Puigdemont en su llegada a la rueda de prensa en Bruselas.

Puigdemont en su llegada a la rueda de prensa en Bruselas. YVES HERMAN Reuters

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Sirios, somalíes e iraquíes, compañeros del asilo que se planteó Puigdemont

El expresidente de la Generalitat viajó este lunes a Bruselas, donde consideró solicitar asilo político, igual que han hecho los refugiados.

1 noviembre, 2017 03:18

Las personas que solicitan asilo huyen de la guerra, del terrorismo, de la muerte diaria. Gente que escapa de su patria al ser perseguidos por sus creencias religiosas, por pertenecer a una determinada etnia o por su condición sexual. También son acosados por motivos políticos en lugares donde la libertad de expresión es inexistente, donde pensar diferente está penado con la cárcel o incluso con la muerte. Estos países no son valorados como seguros por la ONU al no respetar los derechos humanos.

No es el caso de España, que, como a todos los países europeos, se le considera un estado seguro que cumple con los derechos fundamentales. Algo con lo que Puigdemont parece no estar de acuerdo tras afirmar que se ha trasladado a Bruselas “por seguridad” y que no volverá a Cataluña hasta que tenga “garantías. El expresidente pudo plantearse solicitar asilo político en Bélgica, como han hecho una gran mayoría de refugiados provenientes de Siria, Somalia e Irak. No obstante, la situación es sumamente distinta.

En 2015, 5.040 personas solicitaron asilo político en Bélgica. El 20% era de origen sirio, el 16% venía de Somalia y un 13% era de Irak, según datos de la Eurostat. Son estos tres estados los que más peticiones de ayuda trasladan a este país europeo.

La violencia en Somalia es un mal constante.

La violencia en Somalia es un mal constante. Reuters

Durante los seis años de duración, el horror de la guerra civil en Siria ha provocado el desplazamiento de miles de refugiados, muchos de ellos con destino a Europa. Somalia es un estado crónicamente inestable, sin gobierno y amenazado por militantes islamistas, piratas y la hambruna, aspectos que llevan a sus habitantes a buscar otros lugares donde poder avanzar. Al igual que el país africano, en Irak las oleadas de ataques terroristas y bombardeos son constantes.

Todo ello genera una situación de violencia y una continua violación de los derechos humanos que día tras día empuja a los ciudadanos en peligro a buscar un refugio. Puigdemont pudo haber pedido también refugio, pero sus razones nada tienen que ver con las de los habitantes de estos países.

Puigdemont pudo pedir asilo

Aunque finalmente ha descartado pedir protección, en realidad nada se lo impide. Es un derecho contemplado en el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El derecho al asilo se encuentra recogido por el Derecho Internacional y es una obligación de los Estados. Toda persona puede buscar protección fuera de su país “en caso de huir de un conflicto que pone su vida en peligro y tener fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política”. A este último pudo haberse aferrado el expresident de la Generalitat. Pero, ¿sería de verdad comparable su petición con las miles de solicitudes que se dan en toda Europa?

Refugiados sirios llegando a la isla de Lesbos.

Refugiados sirios llegando a la isla de Lesbos. Reuters

La crisis de refugiados comunitaria es una de las mayores de la historia. Al finalizar 2015 más de un millón de personas habían emigrado a Europa, de las cuales 942.400 eran solicitantes de asilo político. En el camino hacia la esperanza, 3406 migrantes fallecieron, tan solo ese año.

En total, 213.000 personas solicitaron asilo en algún país de la UE durante el segundo trimestre del 2015, una cifra que supone un aumento del 85% respecto a la situación un año atrás. El 21% de los solicitantes tenían nacionalidad siria; el 13% eran afganos y el 8%, albaneses.