Olga, de 72 años, y su marido, Victor, acampan en el sótano de su casa en un pueblo cercano a la línea del frente, en la región norteña de Jersón

Olga, de 72 años, y su marido, Victor, acampan en el sótano de su casa en un pueblo cercano a la línea del frente, en la región norteña de Jersón Reuters

Europa

Rusia saquea Jersón y se lleva hasta los huesos de Grigori Potemkin

Ucrania cerca la ciudad mientras Rusia hace acopio, entre otros, de los coches, tractores e, incluso, los restos mortales del exmilitar.

6 noviembre, 2022 04:27

Tambores de guerra en Jersón. Ucrania avanza sobre la ciudad y el combate, que se prevé puerta por puerta, amenaza en convertir la urbe de 135,7 km2 en una nueva Mariupol.  

Moscú lleva semanas aguardando el asedio. Es por ello que, de un tiempo a esta parte, ha llevado a cabo “reubicaciones” de la población de la ciudad en otras regiones de Rusia. Deportaciones, de facto, a las que los ciudadanos se oponen, no sólo por la incertidumbre de no saber si van a volver, sino también por el saqueo constante de las autoridades prorrusas a sus bienes personales.

De Jersón han desaparecido, entre otros enseres, coches, autobuses, tractores, pinturas y obras de arte, publica The Guardian. Las fuerzas de ocupación, incluso, han profanado la tumba de Potemkin, héroe de guerra ruso que anexionó Crimea y fundó la ciudad de Odesa. Comandante en el ejército ruso durante el siglo XVIII, quiso construir una ‘nueva Rusia’ para su amada, Catalina la Grande. Su tumba fue descubierta en la catedral de la ciudad en 1818.

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Así las cosas, desde Kiev temen que, cuando Rusia rinda la ciudad, no quede absolutamente nada y su reconstrucción revista de un coste económico desmesurado. Pese al silencio administrativo que ha instaurado Kiev sobre la campaña en este frente, varios altos cargos del ejército deslizaron a Reuters hace semanas que Rusia podría estar preparando la rendición de la ciudad. Tesitura que, militarmente, tenía sentido, ya que las fuerzas rusas se encuentran sitiadas por el ejército ucraniano en vanguardia y por el río Dniéper en retaguardia.

No obstante, según apuntan otras agencias, las maniobras parecen responder a una reorganización de las fuerzas de Putin sobre el terreno más que a una retirada debido, precisamente, a la complejidad geográfica de la que reviste el terreno. De hecho, varios funcionarios ucranianos han asegurado temer que la retirada de la bandera rusa de la sede administrativa de Jersón resulte finalmente ser una trampa.

A ojos de algunos ciudadanos, como es el caso de Alyona Lapchuk, se dan los condicionantes para que la ciudad se convierta en una nueva Mariupol. “Lo más probable es que se estén preparando para una pelea calle a calle. Algunos soldados rusos se están ocultando entre la población general, si su estrategia falla, el ejército ruso probablemente destruya Jersón de igual modo que hizo en Mariupol”, aseguró a The Observer.

Una de las ciudades que más destrucción sufrió durante los primeros compases de la guerra fue la de Mariupol. Desde el 26 de febrero, esta se encontró bajo un severo y continuo fuego de misiles, provocando, según Rusia, un total de 4.000 muertos y 3.000 prisioneros. Ucrania, por su parte, eleva la cifra a cerca de 10.000 civiles asesinados y 20.000 ciudadanos deportados a enclaves desconocidos en otros lugares de Rusia.

El pasado 2 de marzo, Moscú bombardeó durante 15 horas ininterrumpidas la ciudad, donde se encontraban cerca de 300.000 personas privadas de agua, luz y comida. Los esfuerzos por evacuar a la población fracasaron tras encontrar minas antipersonas en las rutas por las que debían transitar los corredores humanitarios.

El último reducto militar de Kiev se atrincheró en la acería de Azovstal. Durante meses, los militares que se encontraban dentro de las instalaciones resistieron los bombardeos rusos. El 17 de mayo, Ucrania anunció que todos sus soldados en la planta se habían entregado a las fuerzas de ocupación.

“Derribamos 10 drones al día”

Por primera vez desde que comenzase la invasión, Irán ha reconocido que suministró drones de combate a Rusia aunque, matizó, que lo hizo en envíos previos a la guerra. En este sentido, el ministro de Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, aseguró que tan solo se trataba de “un pequeño número” de unidades.

Tras estas afirmaciones, Volodimir Zelenski acusó a Irán de mentir, asegurando que su ejército derriba cerca de “10 drones al día”. En las últimas semanas, Moscú ha aprovechado este tipo de aeronaves no tripuladas para infligir un importante daño, tanto en la infraestructura ucraniana, como en la población civil.

"Han transferido docenas este mismo verano y tienen personal militar en Ucrania ocupada ayudando a Rusia a utilizarlos", matizó el mandatario ucraniano. El pasado mes de octubre, altos funcionarios iraníes aseguraron a Reuters que el Gobierno de su país había prometido suministrar a Putin misiles tierra-aire además de los mencionados drones.

La Unión Europea acordó el 20 de octubre imponer una serie de nuevas sanciones a Irán en relación al envío de drones a Rusia. Kiev ha derribado cerca de 230 drones desde que comenzase la invasión.