Tractoristas se manifiestan con sus vehículos ante la puerta de Brandenburgo

Tractoristas se manifiestan con sus vehículos ante la puerta de Brandenburgo Reuters

Europa

Los agricultores, en pie de guerra por los recortes de Scholz: bloquean Alemania con 10.000 tractores

El Ejecutivo alemán anunció recortes que afectan, entre otras cuestiones, a parte de las subvenciones a los trabajadores del campo.

9 enero, 2024 02:43
Berlín

Olaf Scholz se ha quedado sin poder decir eso de: "año nuevo, vida nueva". Su país arrastra serios problemas y los cambios del calendario no harán que desaparezcan.

Para recordárselo salían a la calle miles de productores del sector primario este lunes. Protagonizaron una tractorada nacional que dejó bloqueadas algunas de las principales arterias del país. Las movilizaciones van a durar una semana. Está previsto que terminen con una gran manifestación – aún mayor a la vista este lunes – la próxima semana en Berlín.

Este lunes, en la capital alemana se vieron tractores y grandes vehículos de transporte junto a la célebre Puerta de Brandeburgo, el más emblemático monumento berlinés. Empezaron a llegar en la noche del domingo a la capital, mientras en las autoridades del país se temía que la de este lunes fuera "la mayor protesta de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial", según recogía el diario Bild, el periódico más leído de Alemania.

La radio-televisión pública germana ARD cifraba en 10.000 los trabajadores del campo que salieron con sus vehículos a interrumpir el tráfico en avenidas, carreteras y autopistas en una treintena de puntos de la geografía teutona.

En grandes ciudades del país, como Berlín, Múnich (sur), Colonia (oeste) o Hamburgo (norte) se dejó notar la movilización de los agricultores. Hubo lugares en los que las escuelas no pudieron abrir sus puertas. Puestos de trabajo quedaron sin ocupar y, tal y como contaba el diario bávaro Süddeutsche Zeitung, hasta la planta de producción de Volkswagen de Emden (noroeste) se quedó sin poder funcionar.

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Protestan estos trabajadores del campo por las medidas del Ejecutivo de Scholz, un canciller cuyo gobierno parece tener el agua al cuello. El Gobierno alemán lleva semanas dando la impresión de estar superado, no tanto por su incontestable impopularidad sino, sobre todo, por su necesidad de improvisar un nuevo presupuesto para 2024 después de que el Tribunal Constitucional dinamitara el pasado mes de noviembre las intenciones de gasto de Scholz y compañía.

El Ejecutivo del canciller, compuesto por socialdemócratas, ecologistas y liberales, quería dedicar nada menos que 60.000 millones de euros para la protección climática procedentes de un fondo de deuda ideado en origen para la lucha contra la COVID-19. Los magistrados de Karlsruhe consideraron que aquello era hacer trampas presupuestarias, algo que había denunciado la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el principal partido de la oposición.

Desde entonces, Scholz y compañía han parcheado sus cuentas y sacado la tijera para recortar gasto allí donde ven necesario. Parece ser que las subvenciones al campo se veían en la Cancillería Federal como prescindibles flecos "presupuestarios". Según las cuentas de los agricultores, los 1.000 millones de euros en impuestos suplementarios que van a pasar a pagar en el sector supone pedir demasiado a un colectivo donde muchos pequeños empresarios temen por su futuro.

Ellos quisieran que las protestas de este lunes – y las que están previstas – hagan cambiar de opinión al canciller y su equipo. En parte, los manifestantes ya habían conseguido algo antes de que incluso se registraran las movilizaciones. Porque antes de que se viera la tractorada de este lunes en Berlín, Scholz y compañía se habían desdicho sobre su voluntad de acabar con el trato fiscal preferente a los vehículos forestales y agrícolas.

Además, la inmediata eliminación de la subvención al diésel para agricultores, la semana pasada, ya había quedado en "eliminación parcial", de momento. El Gobierno quiere suprimirla progresivamente en los próximos años, según informa el diario económico Handelsblatt.

En 2023, la economía alemana fue la única de un gran país de la OCDE que cayó en recesión. Se contrajo un 0,4%. En la agenda del canciller también está hacer de Alemania un país neutral desde un punto de vista climático de aquí a 2045.

