Una mujer revisa los restos de suministros de ayuda distribuidos por la Fundación Humanitaria de Gaza en Rafah.

Una mujer revisa los restos de suministros de ayuda distribuidos por la Fundación Humanitaria de Gaza en Rafah. Reuters

Oriente Próximo

La Fundación Humanitaria para Gaza cesa sus operaciones tras sus polémicos repartos con cientos de muertos y heridos

La polémica organización estadounidense encargada por Israel de repartir comida en la Franja desde mayo cesa su actividad tras el alto el fuego.

Más información: Trump hace negocio en Gaza con la ayuda humanitaria: las empresas de EEUU e Israel que ganan dinero con los repartos

L. Villajos / Agencias
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Las claves

La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), organización estadounidense encargada por Israel de repartir comida en la Franja, anunció el cese de sus operaciones tras meses de polémica.

La GHF sustituyó a la ONU en la distribución de ayuda, pero fue criticada por la ONU por no seguir principios humanitarios y sus métodos causaron cientos de muertos durante los repartos.

El reparto de alimentos por parte de GHF estuvo marcado por el caos, la violencia y la insuficiencia de ayuda, lo que agravó la crisis de hambruna en Gaza.

Según la ONU, desde la ofensiva israelí tras los ataques de Hamás, más de 2.100 palestinos han muerto al intentar acceder a ayuda humanitaria, muchos cerca de centros gestionados por la GHF.

La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), la polémica organización estadounidense encargada por Israel de repartir comida en la Franja desde mayo hasta el alto el fuego de octubre, anunció este lunes el cese de sus operaciones en el enclave palestino.

"En un momento crítico, la misión de ayuda de emergencia liderada por Estados Unidos ayudó a sentar las bases para el alto el fuego y el futuro de Gaza", señala la GHF en un comunicado.

La GHF es una organización estadounidense sin ánimo de lucro, integrada por exmilitares estadounidenses, empresas privadas de seguridad y operadores humanitarios, pero la ONU destacó meses atrás que no trabajaba según los principios de la ley internacional humanitaria y sus métodos llegaron a causar cientos de muertos en Gaza.

Desde que la organización desembarcara en Gaza, con tres centros de operaciones en el sur y otro en el centro de la Franja -que sustituyeron a 200 puntos de reparto de la ONU-, la distribución se convirtió rápidamente en un caos, con palestinos agolpándose en las instalaciones para conseguir alimentos y constantes escenas en las que eran repelidos con violencia.

Este caos se mostró en una situación de bloqueo de la entrada de ayuda a Gaza por parte de Israel, que fue total a partir de marzo hasta que en mayo comenzó a actuar la GHF, una organización que no llegaba a cubrir las necesidades de los gazatíes, lo que derivó en una situación de hambruna declarada este verano por una organización avalada por la ONU.

Desde la ofensiva israelí tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, más de 2.100 palestinos han muerto mientras acudían a solicitar ayuda humanitaria, entre ellos quienes se encontraban en las cercanías de los centros de GHF o de camino a estos, según las Naciones Unidas.

"Con la creación del Centro de Coordinación Civil-Militar para Gaza y un renovado compromiso de la comunidad humanitaria internacional, la GHF cree que ha llegado el momento del cese de operaciones", culminó el director ejecutivo de GHF, John Acree, en el comunicado.

Desesperación y muerte en los repartos

La entidad difundió este lunes, además, un informe de impacto de sus labores en Gaza a las que, pese a los episodios de desesperación y muerte en los repartos, calificó como de "récord".

"En respuesta al llamamiento del presidente Donald Trump para que la ayuda llegara directamente a la población de Gaza, la GHF construyó un nuevo modelo desde cero: sitios seguros, personal local verificado, operaciones disciplinadas y entrega directa a los civiles sin interferencia de Hamás ni de otros actores", añadió la organización.

Según sus cálculos, desde que se establecieron a finales de mayo, distribuyeron en la Franja más de 3 millones de cajas de alimentos, con un total de 187 millones de comidas; entregando más de 5.600 toneladas de patatas y 1.300 de cebollas; así como 1,1 millones de suplementos alimenticios para niños con desnutrición.

Sin embargo, debido a que emergió como sustituto a la labor humanitaria realizada por Naciones Unidas, a la que el Gobierno israelí repetidamente acusaba de connivencia con las milicias de Hamás, no hay una vía transparente para verificar los datos proporcionados.

La GHF reconoce en su comunicado este lunes que llegaron como "iniciativa temporal" y que tenían "planes de expandirse a más centros", pero que decidieron suspender sus operaciones a mediados de octubre -tras el último alto el fuego- cuando EEUU y la comunidad internacional devolvieron las tareas humanitarias a las diferentes agencias de la ONU.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reportó el 22 de noviembre, su última actualización de la situación en Gaza, que "a todas las misiones de la ONU destinadas a recoger cargamentos de ayuda en el cruce de Kerem Shalom se les denegó el acceso" dicho día.

Tras su anuncio, la Administración Trump elogió su trabajo y le atribuyó parte del mérito por el alto el fuego. "El modelo de GHF, en el que Hamás ya no podía saquear ni lucrarse robando la ayuda, fue clave para que el grupo se sentara a la mesa de negociaciones y se alcanzara un alto el fuego. Agradecemos todo lo que aportaron al pueblo gazatí", declaró en redes sociales el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Tommy Piggot.