Li Xiangyang repartiendo comida a domicilio.

Li Xiangyang repartiendo comida a domicilio.

Asia CHINA

"Perseverar trae recompensas": el repartidor chino de comida sin brazos que usa el móvil con los labios y escribe con los pies

Su ejemplo ha generado una ola de admiración en internet: “Es más fuerte que muchas personas con las cuatro extremidades”.

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En las calles de la provincia china de Hunan, la figura de Li Xiangyang no pasa desapercibida. A sus 30 años, este hombre se ha convertido en un símbolo de superación.

Perdió ambos brazos a los cuatro años, tras sufrir una descarga eléctrica, pero lejos de rendirse, ha encontrado formas ingeniosas de salir adelante: de día reparte comida en un monociclo y de noche vende caligrafía escrita con los pies.

Li nació en una familia rural y humilde. El accidente que le arrebató sus brazos sumió a los suyos en deudas, pero él decidió muy pronto que no se resignaría.

Con apenas ocho años empezó a practicar caligrafía sosteniendo el pincel entre los dedos de sus pies. Aquella disciplina no solo le dio un medio de vida, sino también un propósito, según cuenta South China Morning Post.

Monociclo y teléfono

Este verano, con sus dos hijos a punto de comenzar la escuela infantil y los gastos disparados, Li decidió añadir un empleo más a sus jornadas.

Se convirtió en repartidor de comida a domicilio. Su método resulta tan sorprendente como efectivo: se equilibra sobre un monociclo, con la mochila de reparto en la espalda, mientras manipula con los labios un teléfono atado a lo que queda de sus brazos para contactar con clientes.

Al caer la noche, Li Xiangyang deja atrás su jornada como repartidor y comienza a instalar su puesto de caligrafía.

Al caer la noche, Li Xiangyang deja atrás su jornada como repartidor y comienza a instalar su puesto de caligrafía.

Lo ocurrido no puede cambiarse. Solo puedo seguir adelante. No tiene sentido lamentarse”, declaró al medio local Jimu News. Su entereza ha conmovido a miles de personas en las redes sociales chinas, donde su historia se ha viralizado.

Solidaridad cotidiana

Los primeros pasos no fueron fáciles, pero recibió ayuda de compañeros repartidores y de comerciantes.

Algunos hosteleros le facilitan cargar la comida, y muchos clientes bajan ellos mismos a recoger los pedidos al enterarse de su discapacidad.

En su primer mes completó cerca de 200 entregas, ingresó 1.300 yuanes (unos 180 euros) y donó sus primeras ganancias a una organización benéfica. En agosto ya podía realizar hasta 40 repartos diarios.

Caligrafía nocturna

Aun así, la mayor parte de sus ingresos procede de la caligrafía que vende por las noches cerca de zonas turísticas.

Escribe caracteres como “la perseverancia trae recompensas” o “riqueza” con los pies, atrayendo a curiosos y clientes.

El gobierno local le concedió un puesto gratuito y una vivienda pública por un alquiler simbólico de 2.000 yuanes anuales (280 euros), lo que le permite sostener a su familia con mayor seguridad.

Compromiso y admiración

Además de trabajar sin descanso, Li dedica tiempo a labores sociales. Ha ofrecido charlas motivacionales a niños en áreas rurales y patrocina a varios estudiantes sin recursos: “Quiero que más gente vea cómo alguien sin brazos puede trabajar duro para vivir”, afirma.

Su ejemplo ha generado una ola de admiración en internet: “Es más fuerte que muchas personas con las cuatro extremidades”, escribió un usuario.

Otro comentó: “Cuando nos sentimos perdidos, pensamos en ti y seguimos persiguiendo nuestros sueños”.

En un país donde las historias de lucha personal resuenan con fuerza, Li Xiangyang se ha convertido en un referente de resiliencia.

No solo por su capacidad de adaptarse a una vida sin brazos, sino por su empeño en transformar las dificultades en una inspiración para los demás.