El candidato conservador alemán a canciller y líder del partido CDU Friedrich Merz y la colíder del partido AfD Alice Weidel asisten al programa ZDF 'Klartext'.

El candidato conservador alemán a canciller y líder del partido CDU Friedrich Merz y la colíder del partido AfD Alice Weidel asisten al programa ZDF 'Klartext'. Reuters

Europa

Devoluciones en caliente y deportaciones diarias: por qué la política migratoria de Merz se parece a la de la ultraderecha

El conservador, ganador de las elecciones de Alemania, ha prometido un "giro en la política migratoria" a través de un plan de cinco puntos.

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Una de las habilidades que se le atribuyen a Friedrich Merz es su capacidad para captar el pulso de la opinión pública. Por ello, durante toda la campaña electoral, el conservador de la CDU ha intentado responder a la creciente inquietud social sobre la inmigración, especialmente tras una serie de atentados terroristas perpetrados por solicitantes de asilo que han sacudido Alemania en los últimos meses.

"En los próximos cuatro años debemos resolver dos grandes problemas en nuestro país: la inmigración y la economía", afirmó Merz en su último debate. Ahora, ya coronado como ganador de las elecciones federales, podrá comenzar a aplicar lo que ha denominado "un giro en política migratoria", una vez, eso sí, logre formar una coalición. Todo apunta a que sus socios serán su histórico rival, los socialdemócratas del SPD, y un tercer partido, que podrían ser Los Verdes.

En cualquier caso, la agenda migratoria será una de las primeras medidas que impulse Merz desde la Cancillería, no solo porque se trata de una de sus promesas electorales, sino también para evitar que la extrema derecha de AfD, ahora segunda fuerza política con el 20% de los votos, se siga apropiando del debate migratorio.

La gente asiste a una protesta contra los planes de migración del líder del partido CDU y principal candidato a canciller, Friedrich Merz y el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en Berlín, Alemania, el 2 de febrero de 2025.

La gente asiste a una protesta contra los planes de migración del líder del partido CDU y principal candidato a canciller, Friedrich Merz y el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en Berlín, Alemania, el 2 de febrero de 2025. Reuters

El canciller saliente, el socialdemócrata Olaf Scholz, ya intentó aplicar esta estrategia en los últimos meses de su mandato, al frente del primer tripartito del país que terminó colapsando por disputas internas. El pasado verano, tras un atentado en Solingen, en el oeste del país, su gobierno decidió imponer controles temporales en todas las fronteras para reducir la migración irregular y combatir el terrorismo islamista.

Sin embargo, a medida que el debate migratorio se endurecía en toda la Unión Europea, los partidos comenzaron a radicalizar sus discursos. En este contexto, los democristianos han acercado sus propuestas a las de la ultraderecha, a pesar de prometer lo contrario. De hecho, los principales partidos alemanes, incluidos los socialdemócratas, abogan por políticas migratorias más restrictivas. "En un momento de extrema politización de la inmigración y ante el auge de la ultraderecha, inevitablemente se aplican medidas más restrictivas, aunque en muchos casos son más simbólicas que efectivas para frenar la migración", explicaba Francesco Pasetti, investigador principal del área de Migraciones de CIDOB y profesor adjunto en el Institut Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI), en este periódico.

Puntos en común

No es una sorpresa que la CDU y la AfD compartan algunas propuestas sobre inmigración, aunque sus líderes intenten marcar distancias. A principios de año, el partido radical liderado por Alice Weidel apoyó en el Bundestag dos mociones migratorias no vinculantes presentadas por los democristianos. Fue la primera vez desde los años 90 que la CDU aceptó el respaldo de la ultraderecha, debilitando así el llamado "cordón sanitario" contra los ultras.

En concreto, Merz propone un plan de cinco puntos para reducir la inmigración irregular y mejorar la seguridad del país. El primero contempla la instauración de controles fronterizos permanentes, lo que ha generado preocupación por su posible impacto en el espacio Schengen. En segundo lugar, los conservadores plantean rechazar sin excepciones a cualquier persona que intente entrar de forma ilegal, prohibiendo la entrada incluso a quienes soliciten protección, bajo el argumento de que ya están seguros en países vecinos. Esta medida es rechazada por los socialdemócratas, que podrían ser sus principales socios de coalición.

El tercer punto propone la detención inmediata de todas las personas con orden de expulsión, así como la creación de más centros de detención y un aumento en las deportaciones, incluidas las destinadas a Afganistán y Siria. El cuarto punto exige mayor apoyo del Gobierno federal a los estados en materia de deportaciones y la creación de "centros federales de salida" para agilizar los retornos. Finalmente, el quinto punto busca endurecer el derecho de residencia para delincuentes y personas consideradas peligrosas.

Por su parte, la AfD propone medidas similares, pero aún más estrictas. Su discurso se ha centrado en el concepto de "remigración", término eufemístico que utilizan para referirse a la expulsión masiva de extranjeros y ciudadanos alemanes de origen extranjero. Al igual que la CDU, abogan por controles fronterizos más duros, la externalización del procesamiento de solicitudes de asilo y la repatriación de personas sin derecho a permanecer en el país.

Durante la campaña electoral, la AfD llegó a distribuir en barrios con alta población migrante miles de billetes de avión falsos dirigidos a "inmigrantes ilegales", con el mensaje de que serían deportados. Entre sus propuestas más radicales, el partido de extrema derecha plantea también imponer sanciones económicas a los países de origen que no colaboren con las deportaciones, suspendiendo ayudas al desarrollo y dificultando la concesión de visados.