La visita de Obama refuerza la imagen de España

La visita de Obama refuerza la imagen de España

La tribuna

La visita de Obama refuerza la imagen de España

La autora afirma que el poder blando, el poder del siglo XXI, es lo que tiene España. Obama lo sabe, pero no los españoles ni sus líderes actuales.

9 julio, 2016 00:49

Cuando los presidentes Obama y Rodríguez Zapatero se conocieron por primera vez en 2009, la expectativa de que surgiera una amistad era grande, sobre todo teniendo en cuenta la fría relación que había existido entre el mandatario español y el presidente Bush. La esperanza era tal que los medios destacaron la frase hecha de Obama;“I'm glad to call him a friend” (me alegro de llamarle mi amigo) en vez de su gran piropo sobre España: “él (Rodríguez Zapatero) es alguien que no solamente entiende claramente la extraordinaria influencia de España en el mundo, sino que además se toma en serio esta responsabilidad”.

Que hubiera un sentimiento de amistad entre los dos presidentes era sin duda bonito, pero el comentario de Obama sobre la influencia de España en el mundo era algo mucho más significativo para un país que en general no se veía importante en el escenario internacional.

Obama viene a España no por una cumbre o reunión importante. Es una visita de amigos. Cuando el rey Felipe visitó Estados Unidos en septiembre de 2015, Obama dijo: “En el pasado, los españoles han acogido a mi familia. Espero poder viajar a España antes del final de mi presidencia. Me gustaría mucho visitar este país. Y creo que este sentimiento es compartido por el pueblo estadounidense. Sentimos una gran afinidad y una gran amistad con el pueblo español”.

La imagen de España en el extranjero no es tan mala como dicen las encuestas del informe anual del Instituto Elcano

El día 5 de julio cumplí 18 años viviendo en España. Para mí el rasgo que más destaca de este país es la curiosa combinación entre el orgullo que tienen los españoles por su cultura (por su gastronomía, literatura) y su pesimismo por la imagen que creen que España tiene en el mundo. En mis primeros años en España, me sorprendía mucho la cantidad de gente que me decía (muy equivocadamente) que España era un país pobre. Por otro lado, cuando estoy en California y le cuento a alguien que vivo en España, la primera reacción es siempre la misma: ¡Qué suerte!

En California, el estado más importante en términos económicos de EEUU, somos muy conscientes de nuestra historia española. Cuando los niños en el cuarto grado (9 años) aprenden la historia de California, es común que visiten la cadena de 21 misiones españolas distribuidas por El Camino Real que atraviesan el estado. Mientras los españoles se quejan de una ficticia mala imagen en el mundo, los californianos nos sentimos muy cercanos a este país, tan lejos físicamente.

Hace dos años escribí que la imagen de España en el extranjero no es tan mala como dicen las encuestas del informe anual del Real Instituto Elcano. Si eres español, puede que creas que la gente solamente piensa en el sol, la paella y la playa en relación a España. Y yo te digo: ¿y qué? Vivimos en un mundo cada vez más complejo, donde las relaciones internacionales dependen más del soft power (poder blando, es decir el poder de atracción) que del hard power (poder duro, como el militar y económico). Este poder de atracción no es fácil de desarrollar, y en gran parte depende del trabajo del día a día de las embajadas que los países tienen en el mundo.

El poder blando, el poder del siglo XXI, es lo que tiene España: si un país tiene una imagen positiva, eso facilita las relaciones

La teoría de poder blando viene del politólogo de Harvard Joseph Nye, que visitó España hace poco. La idea es que si un país tiene una imagen positiva en otro país, esto facilita las relaciones internacionales entre los líderes. Si la opinión publica de un país es positiva hacia el otro, este líder tendrá más libertad de colaborar o llegar a acuerdos sin tener repercusiones negativas en unas futuras elecciones.

Cuando el presidente Aznar decidió seguir a EEUU en la Guerra de Irak, a pesar de que la mayor parte de los españoles estaban en contra, la opinión publica sobre Estados Unidos y sobre Bush cayó como un ladrillo. Yo tenía que presentarme en España como una estadounidense que no votó a Bush. Me acuerdo que una subsecretaria de Estado, que vino de visita a España, convocó una reunión entre los líderes de la comunidad estadounidense y nos preguntó por qué EEUU tenía tan mala imagen en España. Fue un momento surrealista. Nadie dijo nada, hasta que alguien susurró en voz baja “Irak”, y los demás asintieron con la cabeza.

El tema del poder blando es mucho más complicado para un país como EEUU, que también utiliza mucho poder duro. España no está invadiendo ningún país, no está enfadando a nadie. El poder blando, el poder del siglo XXI, es lo que tiene España. Obama lo sabe, pero no los españoles ni sus líderes actuales.

La vista de Obama llega en un momento delicado: el mundo vuelve a fijarse en las difíciles relaciones interraciales en EEUU

La vista de Obama a España llega en un momento delicado para EEUU, ya que el mundo vuelve a fijarse, y no por primera vez, en nuestras difíciles relaciones interraciales y en el uso tan extendido de las armas. Las masacres de esta semana son quizás aún peores por tener lugar en un país que pretende ser el gran ejemplo de la democracia. Aunque Obama es el hombre que ha rehabilitado nuestra imagen en el mundo después de los años de Bush, puede que haga falta más que esta visita para borrar las imágenes que han salido de EEUU estos días.

El próximo lunes, Obama dará un discurso a jóvenes emprendedores en el Teatro Canal y seguramente dirá más piropos sobre España. Espero que estos jóvenes le escuchen y asuman el papel que realmente tiene España en el mundo: el de un país con una influencia extraordinaria.

*** Alana Moceri es profesora estadounidense de Comunicación política en la Universidad Europea de Madrid.

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