Brad y Camila, en una foto familiar.

Brad y Camila, en una foto familiar.

EEUU

La pesadilla de Bradley en EEUU: pasa de votar a Trump a ver cómo deportan a su mujer durante su luna de miel

Camila no solo era su esposa, sino también una madre para el hijo de Bartell, un niño de 12 años a quien ella había criado como propio desde que comenzaron su relación.

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Denver (EEUU)
Publicada

El destino es caprichoso, y si no, que se lo digan a Bradley Bartell. Este ferviente seguidor de Donald Trump en Wisconsin, defensor acérrimo de sus políticas migratorias, se encuentra ahora en una situación que nunca habría imaginado: su mujer, Camila Muñoz, de nacionalidad peruana, ha sido detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).

Bartell votó a Trump atraído, entre otras cosas, por sus promesas de luchar contra la inmigración ilegal que ponía en riesgo su país. Lo que nunca pensó es que esas mismas medidas afectarían a su propia familia.

"Era consciente de que estaban endureciendo las políticas, pero no pensé que nos impactarían. Se hablaba solo de malhechores y mi mujer no lo es", confiesa con la voz entrecortada. El golpe llegó cuando, hace un mes, tras regresar de su luna de miel en Puerto Rico (un territorio perteneciente a Estados Unidos), su esposa fue interceptada por agentes migratorios en el aeropuerto de San Juan.

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De defensor a afectado

Bradley y Camila se conocieron en 2018 en Wisconsin Dells, una pequeña localidad turística de menos de 3.000 habitantes. Él, hijo de una familia trabajadora de raíces irlandesas, creció en la zona y trabajaba en el mantenimiento de una fábrica. Camila, por su parte, llegó desde Perú con una visa temporal para un programa de trabajo y estudio, consiguiendo un empleo en uno de los parques acuáticos de la región, mientras continuaba con la carrera de Recursos Humanos en su país.

Sin embargo, el COVID, en 2020, cambió su destino. Con las fronteras cerradas y sin vuelos de regreso a Perú, Camila se quedó en Wisconsin Dells más del tiempo que le permitía su visado, trabajando en una fábrica de embolsado de verduras. Ahí conoció a Bartell. Se casaron en 2023 y comenzaron el proceso para regularizar su estatus migratorio. Cuando decidieron irse de viaje, Camila ya había sido aceptada en el proceso de residencia, lo que hizo que ambos confiaran en que no tendrían problemas legales mientras no saliesen del país.

Permanecer en Estados Unidos es uno de los requisitos recomendados por los abogados de inmigración cuando estás en lo que se denomina ‘ajuste de estatus migratorio’. "Pensábamos que todo estaba en orden", explica Bartell.

Hasta ahora, en los vuelos nacionales, no había agentes de inmigración controlando a los viajeros, algo que ha cambiado en las últimas semanas. Un agente del ICE la interceptó cuando estaba dispuesta a regresar a Wisconsin Dells y detectó que había sobrepasado la fecha de su visa original, aunque su proceso de residencia estaba en estado avanzado. Fue detenida de inmediato. "Nos dijeron que, aunque su proceso estaba en marcha, técnicamente no tenía autorización para salir y volver a entrar al país, cosa que realmente no hicimos", lamenta Bradley.

Camila no solo era su esposa, sino también una madre para el hijo de Bartell, un niño de 12 años a quien ella había criado como propio desde que comenzaron su relación. "Él la ve como su madre", explica Bradley. "Ahora, cada noche me pregunta cuándo volverá, y no sé qué responderle". La ausencia de Camila ha afectado profundamente al pequeño, que incluso ha tenido dificultades para concentrarse en la escuela y ha perdido el apetito, cuenta su padre. "Extraña su comida, su compañía, y no entiende por qué alguien que ha hecho todo bien está encerrado".

El precio de las políticas migratorias

El caso de Bartell es una muestra palpable de las consecuencias inesperadas de unas políticas que él mismo apoyó. Camila Muñoz ahora está en un centro de detención en Luisiana del que no sabe si podrá salir. "Camila me llama cuando puede, pero está asustada. Las condiciones en ese centro son horribles y no sabemos cuánto tiempo pasará antes de que pueda salir", dice. Ella ahora viste un uniforme beige, que identifica a los detenidos sin antecedentes criminales, y comparte espacio con casi 80 mujeres en un dormitorio. "No tienen nada ahí dentro, solo paredes y una litera", comenta Bartell, quien se mantiene en contacto con su esposa mediante llamadas a 20 céntimos por minuto.

El dinero que el matrimonio había ahorrado para la entrada de una casa, ahora lo está invirtiendo en abogados y en reunir los fondos para una posible fianza. "Todo esto es un desperdicio de recursos y una injusticia", añade Bradley. También, ha decidido comenzar una recaudación de fondos por internet para intentar cubrir todos los gastos que tiene. La contradicción en la que está atrapado es evidente: sigue respaldando muchas de las políticas de Trump, pero al mismo tiempo enfrenta en carne propia las implacables consecuencias de las deportaciones masivas.

Desacuerdo en la base trumpista

El caso de Bradley Bartell y su esposa Camila Muñoz ha generado diversas reacciones entre los seguidores de Trump, exponiendo las diferencias dentro del electorado republicano. Para algunos, las reglas son claras y deben cumplirse sin excepción. "Es una situación lamentable, pero las leyes son las leyes", comenta Sarah Johnson, una trumpista de Florida. "Si estás en proceso de obtener la residencia, no deberías viajar. La gente tiene que ser más cuidadosa", asegura.

Otros, en cambio, muestran su indignación al ver cómo ciudadanos respetuosos quedan atrapados en una maquinaria burocrática implacable. "Esto no es lo que Trump prometió. Se suponía que iban tras los criminales, no tras familias honestas", protesta John Miller, veterano de guerra y ferviente seguidor del expresidente en Texas. "Sigo apoyando sus políticas, pero casos como este me hacen cuestionar su correcta implementación".

El ICE, mientras tanto, ha guardado silencio ante este caso y el de otros inmigrantes en la misma situación. Según abogados y activistas, la administración Trump ha intensificado las detenciones incluso para aquellos con procesos migratorios en trámite, redadas que se han hecho particularmente frecuentes en aeropuertos de Puerto Rico y las Islas Vírgenes. En definitiva, la historia de Brad y Camila ha reavivado el debate sobre el alcance de las políticas migratorias y sus efectos colaterales, incluso entre aquellos que aplaudieron esas medidas y que ahora se ven atrapados en su engranaje.