La carta enviada por Linda McMahon a Harvard y que las redes sociales han parodiado con correcciones en rojo.

La carta enviada por Linda McMahon a Harvard y que las redes sociales han parodiado con correcciones en rojo. X

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El Gobierno de Trump acusa a Harvard de antisemitismo en una carta que las redes sociales ridiculizan corregida en rojo

La polémica carta de McMahon, secretaria de Educación, y corregida por internet como si fuera una tarea escolar, provoca una batalla legal entre Harvard y la Administración Trump.

Más información: Trump sigue 'asfixiando' a Harvard y congela todas las nuevas subvenciones y las ayudas a la investigación

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La Universidad de Harvard se ha convertido en el último blanco de la cruzada ideológica de la Administración Trump contra las instituciones académicas que considera "dominios de la izquierda".

En una carta enviada el 5 de mayo, Linda McMahon, secretaria de Educación de EEUU, comunicó oficialmente que la prestigiosa universidad dejará de ser candidata para recibir nuevas subvenciones federales, acusándola de fomentar el antisemitismo, debilitar los estándares académicos y violar leyes federales al limitar la libertad de expresión de voces conservadoras.

La misiva, de tres páginas, acusa a Harvard de "crear un clima hostil hacia los estudiantes judíos" y de "carecer de diversidad de pensamiento", al tiempo que señala supuestas represalias contra profesores y alumnos que defienden posiciones políticas conservadoras.

McMahon afirma que estas prácticas contravienen las condiciones para recibir fondos federales, y justifica la medida como un acto de "responsabilidad" para proteger los derechos civiles y la libertad académica.

"Bajo esta Administración no permitiremos que las universidades utilicen dinero de los contribuyentes para suprimir la libertad de expresión y promover ideologías sectarias", escribió McMahon en la carta, cuyo tono ha sido calificado por expertos legales como una injerencia gubernamental sin precedentes en la independencia universitaria.

En un comunicado, la universidad ya había calificado la decisión de la Administracion Trump de cortarle el grifo de las subvenciones como "un ataque político flagrante", anunciando que presentaba una demanda federal contra el Departamento de Educación por violación de la Primera Enmienda y del debido proceso.

Alan M. Garber, presidente interino de Harvard, expresó: "Hace unos momentos, presentamos una demanda para detener la congelación de fondos porque es ilegal y excede la autoridad del gobierno".

Aunque, la medida supuso la congelación inmediata de todas las nuevas ayudas y subvenciones federales dirigidas a investigaciones y programas académicos, la misma no afecta por ahora a los fondos ya comprometidos.

Sin embargo, la amenaza de un posible corte total de financiación federal ha generado alarma entre investigadores y profesores, que temen el impacto en proyectos clave en áreas como biomedicina, inteligencia artificial o cambio climático.

El trasfondo de esta confrontación va más allá del caso de Harvard. La carta de McMahon forma parte de una ofensiva más amplia de la Administración Trump contra las universidades consideradas bastiones del progresismo.

En declaraciones a EL ESPAÑOL, Michael Gerhardt, profesor de Derecho en la Universidad de Carolina del Norte, señaló: "Nunca hemos visto una exigencia tan extrema y claramente ilegal por parte del Departamento de Educación en la historia de Estados Unidos".

Otras instituciones como Columbia y Yale también han sido objeto de investigaciones federales y amenazas de sanciones en las últimas semanas, bajo el argumento de que no garantizan entornos inclusivos para todas las ideologías.

Además, en redes sociales, la carta de McMahon se convirtió en objeto de memes y burlas. Usuarios compartieron capturas de la misiva editadas con correcciones gramaticales en rojo, ironizando sobre los errores de estilo y redacción detectados en el documento.

Algunos incluso insinuaron que Harvard había devuelto la carta corregida, aunque no existe evidencia de que la universidad haya participado en estas bromas virales.

Pero lo cierto es que el conflicto amenaza con desembocar en una batalla legal de largo recorrido que podría sentar precedentes sobre la relación entre el Estado y las instituciones de educación superior.

Expertos en derecho constitucional advierten que la medida podría violar las protecciones de la Primera Enmienda, que garantiza la libertad de expresión y prohíbe la imposición de ortodoxias ideológicas por parte del Gobierno.

Según Gerhardt: "No cabe duda de que las acciones del Departamento de Educación violan la Primera Enmienda y los principios de la libertad académica. De hecho, en su última carta a Harvard, la Secretaria de Educación exigió diversidad de pensamiento en las contrataciones y admisiones de la universidad, y que el gobierno imponga la diversidad de pensamiento atenta directamente contra el núcleo de la Primera Enmienda", recalcó este experto.

Protestas en la Universidad de Harvard.

Protestas en la Universidad de Harvard.

Mientras el caso avanza en los tribunales, la comunidad académica observa con preocupación lo que muchos han visto como un intento de remodelar las universidades bajo parámetros ideológicos dictados desde Washington: "Este no es solo un ataque a Harvard, es un ataque a la libertad académica en su conjunto", advirtió la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios en un comunicado.

No obstante, Gerhardt ponderó: "Es probable que el tribunal esté de acuerdo con la mayoría, si no con todas, las alegaciones de Harvard, incluidas sus afirmaciones de que el Departamento está violando la Primera Enmienda".

"Una de las razones por las que no hemos visto antes violaciones tan extremas de la Primera Enmienda es porque las administraciones anteriores, aunque imperfectas, no la habían violado de manera tan flagrante como lo ha exigido repetidamente la administración Trump", subrayó el académico.

Por ahora, Harvard continúa operando con sus fondos actuales, pero sus dirigentes temen que la Administración utilice otros mecanismos para seguir asfixiando financieramente a la institución: "La carta de McMahon es solo el primer disparo en una guerra que parece destinada a escalar", advirtió un decano consultado por Inside Higher Ed.

La polémica, lejos de apagarse, promete nuevas confrontaciones en los próximos meses, con la educación superior estadounidense como campo de batalla de una guerra cultural que no da tregua.