- El Canciller alemán Olaf Scholz durante una conferencia de prensa en las segundas consultas del gobierno germano-brasileño en la Cancillería de Berlín, Alemania.

- El Canciller alemán Olaf Scholz durante una conferencia de prensa en las segundas consultas del gobierno germano-brasileño en la Cancillería de Berlín, Alemania. EFE

Europa

El canciller Olaf Scholz saca la tijera: recortes sociales en el Gobierno progresista alemán

El Gobierno del canciller socialdemócrata avisa: quien no trabaje y rechace una oferta de empleo, recibirá menos ayudas sociales.

3 enero, 2024 02:12
Berlín

Para el canciller alemán Olaf Scholz, pese a que su país entró en recesión el año pasado –el PIB alemán se contrajo un 0,4% en 2023–, en el mercado laboral germano no puede haber quejas. Una media de hasta 45,9 millones de personas de los poco más de 80 millones que viven en Alemania tenían trabajo en 2023, un dato que nunca fue tan alto desde la Reunificación, según las cuentas de la Oficina Federal de Estadística (Destatis). "Nunca antes tantos hombres y mujeres en Alemania habían tenido un empleo como hoy. Esto es bueno", ha dicho Scholz sacando pecho.

Sin embargo, hasta en esa área de gestión se nota que el país del canciller está en crisis. De hecho, aún está notando Alemania las consecuencias de la ilegal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y, especialmente, el cierre del grifo del gas natural ruso al que se había hecho dependiente el país de Scholz. En este contexto, al Gobierno alemán, compuesto también por ecologistas de Los Verdes y liberales del FDP, le toca recortar gastos.

El presupuesto para 2024 que tenía el Gobierno para Alemania ya incluía este verano recortes por valor de unos 30.600 millones de euros respecto al montante presupuestado en 2023. Luego, a finales del pasado otoño, el Tribunal Constitucional declaraba anticonstitucional la intención de Scholz y compañía de endeudarse con 60.000 millones de euros a través de un fondo inicialmente pensado para la lucha contra la COVID-19 que se iba a dedicar finalmente para financiar medidas para la protección climática gracias a la "creatividad" presupuestaria del Ejecutivo.

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Esa decisión del Tribunal Constitucional no hizo más que reforzar la necesidad de realizar ajustes en las cuentas del Ejecutivo, que ha terminado 2023 improvisando acuerdos a cuenta del dinero del Gobierno para este 2024. Según lo estipulado, una de las nuevas prioridades es "ahorrar en el ámbito del Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos Sociales", según Christian Lindner, vicecanciller y Ministro de Hacienda de Scholz.

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de Alemania, en manos del también socialdemócrata Hubertus Heil, es el mayor receptor de medios del Estado alemán. En teoría, se iba a quedar 171.700 millones de euros para 2024. Pero eso era antes de que hubiera que repensar las cuentas del Gobierno tras la decisión de los magistrados del Tribunal Constitucional.

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En 2024, Heil y su ministerio seguramente seguirán representando la mayor área de gasto del Ejecutivo. Pero lo harán con actitud espartana. De lo contrario Heil no estaría saliendo a la palestra estos días diciendo cosas como las que afirmaba recientemente al diario Bild, el más leído de Alemania. A saber: "quien rechace todas las ofertas de empleo debe esperar consecuencias más duras" o "se endurecerán las sanciones contra los que se nieguen rotundamente ante ofertas de empleo". Así se refería a quienes, percibiendo ayudas del Estado por estar en el paro, se niegan a aceptar ofertas de trabajo del sistema nacional de lucha contra el desempleo.

Según el plan de Heil del que ha dado cuenta el Bild, quienes rechacen por sistema las nuevas ofertas de trabajo verán cómo se "anulará el 100% de la prestación estándar [de ayudas, ndlr.] durante un máximo de dos meses". Al mes, en Alemania reciben en concepto de ayudas sociales quienes no tienen trabajo un montante de 563 euros. A ello se suma el pago del coste del alquiler y la calefacción, dos áreas que Heil no va a recortar a los señalados "para evitar crear personas sin hogar", según ha recogido el diario económico Handelsblatt.

Una medida "simbólica" para ahorrar

Las "amenazas a los vagos", de acuerdo con los términos del Bild, del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales de Scholz no dejan a muchos aludidos. Apenas 23.600 personas de los 3,9 millones de parados en Alemania podrían verse potencialmente en una situación en la que Heil y compañía los dejen sin ayudas. Hay cálculos según los cuales hasta el 97% de quienes reciben las ayudas para el desempleo evitaron en 2022 el régimen de sanciones que quiere endurecer Heil. De ahí que desde el Instituto para la Economía Alemana (DIW, por sus siglas alemanas), un centro de estudios con sede en Berlín, se califique la iniciativa de Heil como, más que otra cosa, "política simbólica".

"La propuesta del ministro federal de Trabajo de endurecer las sanciones a quienes rechacen ofertas de trabajo es acertada. Sin embargo, no cambiará fundamentalmente el hecho de que demasiadas personas dependan de las ayudas. La manera más eficaz de conseguir que más gente trabaje es ofrecer más estímulos, más formación y más apoyo directo", ha explicado el presidente del DIW, Marcel Fratzscher.

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Aunque se diga que su idea es "simbólica", Heil se podrá apuntar un ahorro, si lleva a buen puerto su idea contra los desempleados que eviten trabajar, del orden de unos 170 millones de euros anuales. Heil ya tiene el visto bueno de Scholz, Lindner y del también vicecanciller y ministro de Economía, el político ecologista Robert Habeck. En el Partidos Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación de Scholz y el propio Heil, la idea del ministro no genera unanimidad. Es más, hay rechazo, al menos entre los más jóvenes, concretamente en Jusos, la organización juvenil del partido.

Críticas socialdemócratas

"En un Estado de derecho, no es justificable sancionar a la gente dejándola morir de hambre", ha criticado Philipp Türmer, presidente de los jóvenes socialdemócratas germanos. Él ha dicho que su organización no quiere que la reforma de las ayudas sociales de 'su' ministro Heil vea la luz.

Estas tensiones internas son algo que seguramente quisiera ahorrarse Scholz este año y el que viene. Scholz ya ha superado el ecuador de su mandato como canciller. Tiene mucho terreno que recuperar en las encuestas si es que quiere seguir en la Cancillería Federal.

La intención de voto del SPD está actualmente en mínimos históricos. En unas eventuales elecciones generales, el SPD lucharía con Los Verdes por ser tercera fuerza política. Ambas quedarían a cinco buenos puntos porcentuales de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), a la que se atribuye un quinto de la intención de voto, según las encuestas.

Esos sondeos dicen que la Unión Demócrata Cristiana (CDU) ganaría las próximas elecciones generales germanas. Esa cita con las urnas tendrá lugar el año próximo.

En 2024, el SPD tiene que cerrar filas para afrontar las elecciones europeas y los comicios de los Länder de Turingia, Sajonia y Brandeburgo, regiones del este teutón donde CDU y AfD son particularmente fuertes. Esos partidos esperan ahora a beneficiarse de las ahora políticas impopulares que tiene sobre la mesa Hubertus Heil y su jefe, el canciller Scholz.