La soprano María Miró.

La soprano María Miró. Nani Gutierrez

Protagonistas

La soprano, especializada en Dermatología y "de voz aterciopelada", protagoniza el estreno mundial de 'La Regenta'

María Miró protagoniza La Regenta, el estreno mundial de la ópera basada en el texto de la novela de Leopoldo Alas Clarín, en Madrid.

27 octubre, 2023 03:03

La soprano catalana María Miró es una de las voces más reconocibles del panorama operístico actual. Debutó en 2011 como Fiordiligi (Così fan tutte) en la Lyric Opera Studio de Weimar, en Alemania.

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Desde entonces, ha actuado en los grandes teatros como el Teatro Real, Teatro de la Zarzuela, Gran Teatre del Liceu, Teatro Campoamor, Palau de les Arts, además de los internacionales.

Ahora se mete en la piel de Ana Ozores, la protagonista de La Regenta en su estreno mundial en Madrid.  

La obra, basada en la célebre novela de Leopoldo Alas Clarínse convierte en ópera gracias a la partitura que ha compuesto la pianista Marisa Manchado y el texto escrito por la filósofa Amelia Valcárcel. La Regenta estará en la Sala Fernando Arrabal de Naves del Español, en Matadero, hasta el próximo 29 de octubre.

María Miró en un momento de la entrevista.

María Miró en un momento de la entrevista. Nani Gutiérrez

En Magas hablamos con la soprano María Miró acerca del personaje, de su contexto y de su vida sobre el escenario.

"Es que es una época en la que había mucho machismo. Fíjate que en la novela, los hombres hablan de caza mayor y caza menor. La regenta, que pertenece a la aristocracia, sería una caza mayor. En cambio, conquistar a una criada sería una caza menor" asegura la soprano acerca de los tiempos que le tocó vivir a su protagonista.

Y añade: "A Ana Ozores, mi personaje, le gusta mucho leer y escribir. Ella dice que es una mujer letrada, y eso en aquella época se veía muy mal. Es una mujer que se encuentra muy oprimida por una sociedad muy retrógrada y con bastante maldad. Ana es un alma muy pura, romántica, joven, que tiene muchas ganas de amar y ser amada. Y está con un marido que la trata como si fuera una niña. No tiene madre, no tiene hijos y sufre dolor y una soledad muy importante. Esta atmósfera se palpa mucho en la ópera" concluye.

Han dicho de tí que eres una soprano con un acento vocal aterciopelado, ¿te sientes identificada en esta descripción?

Describirse a una misma siempre es difícil, pero soy una soprano lírica pura y tengo un color del que dicen que es muy bonito y redondo, con un centro importante.

Has actuado en los grandes escenarios de la ópera, tanto en nuestro país como fuera de él, ¿cómo llegaste a la ópera?

No tengo a nadie músico en la familia. Mis padres son médicos. La casualidad de que en la escuela donde estudiaba con cinco años, la profesora de música se dio cuenta de que tenía buena voz, habló con mis padres y les aconsejó que me pusieran en algún coro.

En mi colegio en Barcelona, comenzaba a funcionar un coro infantil y me matricularon allí. El director del coro vio que tenía facilidad para la música y me aconsejó estudiar instrumentos. Empecé con el piano y con la flauta travesera e hicimos una ópera infantil.

Con nueve años hice de protagonista de una ópera infantil con orquesta y todo. Una obra de Menotti. Descubrí que me encantaba cantar y con 18 años empecé Medicina porque también me gustaba mucho, y porque es lo que escuchaba en casa de mis padres. A la vez estudié en el Conservatorio del Liceo de Barcelona canto y compaginaba las dos cosas.

¿Consideras que fuiste una niña prodigio?

Eso está muy de moda ahora, pero lo cierto es que simplemente tenía facilidad para la música, tenía un cierto talento que se fue desarrollando. Evidentemente, uno puede nacer con un talento, pero si no se descubre ni se desarrolla, no se llega a ningún sitio.

Y tuviste la suerte de que alguien te descubrió.

Tuve la suerte también de que mis padres me apoyaran, y quisieran que yo continuara.

¿Se puede educar una voz para ser soprano o tienes que nacer con unas determinadas características?

