Soldados ucranianos de la 68 brigada preparan drones FPV para una misión desde su posición de combate, dentro de Pokrovsk

Soldados ucranianos de la 68 brigada preparan drones FPV para una misión desde su posición de combate, dentro de Pokrovsk María Senovilla

Europa

Los soldados ucranianos en el frente no quieren la rendición de Trump: "Si Zelenski capitula, habrá una guerra civil"

Los combatientes preguntados por EL ESPAÑOL aseguran que después de decenas de miles de ucranianos muertos no pueden regalar Ucrania.

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Las claves

Soldados ucranianos en el frente rechazan la posibilidad de una capitulación ante Rusia, advirtiendo que podría desencadenar una guerra civil interna.

El plan de paz propuesto por Trump y respaldado por Rusia incluye la cesión de territorios ocupados y la reducción significativa del ejército ucraniano, condiciones vistas como inaceptables por los militares.

La crisis política interna, marcada por un escándalo de corrupción, ha debilitado al gobierno de Zelenski, lo que ha sido aprovechado para presionar con acuerdos desfavorables.

Los combatientes ucranianos insisten en continuar la lucha, argumentando que aceptar una rendición traicionaría a quienes han caído y no garantizaría una paz duradera para el país.

Desde que comenzó la invasión rusa a gran escala, Volodímir Zelenski ha comparecido todos y cada uno de los días ante su ciudadanía. Como buen actor que es -la profesión que ejercía antes de convertirse en presidente de Ucrania-, su dominio de la pantalla, de los tiempos y de la escenografía quedó claro desde el primer discurso que emitió.

No había ni una sola coma puesta al azar en aquel primer vídeo que dio la vuelta al mundo el 24 de febrero de 2022, donde Zelenski hablaba en ucraniano y en ruso, dirigiéndose a Putin para interpelarle que se detuviera. Y aunque no sirvió para parar la invasión, apuntaló la imagen de líder que el país necesitaba en aquel momento.

Desde entonces, ningún otro discurso suyo había traspasado las fronteras de Ucrania como lo ha hecho el que pronunció en la tarde del pasado viernes, donde dejaba la puerta abierta a una capitulación ante Rusia. Tras 1.367 días de guerra –y coincidiendo con el aniversario de la revolución de Maidan– el presidente parecía preparar a sus ciudadanos para una rendición.

En el video -con una imagen gris y envuelto entre la niebla de Kiev- Zelenski le decía a los ucranianos que era el momento de elegir entre la propuesta de paz ruso-estadounidense de 28 puntos –que incluye regalar a Putin los territorios ocupados y toda la zona gris aledaña al frente de combate- o afrontar el invierno más duro de sus vidas.

“Pues que sea el invierno más duro de nuestras vidas entonces”, responde sin dudar un combatiente del Tercer Cuerpo de Ejército, que pelea en el frente de Lyman. Desde el otro lado del móvil, insiste en que “si Zelenski acepta el plan de Rusia, vamos a una guerra civil; los generales se le van a tirar encima”.

Atravesados por la corrupción

Algunas de las personas preguntadas, y también cientos de ucranianos que dejaban comentarios en el vídeo del discurso –que se publicó en el perfil de Instagram de Zelenski– hacían alusión a la crisis política interna que está atravesando a Ucrania en estos momentos, a raíz de un grave caso de corrupción que se destapó hace unas semanas.

Desde que empezó la guerra a gran escala, este es el momento más complicado por el que está atravesando el gobierno de Zelenski –dado que el cabecilla de la trama de corrupción, Andrii Yermak, es amigo personal y socio del presidente–. Y todo apunta a que Donald Trump ha aprovechado ese momento de debilidad política para presionar con un descabellado plan de paz, que hace unos meses se hubiera descartado directamente.

De momento Zelenski, que aunque ha abierto la puerta a la firma del acuerdo ha sido bastante ambiguo sobre la decisión final, sólo anuncia que va a trabajar en el terreno diplomático para mejorar las condiciones de la propuesta y para incluir a Europa en las negociaciones.

Soldados de Infantería de la 93 Brigada del Ejército de Ucrania, en el frente de Donetsk.

Soldados de Infantería de la 93 Brigada del Ejército de Ucrania, en el frente de Donetsk. María Senovilla

“El gobierno de Estados Unidos sólo está favoreciendo a los rusos y dividiendo a Ucrania en dos. Espero que Europa aborde esta cuestión con un poco más de sensatez”, denuncia un soldado de la 72 Brigada mecanizada Zaporogos Negros.

“Debemos dar las gracias a todos los países que nos apoyan y seguirán haciéndolo, pero también quiero decirles 'prepárense', porque esto puede ser sólo el comienzo de todo el desastre global que nos espera. Nunca volverá a haber una paz como la que había antes”, asevera el combatiente de la 72 Brigada.

Rusia avanza en el campo de batalla

La situación en el frente de combate tampoco es propicia para Ucrania en estos momentos: Rusia está avanzando en casi todos los frentes, a excepción de Kupyansk (Járkiv), donde las brigadas de Zelenski estarían haciendo retroceder a las tropas de Moscú.

Pero en el resto de la línea de contacto el Ejército ruso cuenta con una ventaja numérica importante, tanto en soldados, como en drones y munición. Y está poniendo refuerzos en el frente de Donetsk, desde Lyman a Pokrovsk, pasando por el eje Kostyantynivka-Toretsk.

Los soldados que están combatiendo allí –donde el frío y la lluvia y el barro han complicado los combates en las últimas semanas– parecen estar más desconectados de la actualidad internacional que el resto. “Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo en el frente, no nos podemos distraer con las cuestiones políticas”, zanja un oficial del Primer Cuerpo Azov, que combate en Donetsk.

