El presidente francés, Emmanuel Macron. EFE
Macron descarta adelantar las elecciones tras recibir a los grupos moderados: nombrará a un primer ministro "en horas"
Los líderes de la izquierda han mostrado su profundo descontento porque el jefe de gabinete no será nadie de su campo, tal y como reclamaban.
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El presidente francés, Emmanuel Macron, va a nombrar a un primer ministro en las próximas horas, lo que confirma que descarta el adelanto de las legislativas, tras reunirse con los líderes de los principales partidos moderados del país.
Esa es una de las principales conclusiones de las declaraciones de algunos de los asistentes al encuentro, en el que los líderes de la izquierda mostraron su profundo descontento porque el primer ministro no será nadie de su campo, tal y como reclamaban.
La decisión de Macron de no designar a un primer ministro de izquierda dejó "aturdidos" a los movimientos progresistas, decepcionados por la falta de una "respuesta clara", especialmente sobre el tema de las pensiones.
Después de unas dos horas y media de reunión a puerta cerrada, convocada de urgencia para intentar encontrar un compromiso gubernamental ante los vetos cruzados, el jefe del grupo de diputados centristas Liot, Laurent Panifous, declaró que el presidente anunciaría "en las próximas horas" el nombre del primer ministro.
No pudo precisar si podría reconducir al dimisionario Sébastien Lecornu, un fiel de Emmanuel Macron, escenario que circulaba con fuerza por la mañana y que provocó una andanada de críticas incluso dentro del propio campo presidencial.
No será un jefe de gobierno de izquierda, sino probablemente un macronista, afirmaron luego la ecologista Marine Tondelier, el socialista Olivier Faure y el comunista Fabien Roussel, pese a su solicitud conjunta de acceder a Matignon.
Macron no dio "ninguna respuesta clara" sobre las pensiones ni sobre el poder adquisitivo, lamentó el primer secretario del Partido Socialista, quien se negó a dar una "garantía de no censura" al futuro ejecutivo, que era precisamente el principal objetivo de la reunión.
"Todo esto va a terminar muy mal", lanzó una "aturdida" Marine Tondelier, advirtiendo incluso de una posible "disolución" de la Asamblea Nacional.
La izquierda consideró decepcionantes los esbozos de concesión sobre la reforma de las pensiones, pese a que resultaban inéditos en boca del jefe de Estado, que había hecho de esta reforma un símbolo de su segundo mandato.
Macron propuso "no suspender, sino aplazar en el tiempo" la medida sobre la edad de jubilación, pero no la referente al número de trimestres cotizados, explicó la jefa de los diputados ecologistas, Cyrielle Châtelain.
"Ninguna mejoría", añadió Fabien Roussel, advirtiendo que si el primer ministro "pertenece al campo de Emmanuel Macron", “no podremos aceptarlo".
Los dirigentes del partido de derecha Los Republicanos, Bruno Retailleau y Laurent Wauquiez, fueron los primeros en salir juntos, aunque sin hacer declaraciones, pese a haber llegado por separado.
Los únicos ausentes de esta reunión fueron el Reagrupamiento Nacional y Francia Insumisa, que no fueron invitados porque, a diferencia de los demás, "ambos expresaron su deseo de una disolución", justificó el entorno de Macron.
Marine Le Pen protestó contra lo que calificó como una "ruptura con la función presidencial", denunciando "una reunión de mercaderes" desde el congreso de bomberos en Le Mans, donde aprovechó para hacer contraprogramación mediática, rodeada de cámaras.
Los teléfonos comenzaron a sonar alrededor de las 2:00 de la madrugada: Emmanuel Macron invitaba a los demás líderes de partido y jefes de grupo de la Asamblea Nacional a una reunión a las 14:30 en el Elíseo.
"Responsabilidad colectiva"
"Esta reunión debe ser un momento de responsabilidad colectiva", comentó lacónicamente la Presidencia horas más tarde, dramatizando el encuentro y dejando entrever la amenaza de una disolución. Sin embargo, según los participantes, esta fue finalmente descartada durante la reunión.
El presidente no ha hablado públicamente desde la abrupta dimisión de Lecornu el lunes, aunque su entorno menciona una próxima declaración.
El jefe de Estado había prometido el miércoles nombrar un primer ministro antes del viernes por la noche, tras dos días de negociaciones adicionales para intentar conseguir, ante la falta de mayoría en la Asamblea, un acuerdo de no censura al futuro gobierno.
El escenario más mencionado antes de esta "reunión de última oportunidad" era la reconducción de Lecornu, un fiel de Macron que ha ganado protagonismo desde su llegada a Matignon.
"No entendería que se volviera a nombrar a un primer ministro macronista", advirtió Agnès Pannier-Runacher, macronista de la primera hora, resumiendo el sentimiento generalizado dentro del propio campo presidencial. El líder del partido Renacimiento, Gabriel Attal, volvió a pedir a Macron que "comparta el poder".
Aunque el nombre de Jean-Louis Borloo circuló con fuerza en las últimas horas, parece poco probable que sea la elección final.
Proyecto de presupuesto listo
Mientras tanto, la urgencia es presentar un proyecto de presupuesto el lunes. El Parlamento tendrá luego una ventana de 70 días para examinarlo, como prevé la Constitución.
"No será perfecto", reconoció el primer ministro dimisionario el miércoles, tras múltiples reuniones con los partidos, y deberá ser debatido.
¿Tendrá Francia un gobierno para este viernes o, en su defecto, este fin de semana? ¿Serán reconducidos los principales ministros? ¿Serán reemplazados por técnicos?
Lecornu recomendó a Macron que el futuro equipo gubernamental esté "completamente desconectado de las ambiciones presidenciales para 2027", unas ambiciones que él mismo nunca ha manifestado.
Bruno Retailleau, quien precipitó la caída del gobierno Lecornu, indicó el viernes que no permanecería en el Ministerio del Interior. Ya la víspera se había mostrado firme al rechazar la designación de un primer ministro "de izquierda" o "macronista".