Donald Trump, en un discurso en Nueva Orleans.

Donald Trump, en un discurso en Nueva Orleans. Efe

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Así va la carrera a la Casa Blanca tras las últimas victorias de Trump y Clinton

La interna demócrata parece ya saldada, aunque Sanders aún de la pelea contra Clinton. Entre los republicanos, Ted Cruz queda en segunda posición tras el imparable Trump.

9 marzo, 2016 17:58
Nueva York

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Donald Trump ha logrado fortalecer su candidatura al imponerse en las elecciones primarias de Michigan y Mississippi, dos estados que le han permitido ampliar al diferencia en cantidad de delegados respecto de sus rivales.

Clinton y Trump continúan destacando en la carrera hacia la Casa Blanca

Hillary Clinton ha conseguido un amplísimo triunfo en Mississippi respecto del senador socialist de Vermont, Bernie Sanders, quien ha conseguido con todo inyectarle oxígeno a su campaña al arrebatarle Michigan a la demócrata, en un triunfo que ha ido en contra de todos los pronósticos.

El senador ultraconservador de Texas, Ted Cruz, se ha impuesto en Idaho, y ha comenzado a marcar diferencias con los candidatos del “establishment” republicano, el senador de Florida, Marco Rubio, que ha tenido una semana para el olvido, y el gobernador de Ohio, John Kasich, quien aspiraba a quedarse con Michigan y no lo ha conseguido.

El martes 8 de marzo ha quedado en el calendario de las internas presidenciales encerrado entre dos gigantes: el “Supermartes” de la semana anterior, y el “Día D” de la semana próxima, el martes 15 de marzo, que, para muchos, será el día que se definirán las internas presidenciales, en particular, la republicana.

Nada ha cambiado por el momento en el balance total. Trump y Clinton siguen al frente en las competencias del Partido Republicano y el Demócrata, y sus seguidores aún intentan sin demasiado éxito socavar su marcha hacia la nominación presidencial.

La interna demócrata parece ya saldada, aunque Bernie Sanders aún de la pelea. Clinton le ganó con un abrumador 83% en Misisippi gracias a su alto apoyo entre los afroamericanos, y si bien Sanders logró imponerse en Michigan, un triunfo simbólico y significativo, la escasa diferencia de votos -49,8 a 48,3%- lleva a que ambos se hayan ido casi con la misma cantidad de delegados del estados.

Clinton ganó 86 delegadoss el martes, contra 69 de Sanders, y estiró su ventaja en la cuenta total sobre el senador a 759 sobre 546. Clinton cuenta con el apoyo de la mayoría de los “superdelegados” demócratas, una carta que favorece a los candidatos tradicionales.

La interna republicana es otra historia

Trump marcha con firmeza hacia obtener una mayoría de delegados, pero aún no es seguro que pueda llegar al número mágico de 1237 delegados, y debe además resistir la ofensiva que ha montado el “establishment” con una ola de avisos negativos. Mitt Romney, el candidato presidencial de 2012, ha comenzado a grabar convocatorias en Florida convocando a la gente a votar el 15 de marzo por Marco Rubio, cuya campaña viene muy golpeada.

“Sólo hay una persona que tuvo un buen desempeño esta noche. Donald Trump”, dijo el magnate inmobiliario, al celebrar su victoria en uno de sus complejos turísticos en Florida.

Trump es el candidato que más delegados consiguió el martes: 59, contra 44 de Ted Cruz. Eso le ha permitido estirar su ventaja a 446 delegados contra 347 del senador de Texas.

Las miradas están puestas ahora en el 15 de marzo, con dos elecciones cruciales: Florida y Ohio, ambos estados que entregan todos sus delegados al ganador de la elección.

Rubio, quien desde el “Supermartes” ha tenido días fatales, ha tenido que salir a decir que no cerrará su campaña y que competirá en Florida, donde las encuestas más favorables a él lo muestran 8 puntos detrás de Trump.

Kasich, el otro candidato que responde al paladar del “establishment”, está mejor posicionado en Ohio, el estado que gobierna, pero aún así aparece tres puntos detrás de Trump.

Si Trump llega a imponerse en ambos estados, que además han sido dos estados determinantes en las dos últimas elecciones presidenciales, la lectura es que la interna republicana estará saldada, y el magnate inmobiliario se convertirá en el próximo candidato presidencial del Partido Republicano.