Uno de los barcos de rescate de migrantes que ha sido desembarcado en Malta

Uno de los barcos de rescate de migrantes que ha sido desembarcado en Malta Darrin Zammit Lupi/Reuters

Europa

La UE tarda 3 semanas en repartirse 49 migrantes: "No es nuestro mejor momento"

9 enero, 2019 14:03
Bruselas

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"Seamos francos: las últimas semanas no han sido el mejor momento de Europa", ha lamentado el comisario de Inmigración, el conservador griego Dimitris Avramopoulos. Los países de la UE han tardado tres semanas en repartirse apenas 49 migrantes rescatados por dos ONGs alemanas en el Mediterráneo durante las Navidades. Su situación a bordo de los buques Sea-Watch y Professor Albrecht Penck era ya critica. Ni siquiera los llamamientos del papa Francisco para encontrar una solución rápida habían surtido efecto.

Ningún Estado miembro quería ofrecer puerto seguro para el desembarco de los migrantes, rescatados en las aguas entre Libia e Italia. Finalmente, la UE ha logrado este miércoles un acuerdo según el cual serán desembarcados en Malta y se distribuirán entre ocho países: Alemania, Francia, Portugal, Irlanda, Rumanía, Luxemburgo, Holanda e Italia.

"Tener a 49 personas en barcos en alta mar durante casi tres semanas no se corresponde con lo que la UE representa", ha asegurado Avramopoulos, que ha ejercido de intermediario para cerrar el reparto. "Ha sido muy difícil convencer a los Gobiernos de aceptar nuestra propuesta", ha criticado. La mayoría de los migrantes fueron rescatados el 22 de diciembre, mientras que el resto fueron salvados el 29 de diciembre. El Gobierno populista de Roma se negó a acogerlos en sus puertos, por lo que los dos barcos acabaron dirigiéndose a Malta.

España no participa

El Gobierno maltés ha condicionado el desembarco a que en el reparto entren también otros 250 migrantes que han llegado en los últimos días a la isla. El Gobierno de Pedro Sánchez, una de cuyas primeras medidas fue acoger al Aquarius, no participa ahora en la distribución. No obstante, Avramopoulos ha elogiado a España por sus esfuerzos en el rescate de migrantes en el Mediterráneo Occidental durante las Navidades.

El Gobierno de Sánchez y la Comisión han protagonizado en los últimos días un cruce de reproches a cuenta de las ayudas de la UE a Marruecos para frenar la salida de migrantes hacia España. La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, se quejó en una entrevista de que la "burocracia europea, que es exacerbada", estaba retrasando la llegada del dinero a Rabat. "Estoy preparando un viaje a Bruselas, porque esto no es un tema español, esto es un tema europeo y lo van a tener que entender por las buenas o por las malas", avisaba Rumí.

"Lamento que usted tenga esa percepción sobre la situación de la ayuda que se presta a Marruecos y que no se ajusta a la realidad", le contestó el comisario responsable de Política de Vecindad, Johannes Hahn, en una carta fechada el 4 de enero a la que ha tenido acceso este periódico. Hahn asegura que el paquete de ayuda de 140 millones de euros para Rabat ya se está desembolsando. "No solamente no ha habido ningún retraso", sostiene el comisario, sino que la ayuda se ha movilizado en un "tiempo récord".

Acuerdos temporales

En su comparecencia de este miércoles, el comisario Avramopoulos ha reclamado a los Gobiernos europeos más "solidaridad" para hacer frente a la llegada de migrantes en el Mediterráneo. "La UE no puede confiar únicamente en soluciones ad hoc" sino que necesita como mínimo "acuerdos temporales" para aliviar la presión sobre los países más afectados como Italia, Grecia o España, defiende Avramopoulos. Estos acuerdos temporales deben servir como "puente" hasta que se apruebe la reforma de la política europea de asilo, ha agregado.

Sin embargo, la UE sigue profundamente dividida sobre cómo afrontar la llegada de refugiados y migrantes. Los países del Este (en particular Hungría, Polonia y República Checa) mantienen su oposición frontal a participar en el reparto de demandantes de asilo. Por su parte, el Gobierno italiano de La Liga y el Movimiento Cinco Estrellas se niega a aceptar el desembarco de barcos de rescate de las ONGs que trabajan en el Mediterráneo.

Los Estados miembros tampoco se ponen de acuerdo sobre el refuerzo de la Guardia Europea de Fronteras y Costas y han enterrado sigilosamente las cuotas obligatorias de refugiados.