Incendio de una refinería de petróleo de Teherán tras los ataques de Israel contra Irán.

Incendio de una refinería de petróleo de Teherán tras los ataques de Israel contra Irán. Reuters

Oriente Próximo

EEUU e Irán rompen su diálogo nuclear e Israel multiplica su amenaza: "Atacaremos todos los sitios del régimen"

La escalada del conflicto entre Israel e Irán, Teherán ha calificado como "inútil" el diálogo con EEUU. 

Más información: Irán lanza 150 misiles contra Israel como represalia y su operación 'Castigo Severo' causa tres muertos y 80 heridos.

Publicada

El diálogo nuclear entre Estados Unidos e Irán atraviesa su momento más crítico desde el colapso del acuerdo en 2018, cuando, en la primera legislatura de Donald Trump, este se retiró de las negociaciones.

Las hostilidades entre Irán e Israel, la retirada de personal estadounidense en Irak y la creciente percepción de Teherán de que su régimen está bajo amenaza existencial han transformado las negociaciones en un campo minado geopolítico.

Tras los ataques israelíes contra sus instalaciones nucleares, Irán ha calificado el diálogo como “inútil”, acusando a EEUU de complicidad con Israel y afirmando que estas acciones hacen que “el diálogo no tenga sentido”.

Y Omán, mediador de las negociaciones, ha confirmado que la ronda prevista para este domingo ha sido cancelada, aunque insistió que el diálogo sigue siendo la única vía hacia la paz.

El Plan de Acción Integral Conjunto, JCPA por sus siglas en inglés, firmado en 2015 entre Irán y seis potencias mundiales -Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China, junto con la Unión Europea, tenía por objetivo limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas internacionales.

Irán usó ese acuerdo para ganar tiempo y robustecer a sus milicias en Oriente Medio, como Hezbollá y Hamás.

El tiempo se agota

Ya no se trata solo de contener el programa nuclear”, explica el exembajador turco y analista Erdem Ozan.

“Para Teherán, pronto podría convertirse en una cuestión existencial. Ese cambio desencadenaría una escalada pronunciada con consecuencias regionales”, agrega Ozan.

Según su tesis, Irán ha dejado de ver el programa nuclear como un instrumento negociable para considerarlo un pilar de supervivencia del régimen, lo que aumenta el riesgo de una escalada militar.

El diplomático turco añade que “el tiempo para la diplomacia se está agotando”. Los actores regionales deben actuar, los canales de diálogo discretos y la gestión de crisis son esenciales.

Sin coordinación, el conflicto corre el riesgo de descontrolarse por completo y amenazar la frágil estabilidad regional. Si Teherán percibe que su existencia está en peligro, responderá con contundencia, incluso mediante ’proxies’ o con el cierre del Estrecho de Ormuz, que estrangularía el 26% del petróleo global, disparando los precios y afectando a economías frágiles.

Un dilema

Para Irán, el programa nuclear ya no es negociable, es una garantía de supervivencia frente a ataques externos y la inestabilidad interna. Las sanciones ya no son el factor determinante, explica a El Español el analista y activista opositor Kaveh Nematipour

La confianza en Washington se ha perdido. Irán exige ahora garantías de que un acuerdo no será socavado por Israel. Los líderes iraníes se preguntan, “¿qué pasa si firmamos un acuerdo y los ataques continúan?”.

Además, prosigue este analista iraní, el líder supremo, Ali Khamenei, controla el programa sin contrapesos internos, ya no tiene asesores y no hay margen para concesiones o disidencias internas, lo que reduce la flexibilidad en las negociaciones para facilitar un acuerdo.

Si no se logra un acuerdo, estamos frente a una guerra, no una guerra militar, sino como Afganistán: puedes ganar batallas, pero perder la guerra”, sugiere Nematipour al referirse a lo que podría convertirse en una guerra asimétrica prolongada si no se recuperan las negociaciones.

