Sarah Mullally en una imagen de archivo de finales de 2024.

Sarah Mullally en una imagen de archivo de finales de 2024. Mina Kim

Europa

El hito de Sarah Mullally, nueva líder de la Iglesia de Inglaterra: es la primera mujer nombrada arzobispo de Canterbury

Sustituirá a Justin Welby, que anunció su dimisión en noviembre de 2024 tras críticas por su gestión de un caso de abusos sexuales a menores.

Más información: El poder transformador de las mujeres en la Iglesia tras nombrar a la primera 'ministra': "Van a sanear la institución"

D. Barreira
Publicada
Actualizada

Sarah Mullally, la obispa de Londres desde hace siete años, se ha convertido este viernes en arzobispo de Canterbury. Se trata de la primera mujer en más de cinco siglos de historia escogida para liderar la Iglesia de Inglaterra y primada de la comunión anglicana.

"Al responder a la llamada de Cristo para este nuevo ministerio, lo hago con el mismo espíritu de servicio a Dios y al prójimo que me ha motivado desde que abracé la fe en mi adolescencia", ha afirmado Mullally, de 63 años, en un comunicado tras conocerse la decisión.

La mujer pionera, firme defensora de los derechos de las mujeres en la Iglesia anglicana, será oficialmente confirmada en el puesto en enero y sustituirá a Justin Welby, que anunció su dimisión en noviembre de 2024 a raíz de la publicación de un informe que concluía que conoció un caso de abusos sexuales a más de un centenar de menores en un campamento de verano y no hizo nada.

Sarah Mullally durante una ceremonia en St Paul's Cathedral.

Sarah Mullally durante una ceremonia en St Paul's Cathedral. Isabel Infantes Reuters

Mullally, que será la líder ceremonial de 85 millones de anglicanos, ha subrayado que en cada etapa de su trayectoria, primero como enfermera oncológica y luego como parte de la orden anglicana, ha aprendido a "escuchar atentamente a las personas y a la dulce inspiración de Dios para tratar de unirlas y encontrar esperanza y curación".

"Soy consciente de que como primera mujer obispa de Londres soy necesariamente subversiva: es una necesidad y tengo la intención de asumirlo", dijo Mullally en 2018 durante su sermón tras ascender a dicho cargo. Casada y madre de dos hijos, fue además jefa de la Oficina de Enfermería y directora de experiencias con el paciente en el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido entre 1999 y 2004, siendo la fémina más joven en ostentar dicha responsabilidad. 

"Hay grandes cosas en común entre la enfermería y el sacerdocio. Se trata de las personas y de acompañarlas en los momentos más difíciles de sus vidas", aseguró hace años en una entrevista. Se formó en el Instituto de Educación Teológica, fue nombrada sacerdotisa en 2002 y en 2015 se convirtió en una de las primeras obispas.

Los desafíos

El nombramiento de una mujer como arzobispo de Canterbury no es, sin embargo, una sorpresa total. En la lista de candidatos se incluía a otras dos obispas. Pero de lo que no hay duda es de que su elección marcará un nuevo capítulo, una nueva era para la Iglesia de Inglaterra y la comunión anglicana, de carácter más conservador.

De hecho, GAFCON, una agrupación de iglesias anglicanas conservadoras de África y Asia, criticó inmediatamente su designación, denunciando que el brazo inglés de la Iglesia anglicana ha "renunciado a su autoridad para liderar".

Uno de los principales retos a los que se enfrentará Sarah Mullally es la necesidad de restaurar la credibilidad de la Iglesia anglicana a la hora de proteger a los menores de los abusos sexuales. También deberá abordar las discrepancias en torno a la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Ella se ha mostrado a favor de aprobar dichas uniones.

Las reformas introducidas hace 11 años han hecho posible que una mujer sea nombrada como la 106.ª arzobispo de Canterbury. Mullally se erige así en la líder femenina de una de las últimas áreas de la vida pública británica copadas tradicionalmente por los hombres. Desde su asiento en la Cámara de los Comunes ha alzado la voz contra el aumento del coste de la vida y ha puesto el foco sobre la importancia del sistema sanitario o la justicia social.

El nombramiento de Mullally fue anunciado por el Gobierno británico tras un proceso de selección dirigido por la Comisión de Nominaciones de la Corona, que realizó consultas públicas y contó con la participación de representantes de la Iglesia de Inglaterra, fundada en 1534 por Enrique VIII tras separarse de la Iglesia de Roma, y de la comunión anglicana.

La nominación fue aprobada por el rey Carlos III, que tiene el título simbólico de gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, y será formalmente confirmada en enero de 2026 por el Colegio de Cánones de la Catedral de Canterbury, en el sureste inglés.

La elección de Mullally supone un hito histórico tras los avances en la inclusión femenina en la Iglesia de Inglaterra, que empezó a ordenar a mujeres sacerdotes en 1994 y obispas en 2015. Desde 2019 compatibilizaba el arzobispado de Londres con la función de Decana de las Capillas Reales

"El arzobispo de Canterbury desempeñará un papel clave en nuestra vida nacional. Le deseo muchos éxitos y estoy deseando empezar a trabajar de forma conjunta", ha anunciado el premier británico Keir Starmer.