El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu Reuters

Oriente Próximo

Netanyahu cede ante la presión de la calle para “evitar una guerra civil” en Israel

El ministro de Seguridad, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, habría aceptado el aplazamiento de la reforma judicial a cambio de crear una "guardia nacional" para operar en la Cisjordania ocupada.

28 marzo, 2023 02:43

Benjamin Netanyahu no ha aguantado la presión externa, la de la calle. Tampoco la interna, esa que procede de las entrañas del Gobierno de coalición -el más derechista y conservador de la historia- que formó hace poco más de tres meses. Este lunes, el primer ministro de Israel ha atrasado hasta finales abril el debate sobre la polémica reforma judicial que ha sumido al país en una de las peores crisis políticas y sociales de su historia. 

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El líder israelí ha tardado doce semanas en responder a los gritos de miles de manifestantes que, una y otra vez, han pedido la paralización de una nueva norma que, entre otras cosas, debilita la separación de poderes en beneficio del Ejecutivo. Pero no han sido sólo las calles en llamas lo que ha llevado a Netanyahu a poner en pausa su proyecto, que tendrá que obtener un consenso más amplio en el próximo periodo parlamentario que empieza tras la Pascua Judía y dura del 31 de abril y acaba a finales de julio.

La huelga general inédita convocada por los sindicatos y que bloqueó aeropuertos, carreteras y hospitales durante horas, además de la rebeldía de numerosos reservistas militares que se negaron a seguir trabajando también han hecho recular al "rey Bibi" (como se conoce popularmente al líder israelí). Es, en definitiva, la fractura social (o sus consecuencias) lo que teme Netanyahu. 

Protestas contra la reforma judicial de Israel y la destitución del ministro de Defensa, en Tel Aviv.

Protestas contra la reforma judicial de Israel y la destitución del ministro de Defensa, en Tel Aviv. Reuters

Por eso, quien lleva el galón de ser el primer ministro más veces escogido en las urnas ha optado por "darse un tiempo", "una oportunidad para evitar una guerra civil", según expresó él mismo en una rueda de prensa. Su decisión para calmar los ánimos ha sido bien recibida por los sindicatos, que han desconvocado la huelga, y por los líderes de la oposición que se han mostrado dispuestos a dialogar. 

"Si la legislación realmente se detiene, de manera genuina y total, estamos listos para iniciar un diálogo auténtico en la residencia del presidente", señaló el centrista Yair Lapid, quien advirtió de que la concesión de Netanyahu podría ser un "farol" y sugirió que sea el presidente israelí, Isaac Herzog, quien haga de mediador. En la misma línea, el líder de Unidad Nacional, Benny Gantz, dijo que no transigirá con los fundamentos democráticos básicos, pero que se sentará en la mesa de negociaciones "con el corazón abierto".

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El regalo envenenado de Ben-Gvir

Eran muchos los que auguraban que esta era la estocada final para un ejecutivo al que ya se le empiezan a ver las costuras. Y es que el domingo, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, fue destituido apenas unas horas después de pedir públicamente la paralización de la nueva norma, cuya aprobación requiere de una tercera y cuarta lectura en el Parlamento (Knesset). 

Ese fue el detonante de las protestas masivas e improvisadas que la noche del domingo se produjeron en las principales ciudades de Israel, sobre todo en Tel Aviv. Ese estallido, al parecer, también provocó un cambio en los socios de la coalición más reacios a paralizar la legislación. 

Un manifestante sostiene un cartel con el jefe del Ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben - Gvir , mientras asisten a una manifestación después de que el Primer Ministro de Israel, Ben Jamin Netanyahu, destituyera al Ministro de Defensa y su gobierno de coalición nacionalista presione con su reforma judicial.

Un manifestante sostiene un cartel con el jefe del Ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben - Gvir , mientras asisten a una manifestación después de que el Primer Ministro de Israel, Ben Jamin Netanyahu, destituyera al Ministro de Defensa y su gobierno de coalición nacionalista presione con su reforma judicial. Reuters

De hecho, el ministro de Seguridad, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, líder de Poder Judío que había amenazado con renunciar si la medida no seguía adelante, fue el primero en anunciar que había aceptado la decisión de Netanyahu. Ahora bien, no sin recibir nada a cambio. Según The Jerusalem Post, el primer ministro le habría ofrecido por su apoyo lo que lleva meses pidiendo: formar una "guardia nacional" bajo el Ministerio de Seguridad Nacional.

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Eso supondría reforzar las fuerzas policiales fronterizas existentes y cuya misión sería, según el propio Ben-Gvir explicó con anterioridad, realizar operaciones en la Cisjordania ocupada, donde se vive desde hace meses una escalada de violencia entre israelíes y palestinos. Los opositores han criticado esta posibilidad ya que alegan que el político, imputado en el pasado por racismo y enaltecimiento del terrorismo, podría granjearse así su propia milicia.