La directora de la película 'How to have sex'.

La directora de la película 'How to have sex'.

Protagonistas

La directora Molly Manning Walker: “Los hombres prefieren hablar de cantidad, porque no saben cómo tener buen sexo”

La directora británica estrena 'How to have sex', una película hiperrealista sobre la pérdida de la virginidad de una joven.

15 marzo, 2024 09:49

En la onda de la espectacular serie Podría destruirte, en la que la directora, guionista y actriz Michaela Coel narraba el abuso sexual que vivió y reflexionaba sobre el consentimiento, en How to have sex la directora británica Molly Manning Walker parte de su experiencia personal para ponernos a pensar. En concreto en si enseñamos a tener buen sexo a nuestros jóvenes y en sí la virginidad femenina sigue siendo un tema peliagudo. Spoiler: lo es.  

La película, que ganó el premio Un Certain Regard en Cannes, se estrena el 15 de marzo en cines. En ella, la cineasta cuenta el viaje de tres adolescentes a una isla española para darse un homenaje de fiesta. Una de las tres es virgen y, como si fuera un lastre que hay que soltar, está decidida a dejar de serlo. Sus amigas la apoyan y la animan a ello. 

En un entorno festivo, la joven Tara tiene su primera relación sexual, pero no se corresponde con la imagen romantizada o divertida que nos suelen vender en las películas de adolescentes. Con un tono hiperrealista, Molly Manning Walker saca el hacha. Lo hace para reflejar una verdad que ella conoce de primera mano. Habla de fiestas en las que el alcohol, el sexo mercantilizado y las drogas son los protagonistas. 

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Una de las secuencias de 'How to have sex'.

Una de las secuencias de 'How to have sex'. Cortesía

Sin embargo, no es ahí donde pone su ojo crítico la cineasta, sino en la falta de respeto, de cariño o de mirar a la otra persona –cómo está, cómo se siente– en las relaciones sexuales eventuales. También en la hermandad de hombres que, aunque sean testigos de abusos, callan por amistad. Con todo ello, logra una película que engancha desde los primeros minutos, con sus luces y sus muchas oscuridades. 

No es la primera vez que la autora pone la mirada en el tema de los abusos sexuales. En su corto, Good Thanks, You? ya mostró cómo las autoridades retraumatizan a las víctimas. Lo hizo porque ella misma a los 16 años sufrió una agresión sexual. Su película le sirvió, en parte, como terapia para exorcizar su dolor. Ahora vuelve a la carga con una cuestión clara: ¿Sabemos, de verdad, cómo tener buen sexo y educamos a los y las jóvenes para que aprendan a tenerlo, más allá del porno?

How to have sex te rompe el corazón y, de algún modo, te ves reflejada. ¿Qué te impulsó a hacer esta película. ¿Qué te dio la idea?

Fui a muchas de estas vacaciones cuando tenía 16 años y vi la escena de las mamadas en Magaluf [Mallorca]. Eso me dio la idea de reflejar la experiencia, lo que viví con un grupo de compañeros de la escuela. Cuando les comenté lo de la mamada, me di cuenta de que todos fingíamos estar pasando un buen rato, pero en realidad nos habíamos sentido muy incómodos. Me pareció que nos habíamos divertido a la fuerza. Eso desencadenó la idea de hacer la película. 

La protagonista es Tara, una chica de la que sabemos, desde el comienzo, que es la única virgen de su grupo de amigas. ¿Qué supone la virginidad para las mujeres aún hoy?

Creo que culturalmente siempre estamos tratando de deshacernos de la virginidad. Se trata de un fenómeno muy extraño que hemos creado y que, sobre todo, sirve para presionar a las jóvenes adolescentes. La verdad es que no sé por qué existe.

Hace poco estuve hablando con algunos adolescentes que me decían que el hecho de que incluso se le ponga una edad para perderla, hace que se sientan obligados a tener relaciones sexuales en un momento concreto. Pero si te das cuenta, sólo se refieren a deshacerse de algo, ¿sabes? Nadie habla de tener buen sexo, sino de librarse de ella. 

Hay hombres de la manosfera, esa red de webs, blogs y foros en línea que promueven una masculinidad antigua y la misoginia, que exponen en redes sociales que la mujer pierde valor cuantas más relaciones sexuales con hombres tiene. ¿Cómo puede haber un pensamiento así en el siglo XXI y qué supone?  

Creo que es algo parecido a lo que pasa con la virginidad. Y me parece que justo ese es el problema. Siempre se trata de números. De con cuántos hombres o mujeres te has acostado, no de lo buena que fue tu interacción con ellos o con ellas. Cuando yo creo que deberíamos de empezar a hablar de lo bueno que ha sido, o no, el sexo.

