El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, visita el frente en la región de Zaporiyia.
La UE calcula que Ucrania necesitará 135.000 M en 2026: los fondos rusos congelados, la única solución sin costes
Kiev solo reembolsaría este préstamo cuando reciba reparaciones de Rusia por los daños ocasionados.
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La Comisión de Ursula von der Leyen ha enviado este lunes a las capitales su informe con las posibles alternativas para garantizar la financiación de Ucrania en los próximos dos años. El objetivo es que pueda sobrevivir a la guerra de agresión de Rusia una vez que Donald Trump ha cortado por completo las ayudas de Estados Unidos.
Este estudio fue solicitado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la cumbre del pasado 23 de octubre, después de que Bélgica rechazara la opción preferida por la mayoría: un 'préstamo de reparaciones' a Kiev de 140.000 millones de euros a partir de los fondos del Banco Central de Rusia congelados en Euroclear, con sede en Bruselas.
El primer ministro belga, Bart de Wever, asegura que este plan equivale a una confiscación de los fondos rusos y teme que las represalias del Kremlin se concentren únicamente sobre su país. Por eso ha exigido al resto de socios compromisos sólidos para cubrir de forma conjunta todos los riesgos asociados a esta iniciativa.
De Wever se reunió el pasado viernes con la propia Von der Leyen en la sede del Ejecutivo comunitario, pero de momento sigue considerando insuficientes las garantías que le ofrece el Ejecutivo comunitario.
En su documento de alternativas, Bruselas cifra en primer lugar en 135.700 millones de euros las necesidades de financiación de Kiev para 2026-2027: 52.300 millones de apoyo presupuestario y 83.400 millones de ayuda militar.
Tras examinar las tres opciones que considera viables, la Comisión concluye además que el 'préstamo de reparaciones' es la única solución que no implicaría importantes costes adicionales (probablemente inasumibles) para los Estados miembros.
"El beneficio de esta opción es que no genera un coste fiscal adicional significativo para los Estados miembros", ha explicado el comisario de Asuntos Económicos, Valdis Dombrovskis, en una entrevista con EL ESPAÑOL y otros periódicos europeos.
"Obviamente, existen otras alternativas que implican utilizar el presupuesto de la UE o el apoyo directo de los Estados miembros, pero estas suponen mayores costes fiscales para los Gobiernos", ha agregado.
La primera opción que plantea Bruselas consiste en que los Estados miembros otorguen a Ucrania contribuciones bilaterales voluntarias (es decir, subvenciones a fondo perdido) a través de la UE.
Esta alternativa no implica nuevas responsabilidades conjuntas ni requiere garantías o indemnizaciones adicionales, pero impacta de inmediato en los presupuestos de los Estados miembros. En concreto, el Ejecutivo comunitario calcula que este impacto oscilaría entre el 0,16% y el 0,27% del PIB por año.
La segunda alternativa pasaría por una nueva emisión de deuda conjunta europea para financiar la ayuda a Ucrania. Para ello, los Estados miembros deberían proporcionar garantías legalmente vinculantes, incondicionales, irrevocables y a primera solicitud, distribuidas entre ellos de acuerdo con la clave del PIB.
Este aval podría ser asumido más tarde por el margen disponible del presupuesto de la UE, aunque para ello se requeriría el apoyo unánime de los 27 Estados miembros, algo altamente improbable por el veto de Hungría.
En este escenario, los Estados miembros deberían asumir además el coste de los intereses, mientras que los avales nacionales tendrán un impacto en el déficit y la deuda. Los países nórdicos, que figuran entre los que más apoyo están prestando a Kiev en este momento, se oponen de forma radical a cualquier emisión de eurobonos.
Finalmente, la opción favorita de Bruselas y de la mayoría de Estados miembros es el 'préstamo de reparaciones' de 140.000 millones de euros, que se financiaría con el efectivo procedente de los fondos rusos inmovilizados.
Ucrania solo reembolsaría este préstamo cuando reciba reparaciones de Rusia por los daños ocasionados. Esta opción no requiere que la Unión contraiga ningún endeudamiento directo en los mercados de capital.
Eso sí, los Estados miembros también deberían proporcionar garantías en función de su PIB para cubrir la totalidad del crédito, aunque en este caso no computarían para la deuda nacional.
El Ejecutivo comunitario avisa de que también habría que cubrir los riesgos derivados del tratado bilateral de inversión que Bélgica tiene con Rusia, así como los costes y las consecuencias financieras derivadas de laudos arbitrales u otras decisiones o procesos judiciales contra un Estado miembro.
"Dado que esta opción sería una solución innovadora desde el punto de vista financiero y legal, no se puede descartar que existan efectos indirectos potenciales, incluidos en los mercados financieros (...) si el préstamo de reparaciones es percibido de manera incorrecta por otros como una confiscación", apunta Bruselas.
Este riesgo podría reducirse si otros socios internacionales, como Canadá o Reino Unido, adoptan medidas similares y conceden préstamos a Ucrania a partir de los activos rusos congelados.
En su carta, Von der Leyen reclama a los Estados miembros que cierren un acuerdo en la próxima cumbre del 18 y 19 de diciembre. Para mantenerse a flote, el Gobierno de Volodímir Zelenski necesita que el dinero empiece a fluir como muy tarde al principio del segundo trimestre de 2026.