Soldados ucranianos heridos en el frente de Pokrovsk, dentro de un hospital militar de la región.

Soldados ucranianos heridos en el frente de Pokrovsk, dentro de un hospital militar de la región. María Senovilla

Pero los que acaban de salir de sus posiciones, se encuentran con la noticia de bruces. “Igual que todos mis compañeros, pienso que hay que seguir luchando por todas la vidas que han caído. Ellos van a seguir luchando y yo también”, dice un suboficial de las fuerzas especiales ucranianas que acaba de salir de la ciudad Pokrovsk, donde están peleando en descarnados combates urbanos cuerpo a cuerpo.

“Si se entregan los territorios ocupados en Ucrania, todos los que han caído habrían muerto en vano. A estas alturas no hay más opciones que seguir luchando”, insiste, pero también reconoce que necesitan más hombres y más recursos para sostener la línea del frente en estos momentos.

Un ejército reducido

“No considero que las condiciones del plan de 28 puntos sean aceptables para nuestro país. Nadie tiene derecho a indicarnos cuántos militares debemos tener y nadie puede garantizarnos la seguridad, excepto nuestro Ejército”, apunta el soldado de la 72 Brigada, coincidiendo con la mayoría de los testimonios recogidos.

“Ninguno de estos acuerdos son válidos en las condiciones actuales, y la OTAN no puede garantizar nada porque ha demostrado que no es eficaz: cuando Rusia ha violado con sus drones el espacio aéreo de los países de la Alianza Atlántica, ellos no han hecho nada”, afirma. “Son un ejemplo impotencia, y creo que intentar apaciguar al agresor no les conducirá a nada bueno en el futuro”, añade.

La indignación de los ucranianos –que ha ido creciendo a pie de calle desde el viernes– también ha calado entre los militares. Más del 90% de los hombres y mujeres que hoy visten el uniforme del Ejército de Ucrania no eran soldados antes de 2022. Abogados, oficinistas de banco, panaderos, estudiantes universitarios… la lista de oficios es interminable; y la manera en la que la invasión rusa cambió sus vidas es muy difícil de comprender.

Por eso muchos de los entrevistados esperan comprensión por parte de su propio gobierno, y se niegan a aceptar una posible capitulación: “Yo creo que Volodímir no nos entregará, porque hemos dado muchas vidas, tiempo y recursos para seguir luchando. Piensa en las madres que perdieron a sus hijos, en las mujeres que perdieron a sus hombres… La gente no lo entenderá”, reflexiona un efectivo de las Fuerzas Terrestres desde el Oblast de Kiev.

“Y los militares que ahora, en su mayoría, siguen luchando por venganza por sus compañeros caídos tampoco lo entenderán”, insiste. “Capitular será peor que seguir luchando. Es una mierda de opción, no hay que ni pensar en ello. Hay que seguir haciendo todo lo posible. Cada uno de nosotros tiene que hacer todo lo que pueda”.

Este joven, originario de la región de Kiev, cree que aceptar una paz injusta generará el caos dentro del país y hace referencia, también, a la posibilidad de una guerra civil: “hay muchísima gente con armas, imagínate que ahora a todos ellos les dicen que tienen que rendirse… Nadie se fía de las garantías de Rusia ni de Estados Unidos. Las garantías son las armas”.

Y es que otro de los puntos del plan de paz que preocupa es la imposición de reducir el tamaño del Ejército ucraniano a un máximo de 600.000 efectivos –aproximadamente el 60% de su tamaño actual–. Junto con la prohibición de armas de largo alcance y de que Ucrania no desarrolle armamento nuclear, esto limitaría la capacidad del país para defenderse en el caso de sufrir una nueva agresión rusa.

No habrá paz duradera

“Al final el papel vale para escribir sobre él, el papel lo aguanta todo. En un papel puedes escribir y prometer lo que sea, pero la realidad es otra”, apostilla este joven de las Fuerzas Terrestres desde Kiev.

No habrá capitulación, esa es mi opinión. Nuestro gobierno no podrá aceptar esas condiciones: tanto el primer ministro como el presidente han repetido que Ucrania no firmará ningún plan inaceptable para nuestro país, y por ahora confío en el gobierno. Esto no sucederá”.

La desconfianza hacia Rusia –todos los ucranianos tienen presente lo que sucedió en Chechenia– sumada a la sangre vertida en estos casi cuatro años de guerra son los principales argumentos en los que coinciden los militares que han aportado su testimonio, a condición de no desvelar sus nombres.

Un soldado ucraniano herido en Pokrovsk es atendido en el punto de estabilización médica de la 14 Brigada de la Guardia Nacional.

Un soldado ucraniano herido en Pokrovsk es atendido en el punto de estabilización médica de la 14 Brigada de la Guardia Nacional. María Senovilla

Entre ellos también hay extranjeros que combaten del lado de Ucrania en esta guerra, y que también se han pronunciado al saber que el presidente Zelenski ha abierto la puerta a una posible rendición. “Nosotros vamos a seguir luchando por la libertad de este país, no queremos ceder ni un centímetro de Ucrania”, asegura un combatiente colombiano que sirve con la Defensa Territorial en el frente de Zaporiyia. “También han caído muchos colombianos aquí”.

“Estamos cansados, muy cansados, pero no me quiero rendir. Ha muerto demasiada gente para aceptar esas condiciones; y yo no quiero que dentro de 10 o de 15 años mi hijo tenga que ir a la guerra, porque la guerra, si no acaba en Ucrania con una victoria, va a continuar en Europa”, concluye el suboficial que acaba de salir de la ciudad de Pokrovsk, y cuya mujer e hijo están viviendo en España.