Museo del Louvre de París

Museo del Louvre de París Reuters Reuters

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Nuevo traspié en el Louvre: una fuga en una antigua tubería, que estaba en mal estado, daña obras y documentos históricos

El personal pedía reparaciones y fondos desde hace años para proteger los libros de una potencial ruptura de las canalizaciones.

Más información: Una auditoría de 2018 describió el balcón del robo Louvre como "un punto vulnerable" y alertaba del uso de un montacargas

V. Yusty | Agencias
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Las claves

Una fuga en una antigua tubería provocó una inundación en la biblioteca de antigüedades egipcias del Museo del Louvre, dañando obras y documentos históricos.

El incidente dañó alrededor de 400 obras, algunas de ellas irrecuperables, y afectó los espacios de trabajo de los empleados.

El personal llevaba años advirtiendo sobre el mal estado de las canalizaciones y la falta de inversión en su protección.

Tras el incidente, el museo implementó medidas urgentes de seguridad, como la instalación de cámaras y un puesto móvil de la Policía.

El Museo del Louvre, en París, vuelve a estar en el centro de la polémica. El pasado 27 de noviembre, varias obras y documentos antiguos resultaron dañados tras una inundación en la biblioteca de antigüedades egipcias, provocada por la avería de una tubería.

La información fue revelada este domingo por La Tribune de l'Art, una publicación especializada, y confirmada por el canal BFMTV, que pudo consultar varias fotografías del siniestro y un correo electrónico interno del Comité de Higiene, de Seguridad y de Condiciones de Trabajo (CHSCT) en el que se daba cuenta de lo ocurrido.

En ese mensaje se explicaba detalladamente lo sucedido: una válvula que alimentaba las tuberías, colocada encima de la documentación, provocó una importante inundación de agua sucia que dañó gravemente obras y documentos y deterioró considerablemente los espacios de trabajo de los empleados.

Quienes trabajaban esa noche fueron capaces de contener la fuga, evitando daños mayores, y eliminar el riesgo de que la fuga pudiera llegar a la caja eléctrica.

Didier Rykner, responsable de La Tribune de l'Art, cifró en "unas 400 obras" las que resultaron dañadas, quedando algunas de ellas en un estado "irrecuperable".

Rykner denunció que este incidente no es una sorpresa porque "desde hace años" el personal del departamento lleva pidiendo fondos para proteger los libros de una potencial ruptura de las canalizaciones "cuyo estado vetusto es bien conocido".

Rykner se quejó de que el estado supuestamente deplorable de esas instalaciones contrasta con los 276.000 euros gastados para comprar esencialmente mobiliario de diseño para las oficinas de la presidenta directora del Louvre, Laurence des Cars, de su administrador general y de algunos otros empleados que tienen su despacho en ese área.

Todo esto sucede en un momento en que el Louvre está envuelto en la polémica por el espectacular robo del que fue víctima el 19 de octubre, en el que un grupo de ladrones que accedieron con un montacargas a la galería de Apolo en pleno día se llevaron joyas de la corona de Francia.

Todos los miembros del comando han sido detenidos, pero las joyas no han podido ser recuperadas. El próximo miércoles en el Senado se presentarán las conclusiones de la investigación administrativa que se puso en marcha para aclarar lo ocurrido y los posibles fallos en la seguridad.

La presidenta y directora del Louvre, Laurence des Cars, detalló que tras este incidente se pusieron en marcha una veintena de medidas urgentes para asegurar el museo, incluida la instalación de un centenar de cámaras perimetrales y la instalación de un puesto móvil de la Policía en el interior.