Donald Trump y Volodímir Zelenski caminan durante por la Casa Blanca.

Donald Trump y Volodímir Zelenski caminan durante por la Casa Blanca. Alexander Drago Reuters

Europa

Trump plantea el envío de tropas de EEUU a Ucrania como garantía de seguridad a cambio de que ceda territorios a Rusia

El presidente de EEUU inicia los preparativos para celebrar en agosto una reunión entre Putin y Zelenski antes de organizar una reunión a tres bandas.

El Kremlin pone como condición previa que Kyiv ceda el Donbás y que renuncie a sus aspiraciones de recuperar la península de Crimea.

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Donald Trump interrumpió la reunión de este lunes en la Sala Este de la Casa Blanca con Volodímir Zelenski y los siete líderes europeos que le arroparon en su regreso a Washington para mantener una consulta telefónica "franca y constructiva" con Vladímir Putin que, según el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, se prolongó durante 40 minutos.

Encima de la mesa estaba la posibilidad de desplegar tropas estadounidenses en Ucrania como parte de un contingente militar occidental más amplio que ofreciera a Kiev las garantías de seguridad que demanda, de acuerdo con The Wall Street Journal, si a cambio se empieza a discutir la partición territorial de Ucrania.

Y no sólo eso. Los de Zelenski tendrán que comprometerse a comprar armas made in Estados Unidos por valor de 100.000 millones de dólares. Un gasto que asumirán los países europeos, según el Financial Times.

De acuerdo con el digital Axios, Trump no descartó poner botas americanas sobre el terreno, pero hizo saber a sus interlocutores que los países europeos serían "la primera línea de defensa" de Ucrania. El propio Trump confirmó después a través de su plataforma Truth Social que esas garantías de seguridad "serían proporcionadas por los distintos países europeos, en coordinación con Estados Unidos".

Tanto Zelenski como el presidente finlandés Alexander Stubb, uno de los líderes continentales presentes en la cita, coincidieron en que los detalles sobre las garantías de seguridad podrían concretarse en el transcurso de la próxima semana.

Steve Witkoff, el enviado especial de la Casa Blanca, aseguró el domingo que Putin había aceptado durante la cumbre en Alaska que tanto Washington como sus aliados europeos ofrecieran a Kyiv garantías de seguridad que guardan una cierta similitud con el Artículo 5 de la OTAN, que establece que "un ataque armado contra uno o más" miembros de la Alianza "será considerado un ataque contra todos".

"Conseguimos la siguiente concesión: que Estados Unidos podría ofrecer una protección similar a la del artículo 5, que es una de las verdaderas razones por las que Ucrania quiere entrar en la OTAN", presumió el inversor inmobiliario neoyorquino, un neófito en la arena diplomática, en los micrófonos de la CNN.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, había adelantado a su llegada a Washington —y repitió después desde la Sala Este— que las conversaciones de este lunes orbitarían alrededor de "una propuesta italiana para establecer garantías de seguridad efectivas basadas en el Artículo 5 del Tratado de la OTAN". El plan, que comenzó a esbozar en marzo, lleva su firma.

Pero el Ministerio de Exteriores ruso emitió este lunes un extenso comunicado para rebajar el optimismo de Witkoff. "Reafirmamos nuestra posición, repetidamente expresada, de rechazo categórico a cualquier escenario que implique la presencia de un contingente militar de países de la OTAN en Ucrania", recoge la declaración.

Un cara a cara

Trump explicó a través de Truth Social que su conversación telefónica con el jefe del Kremlin en mitad de las negociaciones con los europeos había servido para iniciar "los preparativos para una reunión, en un lugar aún por determinar, entre el presidente Putin y el presidente Zelenski".

"Después de esa reunión, tendremos una reunión trilateral, en la que participaremos los dos presidentes y yo mismo", avanzó.

Todavía no hay lugar ni fecha confirmada, pero la Casa Blanca confía en que Putin y Zelenski se vean las caras antes de que acabe este mes de agosto. El mandatario ucraniano no pone condiciones y dice estar dispuesto, por lo que sólo falta la confirmación definitiva del Kremlin.

"Es probable que el presidente ruso acepte reunirse con Zelenski, ya lo hizo una vez en 2019", indica en conversación con este periódico Oleg Iglatov, analista senior para Rusia del International Crisis Group. "No creo que le suponga ningún problema. Pero pedirá que se prepare bien esta reunión, que se preparen los documentos".

Esos documentos pueden reflejar las ambiciones que el presidente ruso proyecta sobre la región del Donbás. De acuerdo con Witkoff, el mandatario ruso se había abierto a congelar la línea del frente, abandonar sus posiciones en algunas zonas del norte de Ucrania —como Járkiv o Sumy— y detener su tímido avance en el sur. También se comprometió a aprobar una ley que impida invadir otros países europeos, una cláusula irrisoria.

El Kremlin, claro, puso como condición previa que Kiev cediera el Donbás y renunciara a sus aspiraciones de recuperar la península de Crimea —anexionada de forma ilegal en 2014— y de incorporarse a la OTAN.

Las tropas rusas controlan la práctica totalidad de Lugansk, pero se les resiste el 25 por ciento de la región de Donetsk, incluidas las áreas estratégicas de Pokrovsk y Kostiantynivka. Dos de las "ciudades fortaleza" que forman parte del archipiélago de líneas defensivas que frenan el avance de los rusos.

"Dado que Kiev inevitable y comprensiblemente temería una renovada agresión rusa, sea cual sea el contenido del acuerdo, se vuelve aún más importante que estas líneas defensivas queden del lado ucraniano del frente", escribe el experto Mark Galeotti en las páginas de la revista The Spectator.

El propio Zelenski había insistido este lunes en los micrófonos de Fox News, la cadena predilecta del trumpismo, que sería "imposible ceder territorio" a Rusia. Es la postura que mantiene desde los primeros compases de la invasión a gran escala. La partición territorial es percibida en Ucrania como una capitulación frente al invasor ruso.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, aclaró —también en la Fox— que en la reunión no se discutió la partición de Ucrania. "Todo el mundo tiene claro, incluido [Trump], que en lo que respecta al territorio, es el presidente ucraniano quien tiene que discutir esto en la reunión trilateral y, probablemente, en más conversaciones posteriores con Putin".

Adiós a la tregua

Además de las garantías de seguridad, tanto Zelenski como sus aliados europeos exigen un alto el fuego antes de sentarse a negociar, una premisa que tanto el canciller alemán Friedrich Merz como el presidente francés Emmanuel Macron trasladaron a Trump antes de que comenzara la reunión en la Sala Este.

El caso es que Trump compartía la necesidad de detener las hostilidades. De hecho, la pasada semana prometió a los líderes europeos durante la reunión telemática para preparar la cumbre en Alaska que Rusia sufriría "severas consecuencias" si Putin no aceptaba una tregua. Después del cara a cara con el presidente ruso, sin embargo, cambió de parecer.

En este sentido, Fiona Hill, académica estadounidense de origen británico que trabajó como consejera de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump, dice que el mandatario estadounidense ha "cedido por completo el control de la narrativa" del conflicto a Putin.

El presidente ruso le convenció de la conveniencia de perseguir un acuerdo de paz "integral" antes que un alto el fuego. "Podemos trabajar en un acuerdo de paz mientras ellos luchan. Tienen que luchar. Ojalá pudieran parar, me gustaría que pararan, pero estratégicamente eso podría suponer una desventaja para una de las partes", expresó Trump durante la comparecencia conjunta con Zelenski.