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La española Laura Ros Verhoeven (49 años) es una de las pocas mujeres en el mundo que lleva el volante de una gran empresa de automoción. La actual directora de Volkswagen España es una gran experta en el sector donde ha trabajado toda su vida laboral pasando por casi todos los departamentos donde se planifica, vende y revisa un coche.

"Siempre me han gustado los coches pero he descubierto con los años que me gusta incluso más la industria de la automoción que el coche en sí. Es un sector muy interesante y en mi trayectoria he tenido la suerte de trabajar en diferentes áreas como marketing, postventa, planificación y ahora en la dirección general".

El aire que se respira durante toda la entrevista es que Laura Ros está al mando del segundo grupo en fabricación de coches en Europa en el momento más trascendental para estas compañías. Una y otra vez surgen palabras como electrificación o software que parecen haber sustituido en la conversación sobre vehículos a conceptos tradicionales como gasolina o diésel o motor.

Beatriz Donlo

"Estoy muy orgullosa de la historia de nuestra marca, de que contemos con modelos importantes como el Beetle o el Golf y de que ahora lideremos el camino hacia una movilidad libre de emisiones". Otro de los conceptos mágicos.

Sin embargo, su aventura con el motor no empezó en el grupo alemán donde ahora dirige la división española. Nada más licenciarse entró en Nissan, donde pasó tres años antes de saltar a Volkswagen en 1997. "Me parecía una industria muy interesante y más estando en Barcelona, donde Seat-Nissan tenían oficinas importantes. Salí de la escuela de negocios y se me brindó la oportunidad de una experiencia internacional. Así que me marché a Ámsterdam tres años. En esos momentos era un sector muy interesante, con muchos recursos, con un producto extremadamente atractivo y mucho potencial de futuro".

Eso sí, lo suyo con la W parecía un romance anunciado desde que, recién cumplidos los 18 años, se sacó el carné de conducir casi al mismo tiempo que soplaba las velas y se subió a su primer coche: "Un Polo rojo de segunda mano que compramos a un amigo de mi padre. Es el vehículo que recuerdo con más cariño".

Ahora conduce uno eléctrico, concretamente el nuevo ID 3, porque la movilidad electrificada no son sólo dos palabras que marcan la estrategia y el futuro de su grupo, ni la hoja de ruta que marca el futuro del planeta, sino que es un concepto vital para Laura. Eso sí, no va en su carácter profesional no reconocer las dudas que a veces provoca esta nueva energía.

La directora de Volkswagen España, en la presentación de uno de sus nuevos modelos.

La directora de Volkswagen España, en la presentación de uno de sus nuevos modelos.

Pregunta. - ¿Recomendaría su vecino comprarse un coche eléctrico?
Respuesta. - Depende de cada usuario, del acceso que tenga a un punto de carga. Es verdad que en España, el eléctrico no es ahora mismo para el 100% de la población, pero nosotros aspiramos en 2025, a nivel europeo, a que el 30% de nuestras ventas sean 100% eléctricas, y en 2030, que el 70% de las ventas europeas sean 100% eléctricas.

Eso quiere decir que en nueve años, siete de cada diez vehículos que se compren en Europa se alimentarán con electricidad: "Estamos con una ofensiva de producto sin precedentes. El año pasado lanzamos el compacto ID 3. Ahora estamos presentando nuestro SUV 100% eléctrico y 100% Volkswagen, el ID4 y a finales de año presentaremos la versión 4x4 del ID4, el ID4 GTX, de 300 caballos y 520 kilómetros de autonomía".

P.-  ¿También conduciremos tantos coches eléctricos en España?
Este año ya prevemos llegar a un 10% de ventas de eléctricos puros y de híbridos enchufables, que tenemos disponibles en siete modelos de nuestra oferta y que es una alternativa perfecta para los clientes que tengan dudas en cuanto a la disponibilidad de puntos de carga en desplazamientos más largos.

Aunque seguimos muy lejos de la situación de otros países, planes como el Moves 3 o los 13.200 millones que el Gobierno quiere invertir de los fondos europeos en este sector tratan de ir ganando terreno en la electrificación y puntos de carga para permitirnos a todos enchufar el coche.

