Manifestación en Francia en defensa del uso del occitano como lengua.

Manifestación en Francia en defensa del uso del occitano como lengua. E. E.

Europa

El avispero de las lenguas en Europa que agitaría España si catalán, euskera y gallego fueran oficiales

Las lenguas minoritarias están auspiciadas por movimientos sociales y políticos que reivindican su reconocimiento a nivel nacional e internacional.

19 agosto, 2023 02:16

El crisol de lenguas que se habla en los países de la Unión Europea es casi infinito: frisón, friulano, gaélico irlandés, catalán... El multilingüismo es una de las características de la Europa comunitaria que, sin embargo, sólo reconoce 24 lenguas oficiales, la mayoría incorporadas junto a la entrada de sus respectivos Estados miembros al Club de los Veintisiete.

La excepción está en el gaélico, que pasó a convertirse en lengua oficial con plenitud de derechos en el régimen europeo en 2022, 17 años después de que Irlanda lo solicitase formalmente.

En este sentido, y aunque el trámite podría tardar años en resolverse, la solicitud del Gobierno de España de convertir en lenguas oficiales el catalán, el euskera y el gallego (reconocidas como oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas, según el Artículo 3 de la Constitución) podría agitar el avispero lingüístico que existe en la UE.

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Es el caso de Italia, que concede estatus oficial a 11 idiomas, como el ladino o el sardo, que no están reconocidos como tales en Europa. También en Francia, donde el francés es la única lengua oficial del Estado, pero se reconoce a siete, como el corso o el bretón, que no tienen, sin embargo, apenas protección. 

Algunas de estas lenguas minoritarias, además, están auspiciadas por movimientos sociales y políticos que reivindican ensalzar y buscar el reconocimiento de sus lenguas en las instituciones nacionales y, por extensión, en las europeas.

Es el caso del nacionalismo sardo o sardismo, que se basa en un sentimiento de identidad diferenciada y refrendada, entre otras cosas, por el idioma sardo, hablado por un millón de personas (según los últimos datos disponibles) en Cerdeña, la isla italiana que cuenta con un estatuto especial. 

En Córcega, el movimiento corso también exige una mayor autonomía de Francia, y una de sus principales pugnas es la de conseguir la cooficialidad del corso, a pesar de que la justicia de Francia prohibió el uso de la lengua corsa en la Asamblea de Córcega hace apenas unos meses.

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Eso llevó al eurodiputado francés François Alfonsi a reclamar el pasado marzo a la UE más apoyo en favor de las lenguas regionales o minorizadas. Lo hizo en una rueda de prensa en la que también participó la eurodiputada de Esquerra Republicana (ERC) Diana Riba y en la que exigió lo mismo para el catalán.

Quizá con menor notoriedad, está el nacionalismo occitano, cuyos pilares son sobre todo lingüísticos. Esta corriente reivindica la autodeterminación del territorio por donde se extiende la lengua occitana y que abarca gran parte del sur de Francia, Mónaco, parte de Italia y en la comarca catalana de la Vall d’Arán. Actualmente el occitano está solo reconocido como oficial en Cataluña. 

Hoy por hoy, la UE cuenta con 24 idiomas oficiales: alemán, búlgaro, checo, croata, danés, eslovaco, esloveno, español, estonio, finés, francés, griego, húngaro, inglés, irlandés, italiano, letón, lituano, maltés, neerlandés, polaco, portugués, rumano y sueco.

A pesar de la salida de Reino Unido del bloque comunitario, el inglés sigue teniendo reconocimiento oficial y uso cotidiano en Bruselas porque es una de las lenguas oficiales de Malta e Irlanda. Por contra, el luxemburgués, lengua oficial de Luxemburgo desde 1984, no forma parte de la lista europea.