El expresidente de EEUU, Donald Trump.

El expresidente de EEUU, Donald Trump. Diseño: Arte EE / Gtres, EP, Efe

EEUU

Donald Trump se presenta como víctima del FBI para impulsar su vuelta a la Casa Blanca

El expresidente de EEUU sostiene que la investigación del FBI es en realidad "un ataque deliberado del Partido Demócrata" que teme que se postule para las presidenciales y que quiere detener a los republicanos en las legislativas.

10 agosto, 2022 02:55
Jara Atienza Enrique Lavilla

Mientras una turba violenta irrumpía en el Capitolio el 6 de enero de 2021, Donald Trump guardó silencio. Durante 187 minutos, no dijo ni hizo nada para disuadir a sus seguidores. Este lunes, en cambio, cuando los agentes del FBI se encontraban todavía registrando la mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach, el expresidente de Estados Unidos publicó en su red social Truth Social un extenso comunicado donde denunciaba que su "hermosa residencia" estaba siendo "asediada, asaltada y ocupada" por la agencia federal.

"Esto no le ha sucedido jamás a un presidente de EEUU", se lamentaba en el texto Trump, que anunció antes que nadie la operación que el FBI estaba llevando a cabo en su casa. Una reacción precipitada que, de por sí, puede interpretarse como un intento del expresidente de sacar rédito político del suceso de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

Y la narrativa que ha escogido para ello es, cuando menos, sencilla: sostiene que la investigación del FBI es en realidad "un ataque deliberado del Partido Demócrata" que teme que Trump se postule para las elecciones y que quiere detener a los republicanos en las legislativas de noviembre.

"Es una mala conducta de los fiscales, el armamento del sistema de justicia y un ataque de los demócratas radicales de izquierda", ha apuntalado Trump en el comunicado, donde llega a comparar el registro en su casa con el caso Watergate.

Trump se hace la víctima

Lo cierto es que no hay manera de relacionar la actuación del FBI con la actual Administración demócrata encabezada por Joe Biden, quien ha confirmado que no tenía conocimiento alguno de la operación.

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En este sentido, según sostienen fuentes consultadas por el diario The Washington Post, los agentes estaban realizando "un registro autorizado por un tribunal" para buscar material que Trump podría haberse llevado al acabar su mandato.

Eso significa que, primero, el FBI y el fiscal general, Merrick Garland, pusieron en marcha la investigación y, luego, convencieron a un juez federal de que esta estaba justificada. En otras palabras: un representante del Poder Judicial revisó la solicitud y consideró que había indicios suficientes para emitir una orden judicial que permitiese examinar Mar-a-Lago.

Las pruebas del FBI

Hoy por hoy se desconocen las pruebas que maneja el FBI, pero diversos medios locales apuntan a que la pesquisa está relacionada con las 15 cajas repletas de documentos oficiales y confidenciales que Trump se llevó a su domicilio tras abandonar la Casa Blanca.

Un material que el presidente está obligado a devolver por ley y que, a efectos prácticos, Trump devolvió, aunque con retraso y de manera parcial. Al menos así lo ha señalado la Administración Nacional de Archivos y Registros, que asegura que lleva meses en contacto con el Departamento de Justicia para recuperar los documentos que faltan, algunos marcados como "información de seguridad nacional clasificada".

Un trabajador saca una caja del edificio de oficinas Eisenhower en los terrenos de la Casa Blanca, antes de la salida de Donald Trump, en enero de 2021.

Un trabajador saca una caja del edificio de oficinas Eisenhower en los terrenos de la Casa Blanca, antes de la salida de Donald Trump, en enero de 2021. Reuters

Por el momento, ni el FBI ni las oficinas del fiscal general en Washington han hecho declaraciones al respecto. No obstante, si las pesquisas no siguen adelante supondría un duro golpe para los demócratas y un impulso para la campaña presidencial de Trump. Sobre todo, porque ha logrado convertir la redada policial en una baza electoral más que ya apoyan, al menos, las decenas de manifestantes que se reunieron la noche del lunes en la residencia del expresidente en Florida.

Algo similar ha conseguido Trump en las primarias del Partido Republicano, donde los candidatos que apoyan su teoría del fraude electoral y niegan la victoria de Joe Biden en los comicios de 2020 están cosechando grandes éxitos en estados clave.

Implicaciones legales

Lo primero que ha hecho Trump tras el registro llevado a cabo por el FBI en su residencia de Mar-a-Lago ha sido denunciar que todo es un circo orquestado para apartarle de la carrera presidencial de 2024. Y lo hace sin que 24 horas después haya prueba alguna de que ese sea el objetivo de la investigación.

Como explicaba este martes Joana Rei en este periódico las leyes penales de EEUU prohíben la eliminación de registros oficiales, un delito que está sancionado con la inhabilitación para ocupar cualquier cargo federal. Si esa sanción se verificara, Trump tendría prohibido por ley su regreso a la Casa Blanca.

Donald Trump en un mitin de las primarias republicanas de Ohio el pasado mes de abril.

