Antes y después de Flex, una compañía ubicada a 800 kilómetros del frente.
Rusia bombardea una empresa americana en la frontera de Ucrania con la UE tras negarle la paz en Alaska
El ataque con misiles contra una planta de componentes electrónicos en Mukáchevo dejó 15 heridos y obligó a evacuar a 600 trabajadores.
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Rusia lanzó anoche un ataque con misiles de crucero contra una fábrica estadounidense en la ciudad ucraniana de Mukáchevo, en la región de Transcarpatia, junto a la frontera con la Unión Europea.
El impacto destruyó almacenes y líneas de producción, provocó un grave incendio y dejó al menos 15 heridos, según las autoridades locales. La planta, dedicada a la fabricación de componentes electrónicos y productos de consumo como cafeteras o cartuchos de impresora, empleaba a miles de vecinos de la zona.
El alcalde, Andrii Baloha, confirmó que dos proyectiles de tipo Kalibr alcanzaron la instalación a las 4:40 de la mañana. Unos 600 empleados se encontraban en ese momento en el recinto, pero la evacuación a los refugios habilitados dentro del complejo evitó una tragedia mayor.
El jefe de la administración regional, Myroslav Biletski, precisó que el ataque no causó víctimas mortales y que los equipos de emergencia seguían trabajando en la extinción del fuego y en la asistencia a los heridos.
El ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, denunció en la red X que se trataba de un objetivo “plenamente civil, sin ninguna vinculación con la defensa”.
Recordó que no era la primera vez que Moscú golpeaba intereses empresariales de Estados Unidos en Ucrania: a comienzos de año ya habían sido bombardeadas las oficinas de Boeing en Kyiv. “No hay lógica militar, ni necesidad bélica, únicamente terror contra la población, las empresas y la vida normal en nuestro país”, escribió.
Last night, the Russian army set one of its insane anti-records. They targeted civilian infrastructure facilities, residential buildings, and our people.
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) August 21, 2025
Several cruise missiles were lobbed against an American-owned enterprise in Zakarpattia. It was a regular civilian business,… pic.twitter.com/CQLSQls4Oq
Volodímir Zelenski se sumó a las condenas y calificó la acción como un intento deliberado de destruir un enclave industrial clave en el extremo occidental del país.
“Utilizaron varios misiles de crucero contra una empresa de capital estadounidense en Transcarpatia. Era una fábrica común, dedicada a producir bienes cotidianos. También eso fue objetivo para Rusia. Es muy revelador”, afirmó el presidente en Telegram.
El ataque se enmarcó en una ofensiva de gran alcance que, en la misma noche, incluyó el lanzamiento de más de 500 drones y 40 misiles contra distintas regiones ucranianas, entre ellas Leópolis y Zaporiyia. La oleada de explosiones reactivó las alarmas antiaéreas en todo el territorio y obligó a interrumpir el suministro eléctrico en varias localidades.
El corresponsal del Wall Street Journal en Ucrania, Yaroslav Tromifov, recordó con ironía el acuerdo de minerales firmado por Washington y Kyiv, presentado entonces como garantía de que Moscú nunca atacaría inversiones estadounidenses en el país: “Pues bien, lo han hecho”.
También Olena Tregub, conocida activista y agente anticorrupción, compartió su análisis de la situación: “Es una locura. Rusia ha golpeado el extremo occidental de Ucrania, una fábrica americana en Mukáchevo. ¿Para qué? ¿Quiso Putin humillar a Trump como en Alaska?”.
La Casa Blanca optó por el silencio y sostuvo que Rusia quería la paz en Ucrania. En Kyiv no pensaban lo mismo.
Sybiha subrayó que era “crítico” intensificar las gestiones diplomáticas, tanto en un formato bilateral con Rusia como en una mesa tripartita con la participación de Estados Unidos, al tiempo que se reforzara la defensa de los cielos del país. “El trabajo para proporcionar garantías de seguridad fiables para Ucrania, incluidas las de Washington y los aliados europeos, era tan importante como urgente”, insistió.