Shinzo Abe durante una rueda de prensa en Tokio.

Shinzo Abe durante una rueda de prensa en Tokio. Reuters

Asia

Abe busca prolongarse para militarizar la estrategia de Japón ante Pyongyang

El primer ministro apunta a vencedor de las elecciones anticipadas que convocó para aprovechar el desorden en la oposición.

21 octubre, 2017 03:19

"Disolveré la Cámara Baja del Parlamento el 28 de septiembre". Menos de 30 días de margen dejó la maniobra de Shnzo Abe al anunciar elecciones anticipadas para este domingo 22 de octubre. El actual primer ministro de Japón quiso aprovechar la desorganización de la oposición para prolongar su mandato y la apuesta le ha funcionado. Con el pretexto de "más unidad" frente a Corea del Norte, Abe se acerca a convertirse en el primer ministro nipón más longevo.

Estos comicios se encaminan a una reforma constitucional que Abe ha defendido, con la idea de modificar el artículo 9. La idea es deshacer una cláusula redactada tras la Segunda Guerra Mundial de la que se llama la 'Constitución de la Paz'. Según esta, se impide resolver asuntos internacionales usando la fuerza.

Un póster de Abe en una sala de conferencias en Tokio.

Un póster de Abe en una sala de conferencias en Tokio. Reuters

El propio Abe afirmó durante una conferencia de prensa que las elecciones servirían para evaluar su manejo de la economía y de la crisis en la península coreana. Al mismo tiempo anunció un plan de estímulo económico de dos billones de yenes (aproximadamente 15 millones de euros), que se financiaría con una subida del IVA prevista en 2019. En el plano económico el primer ministro quiere culminar su estrategia denominada como Abenomics, mejorar los servicios públicos y generar medidas para fomentar la inversión empresarial.

Abe no quiere el reset

Ya el día 10 de octubre comenzó la campaña electoral. Una que le dejaría entre los gobernantes nipones más duraderos junto a otros como Eisaburo Sato, Yashuhiro Nakasone y Junichiro Koizumi.

Para lograrlo deberá superar al partido una antigua compañera de partido y actual gobernadora de Tokio, Yuriko Koike. Con 65 años y mucha experiencia ya arrebató en julio la mayoría absoluta al Partido Liberal Democrático de Abe, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese puesto tras haber sido ministra de Defensa.

Koike creó el Partido de la Esperanza, que se autodefine como "conservador, reformista y tolerante", y quieren resetear el país para afrontar la perdida de competitividad y lo que consideran una falta de seguridad nacional. Su partido y la impopularidad entre las mujeres son los principales escollos del actual primer ministro.

Su repentina interrupción ha sido uno de los motivos que han llevado a Abe a apostar por elecciones anticipadas, tratando de dejarles sin tiempo para afianzarse y aprovechándose de una subida de su popularidad tras el verano. Dos casos de amiguismo le habían salpicado directamente.

Yuriko Koike durante un acto de campaña en Tokio.

Yuriko Koike durante un acto de campaña en Tokio. Reuters

Esta convocatoria provocó que Koike anunciase que no sería ella quien se presentaría a las elecciones, lo que motivó una caída de su agrupación y un tropiezo en el cambio del panorama político. A diez días de los comicios las encuestas colocaban a su partido con un 13% de los votos. Lo que sirvió para arrasar en la Asamblea metropolitana de Tokio no ha tenido el mismo efecto a nivel nacional.

Esperanza ante la energía nuclear

Las ideas políticas de estas dos agrupaciones son similares. Koike optó por Tokio para presentar su campaña mientras Abe eligió repetir el escenario talismán de sus dos últimas elecciones: Fukushima. El PLD lleva gobernando cinco años seguidos, lo que ha prolongado una trayectoria en el poder nipón sin apenas interupciones desde la Segunda Guerra Mundial.

Ambos partidos han usado técnicas populsitas, aunque en un sentido contrario al del resto del mundo, en el que normalmente está asociado al 'antiestablishment'. En este caso este sentimiento ha promovido a la clase dominante.

Uno de los puntos que ha frenado el auge de Koike fue su sentimiento anti-inmigración, que desembocó en que la gobernadora de Tokio tuviese que retractarse, permitiendo a los extranjeros formar parte de su lista electoral.

Otra de las pugnas entre ambos partidos se ha centrado la reactivación de las centrales nucleares. Abe se ha mostrado favorable mientras que el Partido de la Esperanza ha abogado por dejar de depender de ella, sin ofrecer alternativas.

El Partido Democrático, que ha sido habitualmente la principal fuerza opositora, comparte postura con Koike sobre la energía nuclear. La agrupación ha ido cayendo paulatinamente a medida que sufría reveses entre los votantes. Actualmente su popularidad  ha caído al 8%, algo causado en aprte por su periodo en el poder entre 2009 y 2012.

Una oposición dividida

Su exvicepresidente Yokio Edano abandonó la formación tras perder las elecciones internas por el liderazgo y fundó el Partido Democrático Constitucional, que se ha postulado como otra alternativa.

Hay un total de 1.200 candidatos presentados que optan a los 475 escaños de la Cámara Baja del Parlamento. Las predicciones, con la mitad de los votantes todavía indecisos a diez días de las elecciones, no son concluyentes aunque la victoria del PLD se vaticina clara. 

El objetivo de Abe va más allá: llegar a los 250 escaños para controlar dos terceras partes. Si pierde la super mayoría (288 asientos) que actualmente ostenta junto a sus socios, los budistas de Nuevo Komeito. Esto provocaría que se discuta su liderazgo en su partido, lo que afectaría a las elecciones de su partido en septiembre.