Tienes que tener oído, una cierta facilidad para cantar, una voz bonita, pero solo con eso no llegas a ser una soprano, si no se desarrolla. Tienes que tener aptitudes y que te guste. Y a partir de ahí, recibir clases de técnica vocal e ir desarrollando el instrumento.

¿Quiénes han sido tus referentes?

Empecé con 18 años con una profesora, con Josefina Lupiáñez en Barcelona, y luego ya cuando me metí en el Conservatorio fue con Carmen Bustamante, que yo siempre le decía que era mi madre musical.

¿Y tus referentes líricas?

Montserrat Caballé siempre me ha encantado. La voz era y es universal. Tenía una técnica increíble, unos pianísimos y unos filatos maravillosos. Es una de mis referentes.

Te especializaste en Dermatología. Estudiaste esa carrera de Medicina en la Universidad de Barcelona y además, con buenas calificaciones en el MIR, ¿cómo se consigue esto sin dejar de lado tu carrera musical?

La verdad es que a mí me gusta mucho estudiar y se me daba bien. Y Medicina siempre me enganchó. En mi caso, cuantas más cosas hago, más rindo.

Eres muy dinámica...

Sí. Me gusta hacer muchas cosas diferentes. Estudiaba Medicina por la mañana y por la tarde iba al Conservatorio. Cuando acabé la licenciatura, valoré todas las opciones porque la música me encantaba, pero pensé: 'Si he llegado hasta aquí, pues mejor hago la especialidad' porque ya estaba subida al tren, y decidí hacer Dermatología. Y una vez acabada, ahí si que me dije que tenía que estar al 100% solo con el canto y me tiré a la piscina.

¿Te han servido para algo los conocimientos obtenidos durante la carrera en tu profesión?

Efectivamente, los temas de anatomía y fisiología me han ayudado mucho en desde el punto de vista de técnica vocal, para saber cómo funcionamos por dentro, y porque claro, nuestro instrumento lo llevamos encima.

Ahora, por ejemplo, en julio ofrecí una charla sobre medicina aplicada a la técnica vocal del cantante lírico, invitada por la Universidad de Barcelona. La verdad es que fue muy interesante poder mezclar las dos cosas en un curso que era de medicina y de arte, y me han pedido que lo repitamos ahora en noviembre. Me parece bastante interesante.

Y quién mejor que tú que controlas absolutamente los dos ámbitos. En algún momento has pensado: ¡Qué bien estaría en mi consulta viendo pieles tranquilamente!

La vida del artista en general, y del cantante en concreto, es complicada. Es muy inestable. Somos autónomos. Vamos de contrato en contrato, y tienes que ser muy fuerte, muy constante. Siempre hay bajadas y subidas y cuando estás en las bajadas es complicado.

En mi caso, me apasiona cantar, y soy feliz cantando encima de un escenario porque me siento que soy yo. Y eso puede más que todas las dificultades del camino. Y cuando hay baches, puedes superarlos y volver a levantarte. A veces pienso que tendría una vida muy tranquila como dermatóloga, con mi consulta. Me ganaría muy bien la vida y vería a mis pacientes, que también es mucha responsabilidad.

Curar a la gente también es una cosa que siempre me ha gustado, en el sentido de ayudar, pero con el cante también ayudo porque la gente me lo comenta: ¡Me olvido de todo cuando os escucho! Y ese, es otro tipo de cura más espiritual.

Sopranos hay pocas y dermatólogos muchos...

Bueno, no estoy segura. Sopranos hay muchas. Tendríamos que tener datos y comparar... (risas). Lo que si que es cierto es que hay mucha competencia entre las sopranos.

Te has metido en la piel de personajes femeninos muy potentes como Mariana, Penélope, la condesa de Alma Viva, Micaela, Musetta, ¿qué tienen en común?, ¿recuerdas alguno con especial cariño?

Destacaría Fuenteovejuna, que fue también un estreno mundial en Oviedo, que me avisaron con muy poco tiempo porque era para sustituir a otra soprano, y la verdad es que fue un personaje complicado y muy fuerte. Ya sabes, que al personaje de Laurencia la violan y al final es un grito a favor de la mujer, y en contra de la opresión y del machismo. Fue bastante impactante, todo un reto interpretativo.

