Campanadas en la Puerta del Sol. EP

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Ómicron amarga las uvas a medio mundo: de Tokio a París con la excepción de Madrid y Nueva York

Los altos niveles de contagios han hecho que grandes ciudades cancelen la celebración de Año Nuevo.

31 diciembre, 2021 02:47

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A principios de noviembre, la idea de celebrar una Nochevieja en condiciones más o menos normales no era descabellada. Los contagios se mantenían en niveles reducidos y el nivel de incidencia mostraba una situación de riesgo bajo. Pero ómicron ha cambiado todo fugazmente, desatando cifras de contagios nunca vistas en la pandemia que han llevado a varias capitales del mundo a cancelar las celebraciones de Año Nuevo. 

Aunque se estén registrando récords de contagios, la ocupación en los hospitales se mantiene en niveles soportables, ni mucho menos comparables a otras olas que provocaban menos contagios pero aumentaban en mayor medida la ocupación hospitalaria.

Ese factor positivo, sin embargo, no ha evitado la cancelación de Nochevieja en muchas de las grandes ciudades del mundo, con la excepción de Madrid y Nueva York.

La celebración de la Nochevieja de 2019 en Times Square.

La celebración de la Nochevieja de 2019 en Times Square. Reuters

En París, Londres, Tokio y Berlín se han cancelado los grandes eventos de fin de año como medida de prevención ante el aumento de contagios. Tampoco celebrarán la entrada del año Ámsterdam, Bruselas, Lisboa y Roma. 

La capital francesa canceló el tradicional concierto y los fuegos artificiales en los Campos Elíseos. En Londres la idea era despedir al 2021 en Trafalgar Square con un aforo reducido hasta las 6.500 personas, pero el alcalde londinese, Sadiq Khan, finalmente decidió poner el freno de mano y cancelar el evento. 

En Berlín se podrán ver los tradicionales fuegos artificiales y conciertos en la Puerta de Brandenburgo, pero por la televisión. No habrá público en la capital alemana para dar la bienvenida al 2022.

En Ámsterdam se cancelaron las celebraciones navideñas el mes pasado, pero el Gobierno neerlandés decidió imponer un nuevo confinamiento estricto durante las Navidades que durará, en principio, hasta el 14 de enero. Los neerlandeses no solo se han quedado sin Nochevieja: todo lo no esencial está cerrado desde el 19 de diciembre. 

Los madrileños, sin embargo, vivirán una excepción con respecto a gran parte de España y Europa. El ocio nocturno y la hostelería no tendrán que cerrar en nochevieja y se podrán presenciar las campanadas en la Puerta del Sol, aunque el aforo se ha reducido a 7.000 personas

Los neoyorquinos tendrán una experiencia similar a la de los madrileños en su habitual lugar de celebración de fin de año. Ómicron no ha podido con la mítica noche de fin de año en Times Square, donde podrán ir 15.000 personas vacunadas y con mascarilla, una reducción importante con respecto a las 58.000 personas que pueden acudir en condiciones normales. 

La Puerta del Sol, casi vacía, la nochevieja del 2020.

La Puerta del Sol, casi vacía, la nochevieja del 2020. EP

¿Cambio de panorama?

Europa despide al 2021 en situación generalizada de riesgo elevado por el alto nivel de contagio impulsado por la variante ómicron. El año termina con récords de infecciones, pero las hospitalizaciones y la mortalidad no llegan a los mismos niveles que en olas anteriores, unas olas que tenían menos contagios y aún así provocaban altas tasas de hospitalización.

En España, las cifras de hace un año muestran un cambio de panorama con respecto al actual pico de contagios. Los datos del Ministerio de Sanidad del 30 de diciembre de 2020 informaban de una incidencia por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días de 265 puntos. En esa misma fecha, el 9,80% de las camas hospitalarias estaban ocupadas por pacientes con coronavirus. La ocupación en las UCI era del 21,34%. Este 30 de diciembre de 2021, los datos oficiales de Sanidad muestran que la incidencia se sitúa en un nivel récord, 1.775 puntos, pero la ocupación de camas por pacientes con Covid es del 8,80%, mientras que en las UCI es del 19,42%.

Es decir, aunque la incidencia sea 1.510 puntos más alta que hace un año, la presión hospitalaria es, aunque hay muchos más contagios, más baja. El alto nivel de vacunación está demostrando su eficacia en la actual ola, aunque está por ver si la presión hospitalaria actual, que es estable, no llega a un punto descontrolado en enero tras las cifras récord de contagios en los últimos días del 2021. 

Ómicron ha provocado un auge masivo de contagios, pero la presión hospitalaria se mantiene soportable.

Ómicron ha provocado un auge masivo de contagios, pero la presión hospitalaria se mantiene soportable.

Para el optimismo también está el ejemplo de Sudáfrica. En el país en el que se identificó por primera vez la variante ómicron en el mes de noviembre, los contagios están en una tendencia a la baja significativa, y eso que sigue siendo la variante predominante en el país. Este pasado miércoles se notificaron en Sudáfrica 9.020 nuevos casos de la Covid-19. El 17 de diciembre, fecha en la que se alcanzó el pico de la ola, la media de contagios en los últimos siete días era de 23.437 casos diarios. Esa media se sitúa ahora en los 11.493. 

Reducción de cuarentenas

Al inciarse la pandemia, la cuarentena tras dar positivo era de 14 días. Después se pasó a diez días. Los contactos estrechos que daban negativo también tenían que mantenerse aislados. Pero ahora, casi dos años despues de que el virus entrara en acción y con niveles de vacunación avanzados, los protocolos se están relajando y varios países han reducido las cuarentenas. 

La ministra de Sanidad española, Carolina Darias, tras el Consejo Interterritorial de este miércoles.

La ministra de Sanidad española, Carolina Darias, tras el Consejo Interterritorial de este miércoles. Alberto Ortega / Europa Press

En Italia, donde los contagios subieron un 80,7% en Navidad, a partir del 10 de enero desaparecerá la cuarentena para los vacunados desde hace menos de cuatro meses o con la dosis de refuerzo por contacto estrecho con un positivo. En España esa medida ya está en vigor. 

Reino Unido y España, por su parte, han reducido la cuarentena de los positivos de diez a siete días. Estados Unidos ha ido un poco más allá, bajando el aislamiento necesario de los diez a los cinco días para personas que se hayan contagiado. Tras la cuarentena, la persona tendrá que utilizar la mascarilla durante otros cinco días. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han tomado esta decisión al señalar que la mayoría de los contagios se producen en el día o los dos días anteriores a mostrar síntomas y los dos o tres días siguientes.