EEUU

Muere a los 84 años el exvicepresidente de EEUU Dick Cheney, gran impulsor junto a Bush de la guerra de Irak

El histórico dirigente republicano, que respaldó a Kamala Harris en las elecciones del pasado noviembre, fue uno de los arquitectos de la "guerra contra el terror" motivada por el 11-S.

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Las claves

Dick Cheney, exvicepresidente de Estados Unidos, falleció a los 84 años debido a complicaciones de neumonía y enfermedades cardíacas y vasculares.

La familia de Cheney comunicó que su esposa Lynne, sus hijas Liz y Mary, y otros familiares estuvieron presentes en el momento de su fallecimiento.

Cheney tuvo una extensa carrera política, desempeñándose como jefe de gabinete de la Casa Blanca, congresista por Wyoming, secretario de Defensa y vicepresidente de Estados Unidos.

Dick Cheney, vicepresidente de Estados Unidos durante los dos mandatos de George W. Bush (2001-2009), murió anoche a la edad de 84 años por complicaciones de neumonía y enfermedades cardíacas y vasculares, según ha anunciado este martes su familia a través de un comunicado.

"Su amada esposa durante 61 años, Lynne, sus hijas, Liz y Mary, y otros miembros de su familia estuvieron con él cuando falleció", recoge la misiva, difundida por el periodista Jake Sherman, cofundador del portal de noticias Punchbowl. "Durante décadas, Dick Cheney sirvió a nuestra nación, incluyendo sus cargos como jefe de gabinete de la Casa Blanca, congresista de Wyoming, secretario de Defensa y vicepresidente de los Estados Unidos", recuerda la nota.

Cheney también lideró durante una década al Partido Republicano en la Cámara de Representantes, pero pasará a la posteridad como uno de los arquitectos de la denominada "guerra contra el terror" tras el 11-S, una estrategia intervencionista de política exterior que primero motivó la invasión de Afganistán para dar caza a Osama bin Laden y después la guerra de Irak para derrocar el régimen de Sadam Husein.

En sus memorias, In My Time, "escritas en una prosa seca y a menudo bravucona", según los críticos de The New York Times, Cheney sostiene que "la liberación de Irak" fue "uno de los logros más significativos de la presidencia de George Bush", pese a no hallar las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía el régimen de Sadam y la ocupación militar que propició el surgimiento del terrorismo islámico.

La salud de Cheney fue siempre frágil. Sufrió cinco ataques cardíacos entre 1978 y 2010, y utilizaba un dispositivo para regular su ritmo cardíaco desde 2001. Sus dolencias persistentes no le impidieron ejercer el cargo de forma implacable, aunque en sus citadas memorias, publicadas en 2012, reconoce que escribió una carta de renuncia con fecha del 28 de marzo de 2001 para entregársela al presidente en caso de verse afectado por un ataque al corazón o un derrame cerebral que lo dejara incapacitado.

Cheney será recordado, además, como el vicepresidente que más poder amasó en la Casa Blanca por el ascendente que ejercía sobre Bush. No en vano, el histórico dirigente republicano había servido en el Gobierno de su padre, George H. W. Bush, como jefe del Pentágono, desde donde supervisó la guerra del Golfo, y antes había trabajado como jefe de gabinete en la Casa Blanca de Gerald Ford con tan solo 34 años.

En 2012, tres años después de retirarse, Cheney se sometió con éxito a un trasplante de corazón. Desde entonces, mantuvo una actividad pública normal. De hecho, sorprendió a la sociedad estadounidense el año pasado, cuando anunció su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris en las elecciones de noviembre frente a Donald Trump, a quien siempre consideró una amenaza para la democracia.

"Tenemos el deber de anteponer el país al partidismo para defender nuestra Constitución", declaró entonces, cerrando filas con su hija Liz Cheney, excongresista republicana por Wyoming, que rompió amarras con el trumpismo tras formar parte del comité de la Cámara de Representantes que investigó el asalto al Capitolio de enero de 2021.

"Trató de robar la última elección usando mentiras y violencia para mantenerse en el poder después de que los votantes lo habían rechazado", dijo Cheney sobre Trump. Una invectiva a la que Trump respondió llamándole "RINO irrelevante", es decir, un "republicano solo de nombre" sin ninguna influencia sobre el partido.