Sanna Azikzi recibiendo el premio a la Mente Inspiradora en Valencia.

Sanna Azikzi recibiendo el premio a la Mente Inspiradora en Valencia. Cedida European Leadership Academy

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Sanna Azikzi recuerda su paso por la Academia Europea de Liderazgo: "Hay espacio para las mujeres en el mundo STEM"

La danesa, que ahora cursa un máster en la Politécnica de Cataluña, fue una de las 29 participantes en la Escuela de Verano celebrada en junio.

4 noviembre, 2023 02:12

Un día soleado de octubre, Sanna Azikzi (Dinamarca, 1998) busca en su nueva habitación un rincón en el que ubicarse para charlar con este periódico. Puede que aún no se haya familiarizado del todo con el espacio, ni con la ciudad en la que se ubica —Barcelona, donde lleva un mes viviendo como estudiante— pero eso no impide que acuda a la entrevista puntual como un reloj, perfectamente encuadrada y con una sonrisa de oreja a oreja.

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Conocimos a Azikzi como una de las participantes de la última Escuela de Verano de la European Leadership Academy (ELA). Celebrada en Valencia del 25 al 30 de junio, esta iniciativa impulsada desde Huawei pretende crear sinergias entre 29 mujeres jóvenes del continente cada una en representación de un país de la Unión, Ucrania y los Balcanes— para impulsar el desarrollo profesional femenino en todo tipo de carreras, de las ciencias jurídicas a las profesiones STEM. 

Tras una semana de talleres y visitas de profesionales destacadas por sus contribuciones al desarrollo profesional femenino en Europa, la ciudad levantina acogió una ceremonia en la que la entrevistada fue reconocida con el Premio a la Mente InspiradoraCuatro meses más tarde, EL ESPAÑOL se reencuentra con ella para confirmar si, en efecto, este tipo de programas tienen tanto impacto en la vida profesional de sus involucradas como esperan cuando llegan a él. 

Sanna Azikzi, tercera a la izqda., junto a sus compañeras de la 'Summer School' de 2023.

Sanna Azikzi, tercera a la izqda., junto a sus compañeras de la 'Summer School' de 2023. European Leadership Academy

Sanna Azikzi no protagoniza portadas. Tampoco actúa, ni canta —al menos, suponemos, no de forma profesional—, pero el suyo es el ejemplo de cómo las nuevas generaciones en Europa están tan preparadas para el futuro profesional como comprometidas con que este no deje a nadie atrás.

Con veinticinco años, esta estudiante de Ingeniería Industrial y Gestión de Empresas en su último año de máster cuenta a EL ESPAÑOL que trabaja con tecnologías de realidad virtual y aumentada en una farmacéutica que desarrolla medicamentos para tratar la diabetes y otras enfermedades, Novo Nordisk, en la que también es miembro de la junta directiva de su Asociación de Redes de Estudiantes.

Un espacio en su biografía reciente lo completan las veintiocho chicas a las que conoció en la European Leadership Academy. Con ellas, recuerda, compartió "historias de vida", "ideas de negocio" y una "comunidad inspiradora que todavía mantenemos, porque construimos vínculos muy especiales en un período de tiempo muy corto", destaca. 

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Llegó al proyecto por casualidad. "Un día estaba navegando por LinkedIn y vi la convocatoria. Al principio no le hice mucho caso, pero algo en mi cabeza me decía... ¿Y si es real, y si es una oportunidad de oro para ti? Finalmente apliqué. Me sorprendí mucho cuando me seleccionaron entre tantas candidatas, porque sentí que se apreciaba mi trabajo y lo que hago", cuenta a EL ESPAÑOL.

La danesa y el resto de participantes de la ELA prepararon proyectos innovadores que apostaban por la innovación, la sostenibilidad y la diversidad en el STEM.

La danesa y el resto de participantes de la ELA prepararon proyectos innovadores que apostaban por la innovación, la sostenibilidad y la diversidad en el STEM. Cedida European Leadership Academy

Como mujer ingeniera en un sector aún masculinizado, Sanna Azikzi agradece la suerte que ha tenido de dar con iniciativas y empresas que se alinean con sus valores. Además, ve en esa juventud una oportunidad para destacar en su sector: "Creo que mi edad me permite tener una visión más innovadora de las cosas, todo se trata de cómo la percibas tú misma… como un inconveniente o como una ventaja", apunta. 