La Regenta también lo es, pero aquel personaje lo recuerdo, porque fue muy difícil y me quedé muy satisfecha con el resultado. Siempre los retos para mí son importantes porque me hacen crecer. Penélope de Gloriana también era una mujer increíble. Me gustan las mujeres fuertes.

Y ahora te metes en la piel de La Regenta. A partir del 24 de octubre, el texto de Leopoldo Alas, Clarín. ¿Cómo afrontas este complejo personaje? 

Este es otro reto pero diferente, porque ella aquí es una víctima. También es una mujer fuerte, pero muestra mucho su vulnerabilidad. Entonces aquí estoy casi desnuda en el escenario, tanto vocal como actoralmente. Entonces estoy descubriendo otras facetas de mí que me están haciendo también crecer.

Además podremos disfrutarla en Las Naves del Teatro Español, en el Matadero.

Sí, allí también hice Tránsito, una coproducción entre el Real y el Teatro Español y lo hicimos en el 2021, en la que yo hacía de Cruz.

Es un espacio mucho más reducido que el escenario del Teatro Real...

Sí, es más reducido pero también crea más intimidad, más cercanía y como esta es una opera de cámara. Es decir, no es una opera convencional al uso, entonces la parte teatral y actorales muy importante. Entonces esta cercanía yo creo que ayuda mucho a crear esta atmósfera.

¿Te ha costado meterte en el papel de Ana Ozores?

He podido contactar con estas emociones y Bárbara Lluch me ha ayudado muchísimo. También Jordi Francés, el director musical con el que hemos estado buscando una sonoridad también vocal, que emane directamente de las emociones, no del cantante de ópera, sino del personaje. Hemos trabajando mucho a nivel actoral y emocional. Todo el equipo volcados al 100%.

¿Cómo te preparas vocalmente? 

Tengo unos ejercicios que hago siempre. Al final, los cantantes de ópera somos unos atletas y necesitamos entrenamiento físico y entrenamiento vocal, para no lesionarnos.

Realizo unos estiramientos durante 45 minutos al día, antes de ensayar, y hago ejercicios de diafragma, de activación de los abdominales, de que todo el rango vocal esté bien, desde los más agudos a los más graves...

Son una serie de ejercicios para que todo el instrumento esté en forma, para poder aguantar muchas horas de ensayos, no fatigarse, igual que si fueramos atletas con nuestros entrenamientos y estiramientos para no lesionarnos.

¿Y la alimentación también influye en la voz?

Totalmente. Por ejemplo, hay que evitar mucho el reflujo gastroesofágico porque sube a las cuerdas también y las irrita. Entonces yo intento siempre cenar, no muy tarde, cenar sano, menos fritos o todo lo que produce reflujo lo intento evitar, sobre todo cuando estoy actuando. No me iré a comer una pizza de noche si tengo que cantar al día siguiente, o salsas o hamburguesas....

Cuando no estás en el escenario, María, eres una mujer muy familiar, ¿qué te gusta hacer?

Me gusta estar con mi familia y ver a mis amigos siempre que voy a casa. Como viajamos mucho, tenemos una vida un poco nómada y estamos meses fuera. Ahora voy a estar un mes y medio en Madrid, y luego me voy a Valencia. Cuando estoy en Barcelona, en mi casa, intento pasar tiempo con mi familia, con mis amistades que siempre es complicado, pero siempre encontramos hueco. Me gusta caminar mucho, y ver el mar en Barcelona porque me da mucha energía. Me gusta leer, Ir al cine o al teatro... disfrutar de las pequeñas cosas del día a día.

Y practicas Gyrotonic...

Lo descubrí el pasado mes de marzo, y me encantó porque es un ejercicio muy completo, en el que mueves todos los músculos, músculos que además no sabes ni que tenías. Y sin ser algo de mucho impacto, pues te hace tener los músculos tonificados y flexibles.

Es una técnica que utilizan los bailarines de ballet...

Sí, porque te coloca y tener buena postura es muy importante para ser cantante.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Llevaremos la obra Tránsito a Valencia, al Teatro de las Arts en mayo con una nueva producción. Y luego tenemos proyectos para volver al Teatro Real y al Liceo. Y también a Tenerife.