Emma Raducanu, durante su participación en el master 1000 de Dubai.
Quemaduras en el pelo y disparos de ballestas o cómo pasar de la admiración al acoso de mujeres famosas
Personalidades como Emma Raducanu o Sara Casasnovas han sufrido la obsesión de sus fans. ¿Qué motivos y consecuencias hay detrás?
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Por definición, admirar a alguien implica sentir "estima o agrado especial" por esa persona porque se le considera "alguien extraordinario". A pesar de que, en la mayoría de los casos, es una actitud positiva, e incluso bonita; hay excepciones que manchan la palabra.
Hace poco más de dos meses, a la tenista británica Emma Raducanu, durante su participación en el máster 1000 de Dubai, se le escaparon las lágrimas en mitad de un set tras reconocer entre el público a un fan que la llevaba acosando varios días.
El hombre la había seguido y hostigado en sus últimas competiciones por diferentes países. Es más, la víspera del partido se le había acercado en una cafetería a darle una carta con información personal y hacerle una fotografía.
La deportista, cuando lo vio sentado en las gradas, en un angustioso sollozo, informó de la situación a la juez de silla y la seguridad del estadio lo expulsó del recinto, así como se le prohibió la entrada para el resto de la competición.
Este no es el primer episodio que le ocurre a Raducanu: desde el 2021 un hombre tiene una orden de alejamiento tras haber mostrado un comportamiento obsesivo con ella hasta el punto de ir a su casa familiar en reiteradas ocasiones a dejarle regalos y mensajes en su puerta.
"Siento que me han robado la libertad, estoy mirando a mi alrededor constantemente. No me siento segura ni en mi propia casa", relataba la joven de 22 años.
Noelia Barroso Ceballos, psicóloga especializada en trauma y directora de Psicología NBC, explica que las víctimas, tras haber recibido una invasión de su privacidad, activan su sistema de alerta de manera permanente.
"La ansiedad se genera por no poder controlar cuándo va a suceder otro episodio y además, es frecuente tener un sentimiento de injusticia, impotencia y desesperanza que conlleva al agotamiento de la persona pudiendo generar sintomatología depresiva", detalla.
A la vivienda de Violeta Mangriñán, concursante de varios realities de televisión, también acudieron dos desconocidos. En este caso, accedieron a su urbanización haciéndose pasar por periodistas y le esperaron durante tres horas en su rellano.
"Diciendo cosas de auténticos psicópatas a los trabajadores de mi urbanización, es que lo cuento y no sé si reírme o llorar, es surrealista, de película de miedo…siento impotencia y miedo", relató en sus redes.
Historias de Instagram que subió violeta Mangriñán tras el episodio de acoso sufrido.
Recientemente, la influencer Pawglina también contó a su comunidad virtual el suceso ocurrido con su exentrenador del gimnasio al que acudía en Barcelona. Empezó siendo una relación meramente profesional hasta que "él se obsesionó".
El individuo comentaba en el centro deportivo "que salían juntos" —cuando no era así—, le proponía planes incesantemente —que ella rechazaba— y hasta tenía una foto suya de fondo de pantalla.
La joven se mudó a Madrid por motivos laborales, llegando a pensar que se había acabado su pesadilla debido a los kilómetros que les separaban; pero se equivocaba.
A los días, él apareció en un restaurante en el que ella estaba comiendo gracias a una fotografía que subió a su perfil de Instagram y, a las semanas, acabó mudándose al bloque de enfrente.
@pawgli Tengo mucho miedo ahora mismo
♬ sonido original - Pawgli
"Estar constantemente enviándole mensajes cuando no hay una relación claramente recíproca, conocer detalles de su vida privada aunque ella nunca lo haya referido, así como el seguimiento en la vida real, son actuaciones obsesivas que son muy peligrosas", manifiesta la experta.
"Las redes sociales, al ser un escenario donde se exponen datos de la vida de la persona, facilitan a los acosadores información que pueden utilizar en su beneficio", continúa. Por eso, resalta la importancia de no subir el contenido en directo, sino esperar a no estar en el lugar.
Para Pawglina fue "aterrador" vivir toda esa experiencia, pero el individuo no llegó a mostrarse agresivo en ningún momento. Sin embargo, la actriz Sara Casasnovas no 'corrió' esa misma suerte.
Durante un año y medio, la gallega —conocida por sus papeles en Hospital Central o Amar es para siempre—, fue acosada por un hombre alemán que se había mudado debido a su obsesión.
Este le enviaba cartas declarándole su amor y la esperaba a la salida de sus funciones de teatro.
Una de esas veces, a las puertas del Reina Victoria en 2009, y tras las reiteradas negativas por parte de la actriz, el hombre sacó una ballesta e intentó dispararle en la cara. Por suerte, ella pudo apartarse y se quedó en un susto.
El individuo entró en la cárcel y, a pesar de eso, el acoso no cesó. Le enviaba paquetes desde prisión y creaba perfiles falsos en las redes sociales para contactar con la joven.
Sobre este aspecto, la psicóloga destaca que el acoso digital queda registrado y se puede justificar con capturas de pantalla o mensajes. En cambio, advierte que "puede causar daño psicológico severo porque traspasa el espacio físico y extiende sus efectos en el tiempo".
El ciberacoso difiere según géneros. Es una práctica bastante común que las mujeres reciban, a través de sus redes sociales, mensajes de acoso sexual, cosificación o denigrantes con respecto a su cuerpo.
La experta, Noelia Barroso, detalla que se debe a que "algunas personas sienten que las mujeres famosas no merecen su éxito o fama, y buscan deslegitimar a través de apreciaciones sobre su cuerpo".
