Una pancarta anti-Israel tras el presunto ataque israelí contra el consulado de Irán.

Una pancarta anti-Israel tras el presunto ataque israelí contra el consulado de Irán. Reuters

Oriente Próximo

"Netanyahu morirá": Irán y Palestina juran venganza tras el lunes sangriento en Damasco y Gaza City

Los recientes ataques israelíes contra el consulado iraní en Siria y el hospital Al Shifa en la Franja de Gaza han desencadenado respuestas de venganza.

3 abril, 2024 02:39

Después de casi dos semanas, las fuerzas armadas israelíes (FDI) han dado por finalizadas sus operaciones militares en el hospital Al Shifa, con un balance de 200 terroristas muertos y 900 detenidos. El hecho de que el enfrentamiento con Hamás haya durado tanto tiempo evidencia hasta qué punto la milicia palestina había conseguido reagrupar sus fuerzas y retomar sus actividades.

Tener que volver a dedicarle doce días y un buen número de hombres y esfuerzos a controlar lo que ya habías dado por controlado en noviembre habla a las claras de la magnitud del reto que tiene Israel por delante si quiere hacer desaparecer a Hamás de la vida pública gazatí.

El complejo sanitario el más grande de toda la Franja ya había quedado casi inutilizado en noviembre, pero ahora es poco más que un montón de ruinas. Según el periódico estadounidense The New York Times, que ha tenido acceso directo a la zona, “parece que un tsunami haya atravesado el edificio, seguido por un tornado”. Las paredes de la sala de urgencias están semiderruidas, las plantas de cirugía han quedado destrozadas, el puente que unía las dos alas ya no está en pie y el patio interior es un montón de escombros con ambulancias y coches volcados.

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El daño, según el ministerio de sanidad de Gaza, controlado por Hamás, es mucho mayor del que reconoce el ejército israelí. Se habla de hasta 300 cadáveres que habrían quedado atrapados entre las ruinas. Los enfermos que han fallecido se cuentan por decenas, aunque no se especifica la causa de la muerte. Las FDI aseguran haber trasladado a los pacientes más graves, aunque Hamás asegura que ese traslado se hizo en unas condiciones lamentables y poco seguras.

El dilema de los túneles

La excusa para tal desastre es, en palabras del alto mando israelí, que Hamás y la Yihad Islámica habían tomado el mando del hospital y lo habían utilizado para fines militares. Es una excusa creíble, pero no contempla las alternativas posibles al bombardeo sistemático de instalaciones sanitarias. Nadie duda de que Hamás controla cada rincón de la Franja y que no tiene escrúpulos a la hora de utilizar a enfermos como escudos humanos. Otra cosa es que eso justifique la muerte de inocentes de forma indiscriminada.

Tampoco se acaba de saber cómo consiguieron los grupos terroristas volver a ocupar el Al Shifa y convertirlo en su cuartel general, como afirma Israel. En sí, eso ya es un fracaso para las tropas de Netanyahu e indica que algo parecido puede suceder en cualquier momento y en cualquier otro lugar de Gaza en cuanto se produzca el más mínimo repliegue. El sistema de túneles hace que los terroristas puedan protegerse en las malas y reaparecer cuando los israelíes dan la tarea por acabada. Mientras las FDI no entren en esos túneles y acaben con toda la resistencia, el objetivo de acabar con Hamás no dejará de ser una quimera.

Ahora bien, esa es una decisión que nadie quiere tomar. Por supuesto, las FDI han ocupado partes de esos túneles después de verificar que no había emboscadas al acecho, pero hablamos de muy pocos kilómetros en comparación con el total. Los riesgos son enormes. Adentrarse en un territorio hostil y desconocido donde solo la infantería puede combatir acabaría probablemente en una masacre que ningún gobierno puede permitirse y menos uno tan discutido en las calles como el de Netanyahu.

El avispero de Gaza City

En lo que no hay acuerdo es en cómo se está viviendo la masacre entre la población gazatí. El periódico israelí Haaretz, conocido por su oposición a la guerra, publicaba este martes un reportaje en el que diversos civiles culpaban a Yahya Sinwar y los suyos de los males vividos. Israel podría haberse valido de ese descontento para intentar buscar alternativas internas a Hamás, pero ha preferido el uso constante de la fuerza bruta e indiscriminada, como se ha demostrado con el asesinato de siete voluntarios de la ONG del chef José Andrés, World Central Kitchen.

Por su parte, el New York Times ofrece otro relato bien diferente. Un relato de odio y venganza. “Netanyahu morirá, América morirá, por muchas veces que bombardeen el Al Shifa, la ocupación será derrotada”, afirma uno de los civiles que participa en el reportaje. Uno de los doctores que trabajaban en el hospital asegura haber sido detenido, desnudado e interrogado junto a su hijo, para después quedar liberado en medio de la nada con la orden de caminar hacia el sur. 

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La retirada de las tropas israelíes del complejo y de la ciudad se producirá a lo largo de la semana, con la duda de qué pasará cuando no estén presentes y de cuánto tardará Hamás en atrincherarse en otro edificio público. Las FDI aseguran que el alto número de detenidos impedirá la formación de una nueva milicia, pero es difícil dar nada de eso por seguro. Gaza City es y será un avispero cuyas dimensiones desconocemos.

Rusia se alía con Irán en la ONU

Los problemas de Israel no se acaban en la Franja. A la batalla por el hospital Al Shifa hay que sumar los continuos bombardeos contra posiciones de Hezbolá en el sur del Líbano y el reciente ataque de hutíes y milicianos iraquíes sobre la base naval de Eliat. Este mismo martes, Rusia admitió la petición iraní y convocó una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar lo sucedido el lunes en Damasco, cuando Israel bombardeó el área cercana a la embajada de Irán en Siria y acabó con la vida de tres altos mandos de la Guardia Revolucionaria Islámica, la milicia proiraní que opera en Irak y en Siria.

El gobierno de Putin considera el ataque puede violar los acuerdos diplomáticos internacionales, tomando así parte en el conflicto a favor de uno de sus grandes aliados. Hay que recordar que el régimen de los ayatolas es de los pocos, junto a Corea del Norte, que colabora activamente en la invasión de Ucrania con el envío de drones y munición a Rusia. En ese sentido, la dependencia de Moscú respecto a Teherán es absoluta, destrozando décadas de relaciones cordiales con Tel-Aviv.

Precisamente en Teherán, el ayatola Ali Jamenei aseguró en un comunicado que Israel “pagará con sangre” lo sucedido en Damasco y que sus actos no quedarán impunes. La inteligencia estadounidense teme que las consecuencias afecten directamente a sus tropas en Oriente Medio y habla de una “escalada impredecible” que desde un principio ha estado intentando evitar el Secretario de Estado, Antony Blinken.