Prigozhin junto a soldados del Grupo Wagner en Bakhmut.

Prigozhin junto a soldados del Grupo Wagner en Bakhmut. Reuters

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El Grupo Wagner se retira de Bakhmut y deja en el aire su próximo objetivo: "Vamos a descansar"

Prigozhin, líder del Grupo Wagner, deja en manos del ejército ruso el control de Bakhmut, aunque pone en duda su capacidad de defensa ante Ucrania. 

26 mayo, 2023 03:02

Unidad a unidad, las tropas del Grupo Wagner irán saliendo de Bakhmut en los próximos días hasta completar el traspaso definitivo de poderes en favor del ejército regular ruso el 1 de junio. Así lo ha hecho saber este jueves Eugeni Prigozhin, dueño del ejército privado, quien también ha anunciado una pausa operativa de uno o dos meses con el fin de reagrupar sus tropas, permitirles un descanso y formar a nuevos mercenarios que sustituyan a los fallecidos y heridos.

De creer sus propias cifras, Wagner habría perdido 20.000 hombres sólo en la conquista de Bakhmut: 10.000 presidiarios movilizados para hacer de carne de cañón y otros 10.000 soldados profesionales caídos en la lucha cuerpo a cuerpo y calle a calle.

El precio a pagar para Wagner ha sido tan inmenso que su retirada parece esta vez algo más que un farol, aunque con Prigozhin nunca se sabe. Desde luego, su capacidad ofensiva está limitada al máximo y su utilidad sería simplemente defensiva: conocen Bakhmut al dedillo, han peleado en sus rincones y, pese a todas las quejas, siguen teniendo más medios que las tropas regulares.

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Aunque las imágenes publicadas parecen confirmar el anuncio de retirada, no hay que descartar que Vladímir Putin haga una llamada en cualquier momento si las cosas se complican, algo que podría darse perfectamente.

Teniendo en cuenta lo sucedido en los flancos norte y sur de la ciudad, cuando el ejército ruso tomó el relevo de los mercenarios y su mala organización provocó el avance inmediato de los ucranianos, la opción de ver a la gente de Wagner sobre el terreno en menos tiempo del anunciado no se puede descartar.

Si Ucrania sigue avanzando en la zona de Klishchiivka, con la posibilidad de amenazar la M03 y cortar los suministros a Bakhmut por el sur, alguien tendrá que tomar medidas… y de momento los soldados de Wagner, pese a todos sus problemas, han sido los únicos fiables.

La enésima mofa de Prigozhin

En cualquier caso, lo normal, si todo va bien para Rusia, es que buena parte del ejército de Prigozhin vuelva a África, donde siempre hay encargos que solucionar, y adopte un perfil más bajo. Eso sí, antes de la partida, el llamado “chef de Putin” por su condición de cocinero en San Petersburgo cuando el líder ruso ejercía de alcalde de la localidad, ha aprovechado la adrenalina de la victoria para protagonizar la enésima mofa hacia el ejército de su país.

Yevgueni Prigozhin (en el centro), con soldados del Grupo Wagner.

Yevgueni Prigozhin (en el centro), con soldados del Grupo Wagner. Reuters

En un vídeo publicado en redes sociales, Prigozhin asegura que dejará un remanente de Wagner en la zona para evitar contraofensivas. En concreto, a dos hombres, llamados Bieber y Dolik, que parecen sacados de una película de Santiago Segura.

En el vídeo, Prigozhin afirma que Bieber y Dolik serán los encargados de vigilar lo que hacen las tropas regulares rusas y de poner orden, aunque les pide varias veces que “no les hagan daño”, en un ejercicio de burla, no ya contra Gerasimov, Shoigu o Lavrov, sino contra las propias fuerzas armadas rusas.

Los litigios de Prigozhin contra sus supuestos jefes en esta operación han sido varios y sonados, pero parece que no se cansa de cruzar líneas rojas: este miércoles aseguró en otro vídeo que la guerra contra Ucrania había sido un fracaso y que los objetivos de desnazificación y desmilitarización no solo no se habían cumplido, sino que habían provocado un efecto bumerán: Ucrania es ahora más fuerte militarmente que nunca y su gobierno, más sólido y valorado.

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De hecho, Prigozhin llegó a barajar la posibilidad de una “nueva revolución rusa” si las clases dirigentes no mandaban a morir también a sus hijos, reivindicando que la reconciliación nacional solo sería posible en cementerios y funerales. Tras loar al ejército ucraniano y su preparación -algo que ha hecho varias veces en los últimos meses-, Prigozhin vaticinaba un conflicto largo, de años, para el que Rusia debía prepararse con una movilización general y una reclusión al estilo de Corea del Norte.

¿El “delfín” de Putin?

¿Cómo es posible que Prigozhin pueda decir estas cosas? Más allá de sus problemas personales con poderes fácticos del Ministerio de Defensa -que, al fin y al cabo, son su competencia comercial-, las mofas a un ejército no dejan de ser mofas al país al que ese ejército representa y las críticas a una operación bélica no dejan de ser críticas a los hombres que las ordenaron. Si cualquier otro se hubiera atrevido a cuestionar al Kremlin una quinta parte de lo que lo ha hecho Prigozhin, no habría polonio suficiente para limpiar la afrenta.

Según el terrorista Igor Girkin, otro de los críticos de la “operación militar especial” y conocido por su rol en el atentado contra el vuelo 17 de Malaysia Airlines durante la primera invasión rusa de Ucrania (2014-2015), Prigozhin -que tampoco es santo de su devoción- hace todo esto porque tiene el apoyo en primera persona de Putin.

Incluso apunta la posibilidad de que el presidente ruso lo esté contemplando como su “delfín”, su sucesor, algo que suena extraño por la avanzada edad de Prigozhin (apenas nueve años menos que Putin) y por su nula experiencia política.

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En cualquier caso, está claro que la toma de Bakhmut ha servido en cierto modo de salvoconducto para el jefe del Grupo Wagner. Un fracaso, sin duda, le habría puesto en la picota. La conquista de los escombros de la ciudad, pese a haberle costado diez meses de asedio y las reconocidas veinte mil muertes en combate, es el único triunfo que Rusia puede ofrecer a su ciudadanía desde la toma de Severodonetsk y Lisichansk hace prácticamente un año. Con ello, Prigozhin se ha convertido en algo así como un díscolo héroe nacional… y es complicado acabar sin más con los héroes nacionales.

A la espera de lo que suceda en los próximos días -veremos si se completa de verdad la retirada, qué consecuencias tiene y cuál es el siguiente movimiento de Wagner-, detrás de las burlas de Prigozhin se esconde una realidad: el ejército ruso va a tener muy complicado defender Bakhmut si Ucrania decide movilizar tropas y atacar.

Otra cosa es que a Ucrania le interese meterse en ese lío. No lo parece. El asunto desde el principio ha sido convertir Bakhmut en un cepo para ratones y esa función la sigue cumpliendo. Si Rusia va a dedicar miles de hombres a su defensa, no los podrá ubicar en Zaporiyia ni en Jersón ni en Kreminna. Esa fue la clave de la resistencia y esa puede ser la clave de la contraofensiva que tanto se está haciendo esperar.