 01:30

En el PP quedaron este fin de semana para refundarse. La organización tenía la necesidad urgente de sentirse cerca, arroparse tras perder a parte de la expedición el pasado 2 de diciembre en Andalucía. La excusa era celebrar el 30 aniversario muy juntos y hasta crearon una aplicación para que los militantes pudieran encontrarse, como si una convención nacional de partido no fuese ya un tinder lo suficientemente amplio y, dentro de unos límites marcados por las pulseras con bandera y los chalecos de plumas, diverso.

Lo de la refundación lo repitieron mucho durante la previa, invocando la solución para salir del bache identitario en el que andan metidos. Imagino al PP burócrata, al de las corbatas sobrias, el que tenía en Merkel su gurú de cabecera, ese PP rollo Guindos, asomado por los muros derruidos del centro ideológico. Ahí fuera están quienes se descabalgaron por la derecha, bailan alrededor de las fogatas siguiendo la música de una batucada dirigida por José Manuel Soto. Mientras, sobre los escombros de la fortaleza, observan y toman nota de lo que ven, como bárbaros de salón.

Así, el Partido Popular se parece al divorciado que decide entregarse a las madrugadas, vive la espiral de la juventud tardía, incluso se tiñe, compra pantalones de pitillo, quizá coquetea con drogas y disfruta hasta que se encuentra con su hija en la cola de la Nuit. ¿Qué hago yo aquí? La pregunta es inevitable: un día Casado pensará lo mismo cuando coincida con Abascal en la fila frente a locales difíciles de explicar como Fin De Las Autonomías o Violencia Doméstica.

A la aventurilla emprendida en las últimas horas le dio épica el acontecimiento que el viernes golpeó los cimientos del proyecto de Casado: Moreno Bonilla se convirtió en presidente de la Junta de Andalucía entre pucheros. Lógico que llorara: “Cuando le encargaron sustituir a Arenas fue un palo, creía que si Javier no pudo gobernar la última vez iba a ser muy complicado, aunque su sueño era una Andalucía presidida por el PP. Se comenta que cuando volvió dijo que iba a ser el primer presidente del partido en la historia de la Junta”, explica una militante muy conocida entre las filas del partido.

Juanma es el superviviente de los que dejaron así al PP, según ha escenificado su líder, los culpables del desastre, que recibieron un mensaje sutil en esta convención nacional: perdisteis el tiempo, no sirvió para nada. Para Hughes “el PP ya no es muro de contención contra el desorden” y en realidad el desorden es el partido: la fuerza de Vox, el hombre en la Junta, esta convención megalómana y el propio Casado. El representante de Tabarnia lo resumió fácilmente en la cara de Dolors Montserrat: "Se os ha pasado el arroz".

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