
El 10 de abril de 1938, en el Luna Park de Buenos Aires, cerca de 20.000 nazis cantaron el himno nacional argentino con el brazo en alto.
Milei desclasificará los documentos de la cara más oscura de Perón: la acogida de nazis tras la II Guerra Mundial
El presidente argentino responde así a una petición del senador republicano de Estados Unidos, Steve Daines, por que se conozca toda la información.
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El Gobierno de Argentina anunció que desclasificará los documentos secretos que aún conserva de la entrada de criminales nazis al país en los años 40 y 50 del siglo XX, durante el primer Gobierno (1946-1952) del líder popular y tres veces presidente Juan Domingo Perón.
"El presidente Javier Milei ya dio la orden de que se liberara toda información que existiera en cualquier organismo del Estado", dijo el lunes por la noche el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y adelantó que los datos más relevantes son "financieros" y están "en el Ministerio de Defensa".
La decisión de Milei ha sido en respuesta a una petición del senador republicano de Estados Unidos, Steve Daines, "que viene luchando –agregó Francos– porque se conozca toda la información sobre aquella época en la que los nazis vinieron a guarecerse en la Argentina".
Ya en la década de los 30, el país era buen caldo de cultivo para las ideas de Adolf Hitler. Por ejemplo, el 10 de abril de 1938 tuvo lugar un masivo mitin de apoyo al III Reich en el polideportivo Luna Park de Buenos Aires, el mayor de este tipo realizado fuera de Alemania.
Unas 15.000 personas corearon "¡Heil Hitler!" y el himno partidario "Horst Wessel Lied" para festejar el 'Anschluss' (o anexión de Austria). El partido Nacional Socialista Alemán local contó con 70.000 afiliados. Argentina, por entonces, vivía la "década infame", nombrada así porque eran gobiernos surgidos de fraude electoral y profascistas.

Fotos del mitin nazi en Buenos Aires de 1938: gentileza de Luna Park.
Antes y durante la Segunda Guerra Mundial, Argentina era un nido de espías nazis. Alemania montó aquí las redes Bolívar y Orga T, con al menos diez estaciones de radio, que transmitían radiotelegramas a Berlín, según estableció el investigador Uki Goñi. Hasta hubo un bonaerense, Walther Darré, que fue ministro de Agricultura de Hitler.
Finalizada la contienda, dos submarinos alemanes, U-530 y U-977, al mando de los tenientes de navío Otto Wermouth y Heinz Schäffer, respectivamente, amarraron en el puerto de Mar del Plata (a unos 400 kms al sur de Buenos Aires) en 1945. Y sus tripulaciones se afincaron en Argentina. La película de los 80 Das Boot (El submarino), de Wolfgang Petersen, narró el suceso.
Mientras tanto surgía en Europa la "Odessa al sur": una red para la huida de los jerarcas nazis, a través de la denominada "ruta de las ratas" por el puerto de Génova, con ayudas de la Cruz Roja, el Vaticano, y el entonces jefe de policía de España, Agustín Muñoz Grandes, que facilitó pasaportes, según Goñi.
Se calcula que unos 68 criminales alemanes de guerra fugados de Europa se refugiaron en Argentina. Renombrados genocidas de la talla de Adolf Eichmann, Joseph Mengele, Klaus Barbie, Erich Priebke desembarcaron en Buenos Aires con identidades falsas. También los croatas 'ustachis' Ante Pavelić, Merke Eterović y 13 más de esa nacionalidad.
Eichmann, ideólogo de la "solución final" para la "cuestión judía", que deportó a millones a campos de exterminio, ingresó con un pasaporte italiano falso a nombre de Riccardo Klement el 14 de julio de 1950 en el vapor Giovanna C. Se radicó en el barrio San Fernando y trabajó en la planta local de Mercedes Benz. Pero el 11 de mayo de 1960 fue capturado al bajar de un autobús por un grupo comando del Mossad.
Lo mantuvieron nueve días cautivo y sacaron de Argentina, drogado y dormido, en un vuelo de la línea aérea El Al. En Tel Aviv fue juzgado por sus crímenes y murió ahorcado el 31 de mayo de 1962. Mengele, el médico de las mutilaciones y experimentos biológicos a prisioneros en Auschwitz, ingresó a Argentina con el nombre de Gregor Helmut, el 20 de junio de 1949 en el buque 'North King'. Vivió tranquilamente durante un tiempo y luego pasó a Bolivia y Brasil. Falleció allí sin que nadie le molestara, en 1979.
Priebke entró con un pasaporte a nombre de Otto Pappe el 14 de noviembre de 1948 en el barco San Giorgio. Se fue a vivir a la ciudad patagónica de Bariloche donde dirigió un instituto. En 1994 fue extraditado a Italia por el fusilamiento de 335 italianos en las Fosas Ardeatinas, en 1944 en Roma. Lo juzgaron y en 2013 murió en prisión.
Esas historias salieron a la luz a lo largo de las últimas décadas por decisiones de los sucesivos gobiernos. Los peronistas Carlos Menem y Néstor Kirchner ordenaron cuando eran Presidentes, en 1992 y 2005, respectivamente, la apertura de archivos, igual que acaba de hacer Milei.
Un tema tabú
El presidente argentino ha intentado asestar un tortazo político a su principal oposición, el peronismo, que lo considera un tema tabú. Mientras que en la opinión pública hay dudas de qué tantos documentos más, en verdad, conservan los sótanos del Estado que aún no se conozcan.
Milei, además, dispuso algo que también realizaron gobiernos anteriores y terminaron con cierta decepción: la desclasificación de archivos de la dictadura militar (1976-1983) en la Secretaría de Inteligencia. Nunca surgió de allí qué hicieron los militares con los miles de desaparecidos y sus hijos que ellos robaron.

Manifestación en conmemoración del 49º aniversario del golpe militar de 1976, en la Plaza de Mayo de Buenos Aires.
Acaso inspirada en las larvas del terrorismo de Estado que dejaron aquí los nazis, los militares argentinos idearon su propia versión de la 'solución final': los tétricos 'vuelos de la muerte', aviones que arrojaron vivos al mar a los opositores y guerrilleros.
En repudio de aquel horror, más de 100.000 personas marcharon el lunes pasado, en el 49° aniversario del golpe de Estado que inició la dictadura.
Pero para Milei esa es sólo una parte incompleta de la Historia. Él quiere rever los atentados de la guerrilla en los 70 y 80. Por ello, ha anunciado que enviará al parlamento un proyecto de ley para declararlos delitos de lesa humanidad. Si se aprueba, probablemente habrá juicios penales a exguerrilleros ya octogenarios.