El autócrata ruso Vladimir Putin visita la fábrica de hierro y acero de Magnitogorsk.

El autócrata ruso Vladimir Putin visita la fábrica de hierro y acero de Magnitogorsk. Reuters

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Putin aprovecha los ataques de drones ucranianos para restringir todavía más el acceso a internet en toda Rusia

Un informe del grupo activista Na Svyazi indica que, a mediados de julio, 73 de las más de 80 regiones rusas presentaban interrupciones en la red móvil.

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Durante semanas, los ciudadanos rusos han visto cómo el acceso a internet móvil desaparece repentinamente de sus teléfonos.

Desde Moscú hasta el Lejano Oriente, más de 70 regiones del país han experimentado apagones digitales que las autoridades justifican como medida de seguridad frente a los ataques con drones ucranianos.

Sin embargo, organizaciones de derechos digitales denuncian que el Kremlin está utilizando estos cortes como un instrumento más de censura, reforzando su control sobre una red que ya se encontraba severamente restringida.

El fenómeno comenzó a intensificarse en mayo, coincidiendo con las celebraciones por el aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi.

Durante los días del desfile militar en la capital, Moscú sufrió interrupciones generalizadas del servicio móvil.

Poco después, los cortes comenzaron a reproducirse en otras regiones, muchas de ellas muy alejadas del frente de guerra.

Un informe del grupo activista Na Svyazi indica que, a mediados de julio, 73 de las más de 80 regiones rusas presentaban interrupciones en la red móvil. En 41 de ellas, también se vieron afectados los servicios de banda ancha, como recoge Infobae.

La narrativa oficial se basa en la defensa frente a drones, pero lo que vemos es una consolidación autoritaria del espacio digital”, advierte Anastasiya Zhyrmont, responsable de políticas para Europa del Este y Asia Central en el grupo Access Now.

La justificación de la seguridad abre la puerta a todo tipo de abusos”.

Justificación oficial

El Kremlin insiste en que los cortes están justificados. El portavoz Dmitri Peskov declaró que “todo lo relacionado con la seguridad de los ciudadanos es una prioridad”, sin aclarar la duración de las restricciones.

Algunos gobiernos regionales han respaldado esta postura. El gobernador de Nizhni Nóvgorod, Gleb Nikitin, afirmó que la medida se mantendrá mientras exista “una amenaza persistente”.

Sin embargo, los testimonios recogidos en ciudades como Rostov, Voronezh, Samara y Omsk reflejan una realidad más compleja.

La conectividad se interrumpe de forma errática, a veces por horas, a veces por días. El bloguero Pavel Osipyan ironiza sobre la situación en Rostov, donde los cortes han obligado a los conductores a volver a usar mapas de papel y dificultan incluso pagar con tarjeta.

Zonas vulnerables

En las zonas rurales la situación es aún más crítica. La red móvil suele ser la única forma de conexión, y la caída del servicio ha generado problemas concretos, como el funcionamiento de las farmacias.

Viktoria Presnyakova, directora de la Asociación de Farmacias Independientes, explicó que muchas recetas deben registrarse en línea, lo que ha sido imposible durante semanas.

En Belgorod, una región fronteriza con Ucrania, un residente se quejó públicamente de que, ante la falta de internet y de sistema de alarmas, los vecinos deben golpear barandillas para alertar de posibles ataques.

Las autoridades locales prometieron estudiar formas de mejorar la conectividad, mientras el gobierno central estudia crear una agencia específica para coordinar los cortes de red.

Censura en expansión

Esta ofensiva digital no es un fenómeno nuevo en Rusia. Desde la invasión de Ucrania en 2022, el gobierno de Vladímir Putin ha incrementado drásticamente la censura online.

Redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram están bloqueadas; YouTube ha sufrido restricciones; y plataformas de mensajería cifrada como Signal fueron clausuradas.

El acceso a servicios VPN también es combatido de forma activa por los órganos estatales, y se prepara el lanzamiento de una aplicación de mensajería nacional para reemplazar a las extranjeras.

Es parte de un plan de largo plazo para controlar el entorno digital”, asegura Kateryna Stepanenko, analista del Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington.

“A diferencia de China, el Kremlin tardó 20 años en construir un modelo de censura digital integral. Ahora está consolidándolo a marchas forzadas”.

Una sociedad resignada

Además de restringir el acceso a contenidos, Rusia parece dispuesta a dificultar directamente la conectividad.

Los cortes de internet no solo afectan a ciudadanos comunes, sino también a sectores económicos que dependen de la red móvil.

Empresas, tiendas y taxis sufren interrupciones, y muchos servicios digitales dejan de funcionar sin previo aviso.

Algunos funcionarios intentan paliar la situación habilitando puntos de wifi públicos, aunque el efecto es limitado.

La aceptación social de estas medidas también preocupa a los activistas: “Lo más inquietante es que la población se está acostumbrando a vivir con restricciones digitales”, advierte Zhyrmont. Y añadió: “Esto no debería ser la realidad moderna”.

En un país donde el control estatal se extiende cada vez más a todos los ámbitos de la vida, el apagón digital amenaza con convertirse en un nuevo estándar represivo.

En nombre de la seguridad, el Kremlin borra lentamente la posibilidad de conexión libre, transparente y sin vigilancia.