"Es una noticia excelente. No sólo para el sector, sino para España porque aportamos el 10% del PIB y del empleo a nivel nacional. Es importante que estos fondos aseguren que podamos abordar como país esa transición hacia la movilidad del futuro, descarbonizada, y que asegure el trabajo de las próximas generaciones".

Sector masculinizado

Laura Ros reconoce que el suyo es un sector "históricamente muy tradicional, liderado por hombres con un perfil muy de ingeniería". Pero desde la cima, donde se ven mejor los cambios, asegura que en estos momentos todos estos prototipos están saltando por el aire.

"Hasta 1975 en nuestro país, las mujeres tenían que pedir permiso a sus padres o maridos para sacarse el carné de conducir, algo que ahora nos parece impensable. En medio siglo hemos dado pasos de gigante y el sector también. No se diseñan coches para hombres o para mujeres, sino vehículos para adaptarse al uso de distintos conductores, independientemente de su género".

Ella, que acaba de ser incluida en el Top de 100 mujeres más influyentes, es de las pocas que ha llegado a la cima, pero en el gigante alemán tienen muy claro que no puede ser la única. "En Volkswagen Group España Distribución somos 430 empleados y el 42% son mujeres. Es cierto, que el porcentaje está más ponderado en finanzas, marketing, comunicación y recursos humanos, pero cada vez tenemos más mujeres en postventa; yo misma pasé por esa dirección, que es un área históricamente más masculinizada".

Después de casi 30 años entre ascensos, "sin notar ninguna diferencia" respecto a sus compañeros varones, "aunque sé que no es lo habitual", Laura reconoce que para "llegar a tener mayor diversidad en puestos de dirección, hay que marcarse objetivos, que pueden ser cupos o, como en nuestro caso: alcanzar un 40% de mujeres en puestos directivos en 2025".

De hecho, en Volkswagen, los responsables tienen que reportar cada seis meses en el consejo de la compañía sobre cómo evolucionan estas métricas de diversidad en todos los niveles de organización, y qué progresos hacen para alcanzarlo.

"En este momento de transformación donde entramos en nuevos territorios casi inexplorados (vehículo autónomo, conectado, nuevas formas de movilidad), cuanto más diversa sea la organización, más podremos tomar decisiones que tengan en cuenta todos los perfiles de clientes a los que nos dirigimos. Por supuesto, el 50% de nuestro mercado son mujeres y de diferentes generaciones y tenemos que tener esa diversidad de perfiles para saber cuáles serán sus necesidades en el futuro".

Beatriz Donlo

El grupo se ha impuesto un plan de 55 puntos para conseguir esa atracción y retención de talento "y no cabe duda de que también femenino". De esta forma, se aseguran que siempre "haya candidatas mujeres, que en las entrevistas siempre esté, como mínimo, una entrevistadora y que en las nuevas contrataciones a igualdad de talento, entre talento femenino para equilibrar y como pool para futuras directivas".

La culpa

Esta medio catalana medio flamenca se ha librado del doble examen que muchas directivas tienen que sufrir a lo largo de su carrera, pero no tanto del peso de la culpa a la hora de equilibrar vida profesional y laboral. "Sí he sentido en momentos, sobre todo cuando los niños eran más pequeños, que tenía una carga adicional por la responsabilidad de conciliar". Por eso ahora aplica fórmulas dentro de la compañía para no perder ni a mujeres ni hombres en esa fase.

Su receta es fácil y, a la vez, complicada: "Hay que aprender a delegar en casa y a confiar. Tienes que pedir ayuda porque no puedes llegar a todo. Si tu pareja puede asumir ese 50% es lo ideal y en las nuevas generaciones ya noto un cambio importante en este sentido".

Beatriz Donlo

Lejos de esa imagen de superwoman, Laura Ros va cómodamente vestida, sin bajarse de una elegancia sobria. El color de sus ojos claros y la tez de su piel desvelan la diversidad de su propio origen y como modelo de vida.

