Un soldado ucraniano en el frente de Bakhmut, en la región de Donetsk.

Un soldado ucraniano en el frente de Bakhmut, en la región de Donetsk. Reuters

Europa

Tropas de refuerzo en primera línea y "defensa en capas": Ucrania cambia su estrategia en Bakhmut

Los soldados ucranianos llegan a este frente de combate incluso en autobuses desde otros puntos del Donbás, mientras continúan cavando cientos de kilómetros de nuevas trincheras alrededor de la ciudad.

9 marzo, 2023 02:55
Kramatorsk

La actividad militar en torno a Bakhmut es frenética en estos momentos. Nuevas unidades de artillería se están posicionando alrededor de la ciudad y soldados de todas las partes de Ucrania llegan cada día para unirse a la encarnizada lucha. El objetivo es contener el avance de las tropas rusas por el norte de Donetsk.

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Pero en la retaguardia de este frente de combate es donde se está trazando la verdadera estrategia con la que, desde Kiev, esperan detener la ofensiva rusa en el Donbás: están retrasando y multiplicando las posiciones defensivas para lograr una “defensa en capas” en torno a Siversk, Sloviansk, Kramatorsk y otras ciudades de la región.

El presidente ucraniano asegura que retirarse de Bakhmut –devorada por los bombardeos– es dejar “el camino abierto” para que las tropas del Kremlin ocupen toda la provincia. Pero la situación es crítica, y si los soldados de Zelenski no se repliegan a tiempo, podrían quedar atrapados dentro de la ciudad, como sucedió con los combatientes de Mariúpol en Azovstal.

Soldados ucranianos cerca del frente de combate de Bakhmut.

Soldados ucranianos cerca del frente de combate de Bakhmut. María Senovilla

Los mercenarios rusos del Grupo Wagner controlan la mitad oriental de la disputada ciudad, mientras que las unidades aerotransportadas y mecanizadas de Putin la rodean para intentar embolsar a los ucranianos. Y ya han conseguido avanzar por el norte, el este y el sur, de tal modo que sólo queda una carretera para acceder a Bakhmut –la que atraviesa por la también devastada ciudad de Chasiv Yar–.

Junto a la artillería y a la infantería ucraniana, unidades de operaciones especiales –francotiradores y grupos de inteligencia– también trabajan sin descanso para impedir el avance de las columnas rusas. El sonido de los cañones y los obuses, que no para ni de día ni de noche, completa ese paisaje bélico en el que se ha convertido una ciudad utilizada antaño como balneario por su tranquilidad y belleza.

Una fórmula de éxito

Mientras los dos ejércitos chocan de frente, la “defensa en capas” va tomando forma detrás de la primera línea. No es una estrategia nueva. El año pasado ya se utilizó –con éxito– para defender enclaves como Kiev o Járkov, y consiste en trazar varias líneas defensivas paralelas para que el enemigo, en caso de atravesar una, se encuentre con otra que le frene. Y así sucesivamente.

Un operario coloca bloques de hormigón en las carreteras aledañas a Bakhmut.

Un operario coloca bloques de hormigón en las carreteras aledañas a Bakhmut. María Senovilla

Para lograr tener a punto este refuerzo defensivo antes de que caiga Bakhmut –algo que podría suceder en cuestión de días, tal y como está la situación– tanto operarios civiles como personal militar se afanan en excavar y preparar cientos de kilómetros de nuevas trincheras alrededor del resto de las ciudades del norte de Donetsk.

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Emplean excavadoras y otra maquinaria y, además de sacar la tierra –que depositan en dunas alrededor del laberinto de trincheras–, también colocan enormes bloques de hormigón para impedir el paso por carretera a las fuerzas mecanizadas enemigas. Cuanto más cerca del frente de combate, más excavadoras, dunas y bloques de hormigón encuentras.

En una de estas carreteras, cerca de la ciudad de Siversk, uno de los operarios públicos que trabaja colocando los bloques asegura que aún les queda mucho por delante, pero que van a buen ritmo. El hombre se llama Valdimir y antes se encargaba de las obras de canalización de aguas en Sloviansk. Pero con el ejército ruso a las puertas de su casa, las prioridades han cambiado.

Soldados ucranianos cerca del frente de combate de Bakhmut.

Soldados ucranianos cerca del frente de combate de Bakhmut. María Senovilla

Los habitantes del norte de Donetsk –el último bastión del Donbás que controla Ucrania– saben que pueden perderlo todo si su ejército no frena el avance de las tropas del Kremlin. Porque cada ciudad a la que se acerca la artillería rusa termina convertida en un infierno en la tierra.

Camino del frente de combate

La nueva red de trincheras en torno a Bakhmut, que de momento están vacías, será ocupada por miles de efectivos antes de la primavera. Soldados que llegan junto a las piezas de artillería, y también infantería que deberá pelear con armamento ligero.

Pero de momento, todos los refuerzos van directamente a primera línea. A pesar de que muchos de ellos no tenían experiencia militar antes de que comenzara la invasión, en febrero del año pasado. Otros, en cambio, habían luchado ya en el Donbás, donde la guerra comenzó en 2014. Pero unos y otros están al tanto de la situación y también del enorme número de bajas que se produce cada día.

El hecho de que esta guerra se cuente casi en directo a través de redes sociales como Telegram o TikTok, donde se publican vídeos y fotos a todas horas, ha conseguido que los soldados de Ucrania sean –probablemente– los soldados mejor informados en plena guerra de todos los tiempos.

Nuevas trincheras excavadas cerca del frente de combate de Bakhmut.

Nuevas trincheras excavadas cerca del frente de combate de Bakhmut. María Senovilla

Comparto un viaje en autobús, desde el frente de combate de Vuhledar hasta el de Bakhmut, con algunos de los soldados que van a combatir ahí. Cuentan que el hecho de que el Gobierno de Kiev esté movilizando a cientos de efectivos para luchar por esta ciudad es uno de los temas de conversación más recurrentes en todas las trincheras del país.

Durante el trayecto, van mirando en sus teléfonos móviles los planos de situación y las últimas publicaciones sobre cómo avanzan los combates en la zona donde ellos van a desplegarse. Es imposible adivinar cuántos meses –o años– lleva luchando cada uno de ellos. La invasión ha sido un curso acelerado de guerra para todos.

Anatoly, que se sienta a mi lado, tiene aspecto de soldado rudo y experimentado. Tiene unos 40 años, es alto y fuerte, y da la sensación de que ha llevado el uniforme militar toda su vida. Sin embargo, me cuenta que es ebanista y que tenía un próspero negocio en Kiev. Hoy, en lugar sostener las herramientas con las que daba forma a la madera, en sus manos lleva un fusil. Camino de Bakhmut.