La viabilidad de un acuerdo depende de que EEUU pueda ofrecer garantías de seguridad reales, algo improbable dada su falta de control sobre Israel.

El riesgo nuclear

El analista del Crisis Group Ali Vaez ha manifestado en sus redes sociales que el ataque israelí podría empujar a Irán a buscar armas nucleares como una forma de disuasión. “Si irán concluye que sus capacidades convencionales no disuaden a Israel, la opción nuclear se volverá más atractiva”.

El objetivo real del ataque israelí no ha sido solamente dañar las instalaciones nucleares, sino desestabilizar al régimen, lo que podría provocar una respuesta inesperada. El ataque se produjo en la víspera de la segunda ronda de negociaciones nucleares en Omán, lo que indica, según Vaez, que Tel Aviv quería sabotear el diálogo.

Nunca ha habido un momento con una justificación más sólida para que Irán busque armas nucleares”, agrega, y coincide con Ozan en que la ventana para la diplomacia se está cerrando a gran velocidad y que Irán podría acelerar su programa nuclear si no hay avances.

No obstante, el analista sirio-británico Malik al-Abdeh pone en duda la capacidad de Irán para desarrollar plenamente su programa nuclear, porque podría producirse un cambio de régimen en Teherán y el plan nuclear podría ser un instrumento negociable.

Es muy poco probable que Irán llegue alguna vez a desarrollar armas nucleares”, explica a este diario. “También es probable que el gobierno iraní suavice su postura y ceda ante las condiciones de Trump. A largo plazo, parece dudoso que el régimen iraní actual permanezca intacto. Habrá un cambio de personal y se inaugurará una nueva era más favorable a Occidente”.

Según el informe Annual Threat Assessment 2025, de la inteligencia de EEUU y publicado en marzo, Irán no había retomado su programa de armas, pero en junio el OIEA advirtió que Irán estaba violando sus obligaciones y ocultando actividades nucleares. Algunos analistas como James Acton (de Carnegie) y Daniel Shapiro (Atlantic Council) sostienen que tras los ataques israelíes Irán podría considerar adquirir la bomba nuclear como garantía de supervivencia.

Es decir, la probabilidad de un Irán nuclear sigue siendo baja, pero cada vez más probable si se intensifica la confrontación.

Hasta hoy, no hay indicios de que Irán esté dispuesto a ceder ante las condiciones impuestas por la administración Trump.

Teherán se ha negado de forma tajante a abandonar su derecho al enriquecimiento de uranio, y tras los ataques israelíes sobre su territorio, rompió el diálogo diplomático que se desarrollaba con mediación omaní.

Según el Washington Post, la delegación iraní consideró que continuar negociando era incompatible con los actos de agresión israelí. Diplomáticos veteranos como Ryan Crocker han subrayado que el líder supremo Ali Khamenei jamás aceptará condiciones que interprete como humillantes, ya que comprometerían la legitimidad ideológica de la República Islámica.

En consecuencia, no existe hasta ahora ninguna señal clara de capitulación diplomática.

Simultáneamente, el régimen iraní atraviesa una crisis interna de gran envergadura. Informes recientes de inteligencia estadounidenses y análisis como los de la académica Fariba Parsa coinciden en que Irán enfrenta su mayor nivel de fragilidad estructural desde 1979.

El descontento popular es creciente, la economía está colapsada y las divisiones internas entre élites religiosas y militares se han agudizado. Israel, por su parte, ha intensificado su campaña para debilitar al régimen, al igual que ciertos sectores de la oposición en el exilio.

Aunque un cambio de régimen no es inminente ni está garantizado, el deterioro de la República Islámica es evidente.

Según estos análisis, las alternativas se limitan a tres: una escalada militar con consecuencias regionales, un acuerdo inestable o, menos probable pero posible, un cambio de régimen.

Como advierte el exembajador Erdem Ozan, “un solo paso en falso podría incendiar toda la región”.