Los agricultores piden "comprensión"

El enfado del campo alemán con el Gobierno es total. Por eso mantenía la movilización la Asociación Alemana de Agricultores (DVB, por sus siglas alemanas), la organización mayoritaria de los trabajadores del campo germano. Según sus propias cuentas, esta asociación representa al 90% de los 300.000 empresas agrícolas alemanas. La DVB es la organización que lleva la voz cantante en las movilizaciones, a las que también está asociada la iniciativa La Agricultura une Alemania (LSV, por sus siglas alemanas).

Concretamente, la DVB sigue pidiendo que se mantenga la citada subvención del gasóleo agrícola. Los transportistas, por su parte, tienen puesto el foco en los impuestos a las emisiones de dióxido de carbono – gas al que se atribuye el efecto invernadero – además de pedir más dinero para puentes, carreteras, zonas de aparcamiento de camiones y ayudas para facilitar la financiación del transporte por carretera respetuoso con el clima. Scholz ha prometido inversiones en infraestructuras en su mandato, aunque aún está por verse el efecto económico de ese gasto.

Protesta en un tractor contra el gobierno de coalición de Scholz, cuya alianza se conoce como 'semáforo'

Protesta en un tractor contra el gobierno de coalición de Scholz, cuya alianza se conoce como 'semáforo' Reuters

Al presidente de la DVB, Joachim Rukwied, le constan las muchas molestias que causa que agricultores y transportistas salgan a la calle como hacían este lunes. "Pedimos a la ciudadanía su comprensión. No queremos perder el gran apoyo y solidaridad que estamos recibiendo de amplios sectores de la sociedad", ha dicho Rukwied en declaraciones al semanario Stern. Prioritario para su organización es mostrar su descontento con la política del Gobierno, un Ejecutivo que ya ha acostumbrado a generar insatisfacción en la mayoría de la población.

Impopularidad del Ejecutivo

El pulso que ahora echan al Gobierno los trabajadores del campo pilla muy bajo de capital político a Scholz y compañía. El 82% de la población, según la encuesta de tendencias políticas que presenta recurrentemente la ARD, está "poco o nada" satisfecho con el trabajo del equipo de Scholz en el Ejecutivo.

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Desde hace ya meses, los sondeos de intención de voto descartan que sumen mayoría los partidos de la coalición gubernamental, conformada por el Partido Socialdemócrata de Scholz (SPD), Los Verdes y los liberales del FDP. 

La figura del canciller también destaca por el poco apoyo que recoge entre los alemanes. Sólo un 19% de la población está contenta con las políticas de Scholz, según ha recogido el diario muniqués Münchner Merkur.

Marcha de tractores en protesta por las medidas de Scholz

Marcha de tractores en protesta por las medidas de Scholz Reuters

Pero eso no quiere decir que el Ejecutivo germano vaya a ceder fácilmente. Eso mismo daba a entender al menos el ministro de Hacienda de Scholz, el político liberal Christian Lindner, quien ha dicho ante las reivindicaciones de los manifestantes que "la sociedad tiene una responsabilidad ante la agricultura, pero la agricultura tiene a su vez una responsabilidad ante la sociedad".

'Abordaje' a un ministro

Sobre la irresponsabilidad de algunos manifestantes del campo han querido hablar en el Gobierno estos días. Sobre todo, después de que una acción de protesta espontánea agricultores en Schleswig-Holstein (norte) dejara al ministro de Economía, el ecologista Robert Habeck, sin poder tomar tierra en tiempo y forma el pasado jueves, cuando llegaba de vacaciones al puerto de Schlüttsiel. Habeck viajaba en una embarcación procedente de la isla germana de Hallig Hooge.

Por lo visto hubo un conato de abordaje del trasbordador marítimo en que viajaba el ministro. La intervención policial evitó que el incidente fuera a mayores. La crónica local diría que aquello fue un "cobarde ataque" contra Habeck, según los términos del Bild. Este lunes, sin embargo, la frustración del campo alemán desbordaba en las calles del país. Y las protestas aún no han acabado.