Marta Garay, médica estética: "La acumulación de productos favorece que tengamos acné cosmético"

La edad media de acceso al primer tratamiento médico estético se sitúa actualmente en los veinte años, según el último estudio de la Sociedad Española de Medicina Estética. 

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Pero ¿qué buscan las jóvenes? ¿Las mujeres buscan lo mismo a todas las edades? ¿Y los hombres?

Conversamos con la doctora Marta Garay, del Grupo Pedro Jaén, para dar respuesta a estos interrogantes. Además, aprovechamos para hablar con ella sobre la moda del skin fasting y, con el verano a la vuelta de la esquina, los efectos del sol y el calor para la piel.

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Los tratamientos más solicitados

La doctora Garay cuenta a magasIN que el tratamiento más demandado actualmente es el de las arrugas de expresión con toxina botulínica (bótox), aunque le siguen muy de cerca otros encaminados a mejorar la flacidez y la calidad de la piel. Estos los suelen realizar con láser, ultrasonidos focalizados o radiofrecuencia con microagujas. 

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"En los últimos años, ha aumentado mucho la demanda de los tratamientos para mejorar la zona periocular (párpados y cejas). Para ello solemos combinar láser, rellenos o ultrasonidos, con el fin de mejorar manchas, arrugas y flacidez", apunta. 

Además, explica que las pacientes más jóvenes se decantan más por el perfilado y el aumento de labios, la rinomodelación (modificación de la nariz) no quirúrgica con ácido hialurónico y la mesoterapia facial con vitaminas, ácido hialurónico y tratamientos suaves. "Aunque cada vez son más los jóvenes que entienden que el mejor tratamiento de belleza que existe comienza en casa con un buen protector solar". 

Entre los hombres comenta que lo más demandado sigue siendo el tratamiento de la alopecia: "Pero cada vez con más frecuencia recurren a la toxina botulínica para suavizar arrugas, a los tratamientos láser para despigmentar la zona de las ojeras, a rellenos para las ojeras hundidas o a la definición del perfil mandibular para masculinizar sus rasgos con ácido hialurónico o inductores de colágeno". 

En cualquier caso, antes de solicitar cualquier tratamiento, la experta recomienda que no nos dejemos influenciar por las modas o tendencias, sino que apostemos por hacerlo porque verdaderamente queramos, entendiendo que lo primero que debemos tratar es la salud de la piel y conseguir una mejora global. 

"Debemos asegurarnos siempre de buscar un buen profesional con experiencia en lo que nos queramos hacer, además de seguir sus recomendaciones o dejarnos guiar por su criterio", añade. 

Los riesgos del verano

Como decíamos en párrafos anteriores, aprovechamos para preguntar a la experta en medicina estética por los efectos del calor en la piel. 

"El calor y las altas temperaturas repercuten en una deshidratación más rápida de la piel por el mero hecho de pasar más tiempo al aire libre con ropa que deja más superficie cutánea al descubierto. Además, sudamos más profusamente de manera que aumenta la evaporación del agua", explica la doctora. Por ello, recomienda reforzar la pauta de hidratación mediante la ingesta abundante de agua y evitar la exposición solar en las horas centrales del día. 

Le preguntamos por el uso de maquillaje en esta época del año y recuerda que su utilización es opcional y depende de las preferencias de cada una. "En verano hay quien prefiere prescindir del maquillaje o decantarse por texturas más ligeras, pero en realidad depende del gusto personal. Siempre podemos recurrir a los protectores solares con color para vernos favorecidos sin necesidad de aplicar dos productos diferentes", comenta. 

Además, le planteamos si, como en verano pasamos generalmente más tiempo al sol, hay algún problema para realizarnos algún tratamiento de cirugía. 

"Depende de la intervención y de lo expuesta que vaya a estar la zona operada. Una de las recomendaciones para favorecer la cicatrización correcta es extremar la fotoprotección en la zona de la cirugía para evitar que la piel hiperpigmente y quede una mancha oscura que haga que la zona de la cicatriz sea más evidente", comenta. 

Y continúa: "En verano es más difícil ser tan estrictos con la protección solar en áreas que normalmente llevamos descubiertas (cara, cuello, escote…) y por eso es recomendable esperar a otoño o a invierno". 

La doctora Garay apunta además que después de una intervención quirúrgica estética normalmente es necesario llevar drenajes, fajas, prendas de compresión, puntos… que resultan especialmente incómodos para el paciente durante los meses de calor. 

Por ese motivo, siempre que sea posible, sugiere programar estas intervenciones en otras épocas del año. 

La moda del sking fasting

Por último, preguntamos a Marta Garay por el sking fasting o ayuno cosmético. 

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"El ayuno cutáneo o ayuno cosmético es una moda que surge como contraposición a las rutinas de cuidado facial demasiado complejas (algunas tienen más de una veintena de pasos) y a los problemas que han podido ocasionar en algunos usuarios estas rutinas tan complicadas", comienza explicando la experta. 

Cuenta que un exceso de productos incrementa el riesgo de que combinemos activos poco compatibles entre sí o productos no adecuados para nuestra piel. "Además, la acumulación de productos favorece la oclusión de los folículos pilosebáceos y la aparición del llamado acné cosmético".

En este sentido, el ayuno cutáneo consiste en "reducir al mínimo o eliminar por completo el uso de productos de cuidado facial para reequilibrar la piel, desintoxicarla y dejarla descansar, conceptos que hay que interpretar en el sentido figurado, ya que la piel no está intoxicada ni cansada". 

La doctora explica que la dermis no se satura si usamos los productos adecuados para nuestro tipo de piel, así que no habría por qué hacer descansos. "Otra cosa es que a lo largo del tiempo debamos introducir cambios en nuestras rutinas de cuidado facial porque las necesidades o características de nuestra piel hayan cambiado", dice. 

Para ella: "Esta moda no tiene sentido en personas que siguen pautas de cuidado facial adecuadas para las necesidades de su piel. Por el contrario, quienes sufren problemas por usar demasiados productos, aplicar activos inadecuados o hacerlo de forma incorrecta, lo que han de hacer es corregir su rutina de cuidado facial, no dejar de tenerla". 

Marta Garay concluye diciendo que esta modificación debe hacerse de la mano de un dermatólogo que valore si hay problemas cutáneos de base que haya que tratar y que recomiende los pasos y cosméticos adecuados para las necesidades concretas de cada paciente.