Un satélite sobre el fondo planetario.

Un satélite sobre el fondo planetario. koto_feja Istock

Observatorio de la Defensa

Espionaje en el espacio: un satélite chino fotografía a otro de EEUU tras la publicación de imágenes de una base secreta

La compañía estadounidense Maxar reveló imágenes de una base aérea china donde se prueban sistemas experimentales y Pekín ha respondido.

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El teatro espacial hace muchas décadas que se convirtió en el cuarto dominio de la guerra. Ya desde la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaban la superioridad más allá de la atmósfera terrestre empleando todo tipo de satélites y armamentos.

Ahora, en pleno 2025, China ha sustituido el papel soviético y avanza en su despliegue espacial para intentar hacer sombra a los americanos. Tanto es así que, como en un baile de satélites espía, ambas naciones han decidido enseñar una parte ínfima de su músculo.

Todo comenzó hace unos días cuando la compañía Maxar, uno de los contratistas de productos de inteligencia más importantes de Estados Unidos, publicó una foto espacial en la que aparecía un satélite de Starlink.

Maxar había capturado al orbitador de SpaceX de forma fortuita, abriendo el tema recurrente sobre la contaminación visual que producen los miles de Starlink que actualmente se encuentran en el espacio proporcionando internet.

Pero más allá de lo anecdótico, un satélite espía fotografiando a otro de telecomunicaciones situado en una órbita más baja, lo que realmente llamó la atención fue el fondo de la imagen.

Foto de un Starlink (parte izquierda) sobre la Base Aérea de China

Foto de un Starlink (parte izquierda) sobre la Base Aérea de China Maxar

El lugar al que el satélite de Maxar estaba realmente apuntando con su cámara fotográfica era la Base Aérea de Dingxin, uno de los emplazamientos más importantes de la aviación militar de China.

Dada su ubicación remota en pleno desierto de Gobi, se trata de una instalación que la Fuerza Aérea emplea para realizar ensayos y pruebas de tecnología —aeronaves y armas, fundamentalmente— en la que están trabajando, mucho antes de que se ponga en servicio.

La publicación de la imagen por parte del contratista Maxar ha tenido su respuesta desde China. La compañía Chang Guang Satellite Technology ha publicado imágenes orbitales y en alta resolución del satélite estadounidense WorldView Legion 2, el mismo que espió.

El encargado de tomar estas fotografías espacio-espacio ha sido el satélite Jilin-1. En ellas se puede observar el orbitador de Maxar desde diferentes ángulos y se estima que el Jilin-1 podría haberse colocado a una distancia de entre 40 y 50 kilómetros para sacar las instantáneas.

Foto del satélite de Maxar publicada por China

Foto del satélite de Maxar publicada por China

Esta especie de guerra que se libra exclusivamente en el espacio tuvo otro episodio clave el pasado junio. Un satélite de Maxar captó al ShiJian-26, un orbitador chino.

La imagen publicada entonces mostraba igualmente al objeto espacial chino con una resolución altísima en una maniobra que se denomina Non Earth Imaging (NEI). Se trata de emplear satélites con el fin de obtener información clave de otro, como por ejemplo su órbita, el estado operativo o los sensores que puede integrar y que, en muchas ocasiones, se mantienen en secreto.

Dominio espacial

"Los adversarios potenciales se han dado cuenta de la ventaja estratégica única que supone la superioridad espacial", dijo hace unos meses el general Chance Saltzman, jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de EEUU.

Durante el mismo discurso, Saltzman afirmó que el resto de los países "saben, como nosotros, que el control de la posición más elevada es fundamental para el éxito en todos los demás dominios".

"Esto significa que debemos tratar al espacio como un dominio de guerra, porque realmente lo es", aseguró el militar estadounidense.

En su opinión, el espacio se ha convertido en el "sistema nervioso central de las operaciones conjuntas y combinadas". Se trata de un "requisito previo para la superioridad aérea, que a su vez sienta las bases para las operaciones terrestres y marítimas".

"Las capacidades espaciales son el factor clave para la proyección de poder moderna", apuntó durante su intervención.

El poder espacial es un "pilar fundamental para el éxito de cualquier conflicto entre grandes potencias: la primera ficha de dominó que debe caer antes de que se puedan lograr objetivos mayores".

"En pocas palabras, la superioridad espacial es ahora un prerrequisito para el éxito en el campo de batalla", aseguró Saltzman. Y buena parte de esta responsabilidad recae en el empleo de satélites espía e, incluso, en armamento capaz de derribarlos.