Davutoglu ha sido jefe del Ejecutivo bajo la atenta mirada de Erdogan.

Davutoglu ha sido jefe del Ejecutivo bajo la atenta mirada de Erdogan. Umit Bektas Reuters

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Erdogan sella su poder al cortar las alas de su 'número dos'

El primer ministro turco dimite tras desavenencias con el presidente, que busca a un jefe de gobierno pasivo.

6 mayo, 2016 01:21

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“¿Qué por qué he tomado esta decisión? La vida enseña muchas cosas, pero tengo mis principios que nunca he abandonado desde que dejé mis días académicos”, dijo Ahmet Davutoglu en la rueda de prensa de este jueves al anunciar que abandonaría la jefatura del partido y con ella su cargo de primer ministro a finales de mayo. Pero más que dimitir él, se ha visto forzado a renunciar.

“El presidente Erdogan se aseguró la dimisión de Davutoglu. Fue decisión de Erdogan en realidad, porque quiere un primer ministro que demuestre completa lealtad y obediencia y Davutoglu no encaja [en esas funciones]”, asegura Fadi Hakura, analista especializado en Turquía del think tank británico Chatham House, a EL ESPAÑOL.

Davutoglu resultó ser una piedra en el zapato para el camino emprendido por Erdogan hacia una Turquía presidencialista, con un cambio constitucional en la nevera que no termina de producirse porque su partido necesita el 60% de representación en el Parlamento para convocar un referéndum al respecto. Ahora mismo al AKP le faltan 13 diputados para ello, recuerda la agencia de noticias alemana DPA.

Hakura enumera tres aspectos concretos de la política de Davutoglu que no le gustaron a su presidente:

- liderazgo en las negociaciones del acuerdo con la Unión Europea sobre la crisis de refugiados;

- observaba la posibilidad de retomar el diálogo con el PKK;

- mostró cierta cercanía con Rusia.

Poco después de ser nombrado primer ministro en agosto de 2014, Davutoglu propuso un paquete de transparencia contra la corrupción que Erdogan no permitió que prosperara.

La palabra “democratator” resuena entre la oposición turca desde hace tiempo, fusionando democracia y dictador para definir a Erdogan. “Turquía ya no es una democracia. Yo prefiero utilizar la palabra 'democratator' para el presidente, democráticamente elegido pero un líder dictador”, dijo recientemente a EL ESPAÑOL el periodista Kerim Balci en una entrevista.

“Pase lo que pase, continuaré mi relación con nuestro presidente hasta mi último suspiro. El honor del presidente es mi honor. Su familia es mi familia. Nadie debería atreverse a iniciar nuevas tramas”, advirtió Davutoglu el jueves en la rueda de prensa recogida por los medios turcos. Pero Hakura no duda por un momento que sea mentira. “El lenguaje de una familia feliz es como el de todos los partidos, pero como en todas las formaciones, en realidad hay desacuerdos”, indica.

El todavía primer ministro ha reconocido que se habían producido movimientos internos en el partido que le retiran el poder para designar a los jefes del partido goberntante Justicia y Desarrollo (AKP) en las provincias y distritos. "No pretendo ser un presidente en ausencia de consenso", reconoció el primer ministro.

“Davutoglu intentó salirse de la sombra de Erdogan con los poderes que le confieren la constitución”, explica el experto de Chatham House, y su marcha tras sólo 20 meses al frente del Ejecutivo es el resultado. El 22 de mayo habrá un congreso extraordinario del AKP para votar un nuevo jefe de la formación, puesto que la renuncia primera de Davutoglu es con respecto al liderazgo del partido. Pero esa dimisión exige automáticamente la retirada del Ejecutivo. Sí mantendrá su escaño en el Parlamento.

Para Hakura nada ha cambiado: “Erdogan quiso estar desde el principio en el centro de las decisiones políticas y esto sólo lo confirma”. Los sustitutos de Davutoglu podrían ser el ministro de Energía, el de transporte o el vice primer ministro. Sin embargo, este analista opina que poco importa. “La persona no es importante, la clave es que sea alguien completamente subordinado a Erdogan”.