"Mi madre es flamenca y vino a Mallorca con 17 años a pasar unas vacaciones. Ahí conoció a mi padre, que es catalán y veraneaba allí, y... se quedó", bromea.

Y es que lo suyo es romper estereotipos hasta en su día a día: habla francés pero no neerlandés, que sería su lengua materna; tiene más primos en Bélgica que aquí y ya le ha advertido a su hijo que quiere una furgoneta como su primer coche que "habrá que ajustar expectativas".  

Un ordenador

Esa misma visión, diversa, innovadora, es la que se está implantando en los gigantes de la automoción donde se ha pasado de ajustar bien las bujías a transformar el coche en un gadget más en nuestra lista, donde el software y la autonomía van ganando terreno hasta llegar a crear, quién sabe, vehículos voladores.

"Es difícil anticipar. Las transformaciones y el cambio se están produciendo a una velocidad mayor y algo que parecía de ciencia ficción a lo mejor no lo es tanto. Uno de los retos es convertirnos en una empresa de software y que el que incorporan nuestros vehículos se pueda actualizar cada vez con más frecuencia. Nuestros eléctricos ya se van a poder actualizar cada 12 semanas y además en remoto, sin pasar por el concesionario, como hacemos con nuestros móviles y nuestras tabletas".

De ahí que hasta la política de recursos humanos haya dado un giro total. "Antes se valoraba mucho la experiencia en el sector para las nuevas contrataciones. Ahora, la experiencia en el sector no es ni siquiera un requisito. Estamos incorporando a expertos en gran consumo, con experiencia en digitalización, en experiencia con el cliente, análisis de datos, buscando múltiples sectores, con perfiles nuevos que captamos de internet, de los videojuegos...".

Por eso, la venta de coches va a pasar de productos que se renovaban cada seis años incorporar un software con "actualizaciones permanentes". "Los más jóvenes buscan fórmulas más flexibles que le puede dar el coche compartido o en propiedad, pero con pago por uso al que están acostumbrados en otras plataformas como Spotify o Netflix. Además, dan mucha importancia a la movilidad sostenible y la apuesta de la marca es muy ambiciosa: 16.000 millones de euros de inversión en electromovilidad y digitalización".

Laura Ros, con uno de sus vehículos eléctricos, el ID4.

Laura Ros, con uno de sus vehículos eléctricos, el ID4.

Eso sí, esta experta advierte de que antes de llegar a coches voladores o nuevos formatos de drones, el reto será el coche autónomo. "Tenemos un proyecto ya que llamamos Trinity, que llegará en 2026 y será un sedan con un nivel de autonomía 2 plus pero que estará preparado para el nivel cuatro".

Pandemia

Si de algo tiene ganas Laura es de volver a disfrutar de las pequeñas cosas con su familia y amigos, todos reunidos, porque reconoce que en casa han seguido las restricciones a rajatabla.

La pandemia, como a muchos, le ha permitido vivir una doble sensación: la de que el teletrabajo es posible y que disfrutar de los hijos en esas condiciones podía resultar una bendición o un castigo. "Yo he tenido la suerte de que me ha pillado con mis hijos adolescentes, pero los que tenían niños pequeños han tenido muchas más dificultades para trabajar desde casa. Para mí ha sido un regalo pasar tanto tiempo con ellos, que ni en verano. Aunque cuando estaba en casa todas las tardes, los siete días de la semana, ya me decían: 'Mamá, no pretenderás que ahora porque estés, vamos a adaptarnos todos a ti'".

En Volkswagen ya venían imponiendo formas de trabajo flexibles que ahora toman más fuerza como las horas de compensación, que permite atender a las actividades extraescolares o el pediatra, y que se considera un modo de equilibrar las responsabilidades del ámbito familiar.

"El nivel de compromiso y dedicación de los equipos en estos momentos que tanto necesitábamos que dieran un plus para adaptarse al nuevo entorno de la noche a la mañana ha sido magnífico", cierra Laura. "Espero que esto haya llegado para quedarse y que podamos ir a un formato mixto que permita esa igualdad en la responsabilidad doméstica de hombres y mujeres".