Ella pone el ejemplo de la jugadora de waterpolo Paula Leiton, reciente campeona olímpica, la cual recibió una cantidad ingente de mensajes sobre su aspecto físico, "ignorando por completo que había ganado un oro".
Secuelas en la víctima
Raducanu, la tenista, tras el episodio sufrido declaró: "Siempre estoy con alguien que pueda dar la alarma o ayudar en cualquier situación. Estoy muy alerta, muy sensible y no voy sola a ningún lado".
"Las víctimas suelen reducir sus interacciones sociales por miedo al acosador, lo que incrementa su sensación de soledad", manifiesta la psicóloga.
Prosigue diciendo que es frecuente que se les dañe la autoestima y, por ello, se sientan inferiores, culpables o avergonzadas. "El estar sometidas a un estrés continuo puede incluso afectarles al sueño, a la concentración y en el rendimiento de trabajo", apostilla.
Además, especifica que el acoso recurrente, en el que se genera de "forma constante una sensación de peligro y amenaza, puede derivar en un trauma complejo. Las huellas de las emociones asociadas a esos hechos, aunque pasen los años, se quedan instaladas en su cuerpo".
Si pasa eso, considera necesario "el trabajo terapéutico y, a veces, también el psicofarmacológico", para que le permita vivir a la persona con normalidad y vuelva a confiar mientras se trabaja el trauma en consulta.
Historia de Instagram que subió Enma Raducannu tras el incidente en el master 1000 de Dubai.
Tras el incidente en las pistas de tenis, Raducanu agradeció en un post de Instagram el apoyo recibido y destacó: "Fue una experiencia difícil, pero estaré bien y orgullosa de cómo volví y competí, a pesar de lo que pasó".
La experta manda el siguiente mensaje para todas las mujeres que han sufrido acoso: "Nunca os sintáis culpables de recibir este tipo de comportamientos, da igual lo que compartáis en vuestras redes, la ropa que llevéis, nada lo justifica".
"Es normal que tengáis miedo y os sintáis solas, pero no lo estáis y el que debería tener miedo es él. No dudéis en pedir ayuda psicológica si lo necesitáis", argumenta.
Herramientas psicológicas
Barroso explica que una de las corrientes psicoterapéuticas con las que se podría abordar el acoso en consulta sería la terapia cognitivo-conductual (TCC). Con ella, se identifican creencias erróneas sobre su autoestima, culpa y se mejora el afrontamiento ante situaciones de estrés.
También considera que una de las técnicas "más eficaces" para trabajar el trauma en la actualidad es la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) ya que "disminuye el sufrimiento asociado y permite recordar la situación sin la carga emocional correspondiente".
La experta remarca que se debe "realizar psicoeducación", es decir, que se le exponga a la víctima las secuelas o los efectos psicológicos que puede producir una situación de acoso repetido.
Por último, y "para el día a día", sería muy útil practicar el mindfulness y sesiones de relajación para "disminuir el estrés y la sensación de alerta constante".
Perfil del acosador
¿Pero qué factores psicológicos pueden llevar a un fan a cruzar la línea entre la admiración y el acoso obsesivo? "Existen varios y muy diferentes entre sí", sentencia la psicóloga.
Puede ser que el acosador "tenga dificultades para encontrar su propia identidad, y que, haya depositado en la famosa su sentido de pertenencia".
Además, puede verse reforzado si tiene una autoestima baja o falta de confianza en sí mismo ya que "puede utilizar a la mujer como fuente de validación y atención de forma compulsiva".
En algunas ocasiones, "la admiración se torna a una idealización extrema, física y emocional, que le hace querer estar siempre cerca".
Cristina Tárrega, periodista y presentadora de radio y televisión, hace unos años sufrió acoso por parte de un oyente de su programa y en las entrevistas declaraba: "Quería quemarme y purificarme, llegó hasta a quemarme el pelo".
Barroso detalla que los acosadores "muchas veces encuentran dificultades en el control de sus vidas, por eso el hecho de poder influir y dominar la vida de alguien les da sensación de control".
También refiere que "suelen ser personas que no tienen muy claros los límites personales y no son conscientes de sus conductas".
De hecho, menciona que, ciertas patologías como los trastornos delirantes, obsesivo-compulsivos (TOC) o de personalidad, "son más proclives a este tipo de comportamientos".
Publicación de Instagram que hizo Paula Bonet cuando su acosador descubrió la ubicación de su nuevo taller.
Hace un par de años, el acosador de la artista y escritora, Paula Bonet, fue absuelto ya que la jueza consideró probado que no es responsable penalmente porque padece un trastorno "erótico-maníaco" y ordena que siga tratamiento psiquiátrico.
El papel de la sociedad
La psicóloga explica que la sociedad, de forma generalizada, tiende a restar importancia a ciertas conductas de acoso o agresión hasta que no son situaciones en las que corre verdaderamente peligro la víctima.
¿El motivo? Porque se romantizan los comportamientos obsesivos de los fans y se normaliza la invasión de la vida privada de la persona, "como algo por lo que tiene que pasar por ser una figura expuesta".
Considera también que la prensa, a veces, al exponer de forma continuada la vida privada de personajes públicos —contando pormenores íntimos, grabando en sus casas y persiguiéndolos en sus vacaciones— facilita que se den los episodios de acoso hacia ellos.
De hecho, hace un par de años, varios cámaras grababan con frecuencia el domicilio de la cantante Aitana Ocaña, intentando conseguir unas declaraciones tras su reciente ruptura.
En un evento tuvo que alertar a los medios de comunicación —con la voz temblorosa y "la mano en el corazón"— que, por favor, dejaran de grabar su casa "porque la habían localizado y estaban yendo hombres de madrugada hasta su puerta".