Los tres candidatos con más intención de voto: Zelenski, Poroshenko y Timoshenko.

Los tres candidatos con más intención de voto: Zelenski, Poroshenko y Timoshenko.

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Un cómico, un patriota y una 'mártir': Ucrania se la juega en las elecciones

El cómico Zelensky, el actual presidente Poroshenko y la exprimera ministra Timoshenko y se juegan este domingo 31 el Gobierno de Ucrania en unas elecciones polarizadas.

31 marzo, 2019 01:30

Ucrania votará este domingo a quién quiere que releve al actual presidente e inaugure un nuevo periodo político en el país. El que ha gobernado durante cinco años, Petró Poroshenko, se presenta a la reelección y es uno de los favoritos en las encuestas. Pero no parece ser el preferido.

Los otros dos candidatos, la exprimera ministra Yulia Timoshenko, y el cómico y actor Vladímir Zelensky, acompañan al actual presidente como posibles elegidos en los sondeos. 

Tras quince años de inestabilidad política, con dos revoluciones y varias crisis, entre ellas el conflicto de Crimea con Rusia, los ucranianos parecen elegir -al menos de momento- al candidato más irreverente de todos: Zelensky. Pues, desencantados de la política con los continuos casos de corrupción, podría ser el único candidato sin experiencia política el finalmente ganador de la las elecciones.

Las encuestas otorgan un cuarto de la intención de voto a Zelensky, que hace dos meses tenía apenas un 19% de los apoyos. Poroshenko y Timoshenko lucharían por el segundo puesto con alrededor de un 18%. El analista político Vladímir Fesenko, citado por EFE, dice que "estas son las elecciones más difíciles de predecir en la historia democrática de Ucrania. No hay que fiarse de los sondeos", asegura.

La incertidumbre, sin embargo, crece cuando se analiza el perfil del votante de cada uno de los candidatos mayoritarios. Zelensky recibiría el apoyo de los jóvenes y de mediana edad; el actual líder Poroshenko recibe el apoyo de los patriotas, a favor de eliminar la "invasión rusa" de Crimea; y la exprimera ministra Timoshenko sería apoyada por los activistas sociales.

Zelensky, el favorito

El cómico y actor, el favorito, el que no pertenece a la 'casta política'. "Yo, como millones de ucranianos, estoy decepcionado con aquellas personas que han estado en el poder todos estos años. Su experiencia política es más una desventaja que un motivo de orgullo", dijo a EFE durante la campaña.

Representa el desencanto político, la renovación. Quiere representar un político que no se quema, "que se puede estar en el poder y, al mismo tiempo, seguir siendo persona". Con 41 años, casado y con dos hijos, es la estrella televisiva del programa satírico "El siervo del pueblo" y ha participado en varias películas. También estudió derecho en Kiev.

Ahora mismo, acapara un 25% de la intención de voto, un 7% por encima de los otros dos candidatos. La intención sobre Zelensky ha aumentado en los últimos meses, pues en enero solo tenía un 19%.

Su entrada en el gobierno comenzaría eliminando beneficios por arriba: adiós a los privilegios de los diputados, los jueces y el propio presidente. Además, quiere instaurar un sistema de referéndums on-line para tomar decisiones con el apoyo y la implicación popular.

En cuanto a la crisis de Crimea, se posiciona a favor de su desocupación por parte de Rusia, y solo establecería negociaciones con Putin si restableciese la soberanía de dicha península, anexionada al país en 2014, y que se encuentra ahora controlada por militares y milicias. También cree que Ucrania no está preparada para ingresar en la UE.

Pero a pesar de que su perfil fresco pueda encandilar a muchos votantes, otros critican su inexperiencia política y que no tenga "un equipo sólido" o que sus propuestas sean "utópicas".

Poroshenko, el patriota que opta a la reelección

El actual presidente, desde 2014, Petró Poroshenko, comparte intención de voto con la exprimera ministra Timoshenko. Su figura se encontraría en una posición ambivalente: debido a la crisis con Crimea, podría ser reelegido por los más patriotas o denostado por los que crean que ha manejado el tema de manera negativa.

“Candidatos hay muchos, pero presidente solo uno”, es el lema de Poroshenko. Él financió con su dinero las dos revoluciones populares vividas en el país desde la independencia (2004 y 2014) y cuyo objetivo primordial era liberarse de la dependencia rusa.

Poroshenko ha sido recibido en varias ocasiones en Bruselas y Washington para solventar el conflicto de Crimea, que sucedió en cuanto él entró en el poder. Se apoyó en Estados Unidos y en la OTAN, pero todos los intentos han sido fallidos.

Al contrario que Zelensky, Poroshenko sí se muestra a favor de que Ucrania ingrese en la UE. Pero en 2023, justo antes de que concluyese el mandato que ocupará el elegido este domingo. 

Pero la mala situación económica, además de la corrupción, junto con su promesa incumplida de vender casi todos sus activos una vez llegara a la presidencia es lo que le puede empujar a la no reelección.

Timoshenko, la activista 'mártir'

Yulia es la única mujer que encabeza los sondeos en Ucrania. Pero un punto negativo para los votantes que quieran alejarse de los políticos longevos, es que ya fue primera ministra en 2005 y después entre 2007 y 2010. Además, estuvo en prisión por abuso de poder mientras ostentaba el cargo. Fue condenada a 7 años de cárcel en 2011 y liberada en 2014.

Timoshenko es una mujer con carácter que ha recibido comparaciones con Margaret Thatcher e incluso con la española Dolores Ibarruri, la Pasionaria. El salto a la política lo dio en 1997, cuando fracasó la empresa que fundó con su marido. Ésta se había convertido en "tierra quemada". Fue ese el impulso que la llevó a tener un escaño en el Parlamento ese año.

Su ascenso fue meteórico: en 1999 fue nombrada viceprimera ministra. Se convirtió en el motor de la "Revolución Naranja", que convocó a decenas de miles de personas diariamente en Kiev para exigir, y finalmente conseguir, la repetición de elecciones entre 2004 y 2005. Timoshenko consiguió estar al frente del gobierno, como primera ministra, pero solo durante 8 meses. 

Durante su segunda legislatura, entre 2007 y 2010, fue acusada de abuso de poder. La UE protestó al considerarlo un juicio político. En 2014 salió de prisión. Desde entonces no ha dejado la política.