Capitán de corbeta Fernando Clavijo, comandante del S-81 'Isaac Peral' E. E.
Fernando Clavijo, comandante del S-81 'Isaac Peral': "Tenemos un submarino muy capaz, debemos sentirnos orgullosos"
El capitán de corbeta Clavijo, al frente del Isaac Peral desde junio, destaca la mejora importante en la discreción del submarino respecto a los S-70.
Más información: Dentro del S-81 Isaac Peral, el submarino de la Armada diseñado y construido en España está listo para operar
El pasado viernes recalaba en Cartagena el submarino S-81 'Isaac Peral' de la Armada tras completar con éxito su primera misión internacional en aguas del mar Mediterráneo.
Más de 5.000 millas náuticas de navegación y un total de 860 horas de inmersión como parte del despliegue en la operación Sea Guardian de la OTAN.
Los objetivos de la misión de la Alianza son el "conocimiento del entorno marítimo y la lucha contra el terrorismo", según explican desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Todo ello en unas aguas muy bien conocidas por los submarinistas españoles, pero que de nada sirve en un escenario tan complejo como el que se experimenta actualmente.
La Sea Guardian, además de la primera misión internacional, también ha sido un examen de navegación tanto para el propio submarino como para la dotación que ha viajado en su interior.
Durante los 46 días que ha durado se han llevado a cabo algunos ensayos y pruebas técnicas de resistencia para ir conociendo el comportamiento de la máquina.
Al frente del submarino durante esta singladura internacional ha estado el capitán de corbeta Fernando Clavijo, comandante del S-81 'Isaac Peral', quien ha atendido a EL ESPAÑOL en una entrevista pocos días después de pisar suelo español tras mes y medio de misión.
Fernando Clavijo ya fue segundo cuando el comandante Manuel Corral estaba al frente del submarino y, antes de tomar el empleo actual, pasó por Noruega con el objetivo de aprobar el Curso de Comandante de Submarinos del país nórdico.
"Es una formación de muy alta intensidad, es una prueba de resiliencia propia", afirma.
Llegada a puerto del S-81 tras participar en la misión Sea Guardian de la OTAN
Pero la vena submarinista de Clavijo se hizo presente mucho antes. Tras pasar por la Academia de Oficiales de Marín y enrolarse en las dotaciones de varias embarcaciones de la Armada, decidió apostar por la rama subacuática.
"Descubrí que los submarinos son un auténtico problema para el resto de unidades en la mar, es una sensación de poder y de miedo que me llamó mucho la atención", afirma.
Pasó por el S-73 'Mistral', donde realizó varios trabajos en operaciones, armas, sistemas de combate o aprovisionamiento.
Tras un breve periodo en la superficie marítima, a bordo de los patrulleros Alborán, con base en Cartagena, y Medas, en Cádiz, "mi destino se cruzó con el S-81". En ese momento solicitó ser segundo comandante y "hubo suerte".
Clavijo tomó el relevo de Corral hace menos de seis meses. "En junio de este 2025 me convertí en el comandante".
Máxima discreción
La misión Sea Guardian en la que ha participado el submarino lleva realizándose desde el año 2017. "Consiste en monitorizar áreas de interés para tratar de localizar tráficos ilícitos y actividad relacionada con el terrorismo que pudiera poner en peligro la seguridad de la OTAN".
Submarino Mistral, ya retirado, en una foto de 2018
"Hay un listado de mercantes y buques de interés y zonas identificadas donde suelen ocurrir actividades ilícitas". La Armada emplea el submarino para "monitorizar esas áreas y poner unos ojos sin que sepan que estamos allí".
De esta forma, explica Clavijo, pueden "coger in fraganti a posibles buques sospechosos realizando actividades ilícitas".
"Al final, esta misión de la OTAN trata de entender qué es lo que está pasando en el Mediterráneo". Se monitorizan las rutas marítimas y qué embarcaciones discurren por ellas para obtener la máxima cantidad de información y obtener una buena radiografía de lo que ocurre en el mar.
El submarino, para este tipo de misiones, es el arma más codiciada. "Su característica principal es la discreción, es una máxima que tenemos en todas nuestras operaciones diarias".
"Somos una unidad de combate y, por lo tanto, tenemos que estar listos para ello". Por otro lado, en el momento que un submarino revela su posición y es detectado, "pasa a ser vulnerable". Esta discreción "es lo que nos mantiene operativos y listos".
Durante la misión mediterránea, el S-81 ha optado por mantener cota periscópica durante la práctica totalidad de la misión. "Esto nos permite recabar el máximo de información por los sensores que tenemos disponibles".
Submarino S-81 Isaac Peral atracado en el Arsenal de Cartagena Cartagena
Y es que, además de los sónares, también cuentan con sistemas electroópticos, la capacidad de monitorizar comunicaciones y de controlar el tráfico marítimo a través del sistema de identificación automático que llevan los barcos.
Clavijo, que navegó en el Mistral, destaca que esta discreción a la que hacía referencia antes se ve "ampliamente reforzada" respecto a los submarinos de la clase S-70.
"Al tener unas baterías más capaces, permite exponernos menos". El comandante del Isaac Peral también destaca los sensores más capaces del nuevo submarino y la capacidad de procesamiento de datos.
Más allá de la misión bajo el paraguas de la OTAN, la dotación del S-81 tenía otra tarea que cumplir como parte del proceso de puesta en servicio del buque: el crucero de resistencia.
"Se llama así porque consiste en tener el submarino en la mar operando durante mucho tiempo poniendo a prueba todos sus sistemas". Es un "examen final a la plataforma", que lo ha superado con la máxima puntuación.
"Tenemos un submarino muy capaz, hay que sentirse orgullosos de lo que hemos conseguido como país", recalca.
Familia submarinista
Más allá de toda capacidad tecnológica del submarino, lo que más ha sorprendido al comandante Clavijo ha sido su dotación. "Para mí es la clave de todo, el éxito es el personal".
"Han afrontado las dificultades con un talante espectacular y con una resiliencia única", ha afirmado el oficial.
La dotación del S-81 para la misión ha sido de 53 personas, todos ellos submarinistas. "Hemos tenido que realizar algún desembarco por motivos personales, pero la media ha sido esa".
Ese más de medio centenar de personas ha "sacado lo mejor de sí ante cualquier pequeña adversidad, sobreponiéndose al problema". Clavijo lo recalca como un "factor esencial".
El escasísimo espacio dentro del submarino, la nula intimidad y las largas jornadas laborales serían factores críticos para cualquier persona, pero el que se embarca en un submarino debe poner a la convivencia y el compañerismo en primer lugar ante cualquier circunstancia.
Se trata de todo un desafío en plano psicológico que Clavijo, como comandante, lo tiene muy claro. "El comandante Corral generó una madre magnífica en el S-81, yo lo viví como segundo y ahora soy heredero de ella".
Miembro de la dotación del S-81, junto a familiares, a su llegada a Cartagena
Esta "buena madre" la describe como un extraordinario ambiente de trabajo mezclado con la profesionalidad y el compromiso. "Creo que, teniendo eso, ya llevamos mucho ganado".
Para finalizar la entrevista, Clavijo tiene unas palabras para las "familias que se quedan en tierra". En su caso, su mujer con tres niños pequeños.
"Sin ellos y sin ese apoyo desde tierra nada sería posible", afirma. "Así que si el éxito del S-81 es el que es, también es por ese apoyo que no se ve y recibimos todos nosotros".