Soldados talibanes en las calles de Kabul en una imagen de archivo. Reuters
Rusia se convierte en el primer país del mundo en reconocer la legitimidad del Gobierno de los talibanes en Afganistán
La decisión de Moscú representa un hito importante para la Administración talibán en su intento de aliviar su aislamiento internacional y liberarse de las sanciones.
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Rusia se convirtió este jueves en el primer país del mundo en reconocer a los talibanes como el gobierno legítimo de Afganistán, poco después de retirarlos de la lista de organizaciones terroristas.
La decisión fue tomada por el presidente ruso, Vladimir Putin, a propuesta del Ministerio de Exteriores, explicó este jueves Dmitri Zhirnov, embajador ruso en Kabul, a la televisión pública.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo que ve buenas perspectivas para desarrollar lazos y continuará apoyando a Kabul en seguridad, lucha contra el terrorismo y combate al narcotráfico.
También vio importantes oportunidades comerciales y económicas, especialmente en energía, transporte, agricultura e infraestructura.
"Creemos que el acto de reconocimiento oficial del Gobierno del Emirato Islámico de Afganistán impulsará el desarrollo de una cooperación bilateral fructífera entre nuestros países en diversos ámbitos", afirmó el ministerio.
El ministro de Asuntos Exteriores afgano, Amir Khan Muttaqi, dijo en un comunicado: "Valoramos este valiente paso dado por Rusia y, si Dios quiere, servirá de ejemplo también para otros".
Ningún otro país ha reconocido formalmente al Gobierno talibán que tomó el poder en agosto de 2021, mientras las fuerzas lideradas por Estados Unidos organizaban una retirada caótica de Afganistán tras 20 años de guerra. Sin embargo, China, Emiratos Árabes Unidos, Uzbekistán y Pakistán han designado embajadores en Kabul, en un paso hacia el reconocimiento.
La medida rusa representa un hito importante para la Administración talibán en su intento de aliviar su aislamiento internacional.
Es probable que esto sea observado de cerca por Washington, que ha congelado miles de millones de dólares en activos del banco central de Afganistán y ha aplicado sanciones a algunos altos dirigentes talibanes que contribuyeron a que el sector bancario de Afganistán quedara en gran medida aislado del sistema financiero internacional.
Historia compleja
Rusia ha ido estrechando gradualmente relaciones con los talibanes, a quienes Putin calificó el año pasado como aliados en la lucha contra el terrorismo. Desde 2022, Afganistán importa gas, petróleo y trigo de Rusia .
Rusia prohibió a los talibanes como movimiento terrorista en 2003, pero la prohibición se levantó en abril de este año. Rusia considera necesario colaborar con Kabul, ya que se enfrenta a una grave amenaza para la seguridad por parte de grupos militantes islamistas con sede en diversos países, desde Afganistán hasta Oriente Medio.
En marzo de 2024, hombres armados asesinaron a 149 personas en una sala de conciertos a las afueras de Moscú en un ataque reivindicado por el Estado Islámico. Funcionarios estadounidenses afirmaron tener información de inteligencia que indicaba que la rama afgana del grupo, Estado Islámico Jorasán (ISIS-K), era la responsable.
Los talibanes dicen que están trabajando para eliminar la presencia del Estado Islámico en Afganistán.
Diplomáticos occidentales afirman que el camino de los talibanes hacia un mayor reconocimiento internacional está bloqueado hasta que cambien de rumbo en materia de derechos de las mujeres.
Los talibanes han cerrado las escuelas secundarias y universidades a niñas y mujeres y han impuesto restricciones a su libertad de movimiento sin un tutor masculino. Afirman respetar los derechos de las mujeres conforme a su estricta interpretación de la ley islámica.
Rusia tiene una historia compleja y sangrienta en Afganistán. Las tropas soviéticas invadieron el país en diciembre de 1979 para apoyar a un gobierno comunista, pero se vieron envueltas en una larga guerra contra combatientes muyahidines armados por Estados Unidos. El líder soviético Mijaíl Gorbachov retiró su ejército en 1989, momento en el que unos 15.000 soldados soviéticos habían muerto.