Tenemos que aprender a tener relaciones sexuales de forma completamente diferente y empezar a hablar del placer femenino. Creo que la razón por la que a los hombres les encanta hablar de cantidad en lugar de calidad, es porque en realidad ninguno sabe cómo tener buen sexo, un sexo de calidad. Este es el problema. Y también la falta de interacción con la pareja, aunque esta sea de una sola noche y no la vuelvas a ver nunca más. ¿Cómo se va a tener buen sexo si no hay comunicación?

Esto nos lleva al título de la película, ¿cómo tener sexo o, mejor aún, cómo tener buen sexo?

Creo que necesitamos hablar más sobre el placer femenino, entender qué es eso. Creo que hay tal falta de educación sobre el cuerpo femenino, en general, que el debate debe ser mucho más amplio. También pienso que debería de haber menos pudor, en general, al hablar de sexo. Y que debemos de educar a los chicos y chicas jóvenes, en que hay que ser empáticos con los demás.

No se trata solamente de hablarles del sexo en sí, de la educación sexual, sino también educarles en cómo ser amables al relacionarse en la intimidad con otro ser humano. 

En la película hay una imagen muy poderosa que muestra a Tara regresando al hotel, sola. No es capaz de contar lo que le ha pasado ni siquiera a sus amigas. En España se ha aprobado una ley que pone el foco en la importancia del consentimiento. ¿Crees que la sociedad y nosotras mismas, realmente entendemos el alcance del consentimiento?

Creo que el 'sólo sí es sí' es un concepto que confunde. Creo que tenemos que llegar más lejos aún y seguir reflexionando sobre ello. En mi opinión, el punto de partida debería de ser disfrutar con el sexo. Porque la protagonista del filme dice que no muchas veces, pero no le sirve para nada. Nadie la escucha.

Acaba por decir que sí, como última respuesta, y ve que solo se le escucha eso. Por eso creo que el sí es sí es un concepto muy confuso. Al final hace que todo sea muy complicado. 

¿Qué debería de ser imprescindible en el sexo? 

La conexión humana, tener en cuenta lo que está sintiendo la otra persona. Por ejemplo, si estamos en una conversación y de pronto una de las personas se calla, al cabo de dos segundos le preguntas qué le pasa, si está bien. En el sexo debería de ocurrir igual. Pero no suele pasar eso.

Si te callas o te quedas quieta como una piedra, la persona con la que estás no pregunta nada y sigue a lo suyo. Creo que el sexo debería de tomarse igual que cuando te relacionas normalmente con alguien en una conversación. 

¿Crees que el consumo de pornografía desde edades muy tempranas está afectando a cómo tenemos relaciones sexuales y afectivas?

Creo que tiene más que ver con la falta absoluta de conversación sobre el sexo. Cuando se habla de ello se hace con vergüenza, no se suele hablar en serio. Así que la gente no sabe dónde buscar, apenas hay material que consultar. Y por supuesto que la mayoría de la gente ve pornografía para conseguir respuestas.

No vamos a detener la industria del porno, pero si habláramos más de buen sexo, de una forma normal y abierta, creo que mejoraría mucho la forma de relacionarnos en la intimidad. Al menos así la gente no tendrá que ir a la pornografía para encontrar respuesta a sus dudas. 

La película 'How to have sex'.

Se habla mucho de amor romántico, pero ¿hace falta hablar de sexo sin esa perspectiva amorosa?

Definitivamente. La conversación tiene que empezar en las escuelas y ser abierta. Cuando yo estaba en el colegio, notaba que los profesores, al hablar de sexo, lo hacían desde la vergüenza. Los niños heredan ese pudor. Hablar sin tapujos del sexo, en todos los ámbitos, es esencial. Así conseguiríamos mejorar la sociedad para toda la gente.

En tu película, muestras también la hermandad masculina, la otra cara de la moneda. Paddy, el chico que abusa y Badger, ese amigo que trata de cuidar a la protagonista pero que, aunque sabe que algo pasa, calla… ¿Por qué decidiste mostrar esto?

Me parecía que para los hombres sería más difícil reconocerse en Paddy, pero sería mucho más fácil identificarse con Badger, su amigo divertido y amable. Sin embargo, al final te das cuenta de que, a pesar de que él es tan encantador, empático incluso, esperas que detenga al amigo, que le diga que se está pasando. Pero no ocurre. Él también le falla a Tara. 

Una relación que podría haber sido divertida, placentera, resulta ser sexualmente abusiva, algo de lo que hablaste en tu corto Good Thanks, You? ¿Por qué decidiste poner el foco en esto? 

Quise mostrarlo porque me afectó personalmente. Yo también sufrí una agresión sexual y me di cuenta de que había mucho de lo que hablar. Yo seguí adelante, pero siento que todavía es un gran estigma hablar de ello. No se habla de la violencia sexual. Creo que es hora ya de tocar ese tema. 

Tu protagonista, Tara, se queda en el corazón de quien ve How to have sex. ¿Qué le ocurre después, tienes una idea? 

No lo sé. Creo que depende de la interpretación de cada espectador, de nuestra propia experiencia. Pero, desde luego, no va a ser una víctima.