Donald Trump en un mitin de las primarias republicanas de Ohio el pasado mes de abril. Reuters

Se trata de la Sección 2071 del Título 18 del Código Penal de EEUU, que tipifica como delito "la ocultación, eliminación, mutilación, borrado, falsificación o destrucción deliberada" de documentos o registros del Gobierno que se encuentren bajo custodia.

Sin embargo, la ley da cierto margen a la interpretación. Esa misma norma fue convenientemente analizada por expertos en 2015, cuando salió a la luz que la candidata presidencial Hillary Clinton había usado un servidor de correo electrónico privado para realizar negocios gubernamentales mientras era secretaria de Estado.

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Algunos republicanos se ampararon en dicha ley para insinuar que Clinton no podría presentarse a las urnas, pero varios juristas señalaron entonces que la Constitución establece criterios de elegibilidad muy claros y que la doctrina del Tribunal Supremo establece que el Congreso no puede modificarlos. De este modo, la Constitución permite al Congreso inhabilitar a personas para ocupar un cargo público en procesos judiciales políticos, pero no otorga tal facultad al derecho penal ordinario.

Apoyo republicano

En cualquier caso, todo el asunto del registro del FBI está dando un nuevo impulso a los republicanos que ahora mismo están enfrascados en el proceso electoral de las denominadas 'midterm' o elecciones intermedias, en las que se eligen los 435 escaños de la Cámara de Representantes de EEUU, y 33 o 34 de los 100 del Senado.

Además, en estas elecciones 34 de los 50 estados de EEUU eligen a sus gobernadores para un mandato de cuatro años, que son quienes decidirán la legislación de los próximos años (habrá que ver lo que ocurre con el aborto) y jugarán un papel clave en la elección del próximo presidente.

Sea por interés político o personal, numerosos miembros del Partido Republicano han salido en defensa de Donald Trump y han calificado lo sucedido como una persecución política.

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"Hasta esta noche, nunca habíamos visto que quienes asumen el poder usen ese poder para perseguir a sus oponentes políticos pasados o futuros", apuntó el senador republicano Marco Rubio en un vídeo publicado tras conocerse el registro. Rubio también ha dado su respaldo a Trump a través de Twitter: "El uso del poder gubernamental para perseguir a oponentes políticos es algo que hemos visto muchas veces en dictaduras marxistas del tercer mundo pero nunca antes en EEUU".

Situaciones así, añade Rubio, "suceden en lugares como Nicaragua, donde el año pasado todas las personas que compitieron contra Daniel Ortega para alcanzar la presidencia, todas las que pusieron su nombre en la papeleta electoral, fueron arrestadas y todavía están en la cárcel".

Para Rubio la situación es "peligrosa" porque "alguien más estará en el poder algún día y ahora has creado el precedente para que te hagan esto a ti".

Rubio ha pedido al fiscal general, Merrick Garland, y al director general del FBI, Christopher Wray, que rindan cuentas "por estar de acuerdo con algo tan antidemocrático, inconstitucional y completamente destructivo y peligroso para nuestra República".

Tiempos oscuros

También ha mostrado su apoyo al exmandatario el senador de Florida, Rick Scott, quien preside la campaña del Partido Republicano en el Senado y que ha escrito un tuit en el que sostiene que "necesitamos respuestas ahora. El FBI debe explicar qué es lo que han hecho hoy y por qué".

El senador republicano Ted Cruz mantiene la misma línea y ha dicho que la redada contra Trump "no tiene precedentes". Según su opinión "es corrupta y es un abuso de poder. Lo que Nixon intentó hacer, Biden lo ha implementado ahora: ha armado completamente al Departamento de Justicia y al FBI para apuntar a sus enemigos políticos".

El Comité Nacional Republicano (RNC) ha emitido un comunicado en el que denuncia que "incontables veces hay ejemplos de Demócratas que se burlan de la ley y abusan del poder impunemente".

"El poder absoluto corrompe de manera absoluta. Los demócratas arman continuamente a la burocracia contra los republicanos. Esta redada es escandalosa. Este abuso de poder debe detenerse y la única forma de hacerlo es eligiendo a los republicanos en las elecciones de noviembre", defiende la presidenta del comité, Ronna McDaniel.

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La senadora Deb Fischer exigió información sobre "por qué el FBI allanó la casa de un expresidente y se llevó cosas".

El líder de la minoría republicana de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, fue más allá y sugirió la posibilidad de investigar al fiscal general, Merrick Garland, si los republicanos toman el control de esa Cámara en las elecciones intermedias "conserve sus documentos y despeje su agenda".

El propio Trump denunció el lunes que "nunca antes le había pasado algo así a un presidente de EEUU" y aseguró que "estos son tiempos oscuros" para el país. Tras conocerse la noticia, manifestantes en su apoyo se reunieron en las inmediaciones del complejo de Mar-a-Lago con carteles de la última campaña.

Tiene razón Trump al decir que "estos son tiempos oscuros" porque no está nada claro por qué guardó silencio durante 187 minutos en el asalto al Capitolio ni por qué ha querido ser el primero en airear que el FBI ha registrado su mansión de Florida.