"Hay espacio para muchas mujeres en el STEM ahora mismo, pero todavía no tienen suficientes oportunidades de sentarse en la mesa de liderazgo. Para eso necesitamos hacer presión". Le preguntamos cómo se hace eso, como si fuera una pregunta fácil de responder. "Cambiando la narrativa", responde ágil.

"En el cine y en los libros siempre son hombres los que llevan un traje puesto, los que construyen, los que lo hacen todo. Creo que cuando has visto eso de niña, dejas de querer ser ingeniera porque asocias las carreras STEM a esos personajes y no te sientes identificada", reflexiona.

Azikzi en una fotografía reciente.

Azikzi en una fotografía reciente. Cedida Sanna Azikzi

La danesa considera que la falta de referentes también se combate desde las escuelas. Azikzi colabora con la iniciativa Book an expert, inscrita en el programa Engineering the future (de la tecnológica Indra). Por medio de esta, las escuelas pueden contactar con ella para que vaya a dar charlas sobre su trabajo como ingeniera. "Este proyecto es muy importante para mí porque puedo marcar una diferencia en esa niña que está en el aula sentada y que no tiene a ninguna mujer cerca en este tipo de profesiones". 

Raíces afganas y vocación solidaria

Azikzi se confiesa amante de la tecnología, pero también del voluntariado. "Colaboro con una oenegé que costea el acceso educativo de los niños en Afganistán. En los últimos años hemos ayudado a más de 140 menores, es algo por lo que estamos muy felices", cuenta. La joven ve en el voluntariado una oportunidad para crecer no solo en lo académico, sino también a nivel personal. "Puedes conocer a gente nueva y tener una perspectiva más amplia del mundo", destaca.

Sin embargo, la privación del derecho de las mujeres a formarse en el país "tuvo un impacto enorme en nuestra organización, sacamos del programa a muchas niñas debido a las restricciones", lamenta. "Es un problema demasiado grande como para que lo resuelva una sola organización. Tienen que ser todos los países los que se unan y digan "vale, ahora estamos ayudando, ahora estamos haciendo algo". Pero a día de hoy es muy complicado", reflexiona.

No es casualidad que sea precisamente en el país asiático donde se centra su labor de voluntariado. "Es algo que me afecta mucho emocionalmente y me entristece ver que no hay ningún progreso al respecto". Los padres de Sanna fueron refugiados, y tuvieron que dejar atrás parte de su identidad y de su vida en un país en el que todavía hoy siguen desplazándose cada año millones de personas en busca de una vida más segura. 

"Todo este cambio fue duro para ellos, recibieron una buena formación en su país de origen y se vieron obligados a empezar de cero", cuenta. Y añade: "Respeto inmensamente que lo hicieran, y su historia me ha hecho apreciar más las cosas que tengo ahora. Sé cuánto han luchado ellos para darme todas las oportunidades que tengo y por eso nunca doy nada por sentado", confiesa con una sonrisa.

Azikzi en la ceremonia de clausura de la Escuela de Verano organizada por Huawei.

Azikzi en la ceremonia de clausura de la Escuela de Verano organizada por Huawei. Cedida European Leadership Academy

Precisamente es ese carácter ambicioso y perseverante el que la hizo ganar en junio el premio a la Mente Inspiradora de la ELA. Cuando Berta Herrero, impulsora del programa, adelantó a este periódico que hablar con Azikzi nos llevaría alguna que otra sorpresa, no se equivocaba. La joven no ha parado desde que participó en él. Ahora cursa un máster en la Universidad Politécnica de Cataluña, en Tarrasa, y, aunque su reto por el momento es aprender a distinguir "cuándo me están hablando en castellano y cuándo en catalán", ríe, tiene muy claro hacia dónde va su futuro. 

"En unos años me veo haciendo carrera en la empresa en la que estoy y teniendo, igual que ahora, una gran pasión por los derechos humanos. Me gustaría seguir mostrando el camino científico en países del tercer mundo en los que los niños no tienen tantos conocimientos de carreras STEM como en el mío. Me veo sirviendo y ayudando, porque es lo que me hace sentir en paz conmigo misma", concluye.